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La cuenta de Instagram de Kanye West, una bomba de relojería entre el disparate y el acoso

El artista ha convertido sus redes sociales en un terreno para ajustar cuentas, señalar a sus enemigos y publicar mensajes privados de su exmujer

Kanye West
Kanye West, como Britney Spears, está contando su vida y sus sentimientos en tiempo real a través de su cuenta de Instagram. Solo que los de Britney son ahora una celebración de su libertad, mientras que la cuenta de Kanye es una amalgama de venganza personal, quejas y señalamientos a su exmujer.GETTY IMAGES / BLANCA LÓPEZ (COLLAGE)

El 14 de julio de 2021 Britney Spears publicó un exaltado mensaje en su cuenta de Instagram. “Progresando, amigos, progresando (…) ¡Me siento AGRADECIDA Y BENDECIDA! Gracias a los fans que están apoyándome”, decía en un texto acompañado por un vídeo en el que montaba a caballo y daba volteretas por el césped. Spears estaba celebrando un nuevo avance en su camino hacia el fin del tutelado legal de su padre. Aquel día utilizó por primera vez en público la etiqueta #FreeBritney, que sus seguidores habían convertido en fenómeno en las redes sociales, uno tan grande que hizo inevitable su emancipación en noviembre.

El uso continuado y espontáneo de Instagram que la estrella del pop hizo (y sigue haciendo) durante todo el proceso fue similar al de un diario personal e íntimo. Solo que también lo pueden leer sus casi 40 millones de seguidores. Entre sus publicaciones, a menudo más de una al día, hay imágenes con frases de inspiración, portadas de libros de autoayuda, instantáneas de comida, selfis, vídeos de ella bailando, memes y fotos de su prometido, el modelo Sam Asghari. El Instagram de Britney Spears se ha convertido en su línea directa con el mundo, un autorretrato que transpira inocencia, sensibilidad, optimismo y naturalidad.

El Instagram de Kanye West es su reverso tenebroso. Si uno llega por primera vez a la cuenta del músico en este momento puede llevarse a engaño: mientras se escriben estas líneas solo hay tres publicaciones en su cuadrícula, dos imágenes con letras de canciones tituladas Divorce y Dead y una foto de West acompañada de un texto que explica que su nuevo álbum, Donda 2, no puede ser calificado en las listas de éxitos musicales ya que solo está disponible para su escucha en una plataforma exclusiva llamada Stem Player. Su undécimo disco, secuela de Donda que ha salido a la luz solo unos meses después de su predecesor, tiene versiones no acabadas de las canciones, le faltan algunos temas previamente anunciados y para colmo hay que pagar 200 dólares para adquirir el reproductor. Esa falta de accesibilidad, claridad y permanencia también están en su cuenta de Instagram, donde el autor de Runaway lleva meses publicando mensajes polémicos y confusos y borrándolos al cabo de un tiempo.

Britney Spears
La cantante estadounidense Britney Spears.GETTY IMAGES

Si el diario público de Britney Spears está lleno de luz, flores, sonrisas y mensajes de superación, el de Kanye West tiene las hojas arrancadas, arrugadas y quemadas y llenas de garabatos y rayones. Siempre ha sido una figura pública controvertida (ha tenido o enfrentamientos con Taylor Swift, Wiz Khalifa y Amber Rose, aseguró que Bill Cosby, sentenciado por varias agresiones sexuales, es inocente, y en 2020 le dio por lucir en todo momento una gorra roja con el mensaje de Trump Make America Great Again), pero su uso de Instagram en la actualidad (antes era más de Twitter) está alcanzando unas cotas de hostilidad y desconcierto inéditas en su historial y, por ende, en la cultura digital.

La publicación y posterior eliminación de mensajes se empezó a incrementar a finales del año pasado y se han multiplicado a lo largo de febrero, influenciados por el proceso de divorcio de su ya exesposa Kim Kardashian y la relación de esta con el humorista Pete Davidson. La mayoría de publicaciones van dirigidos a ellos, y el hecho de que tres figuras tan famosas en Estados Unidos estén aireando sus trapos sucios en público ha copado los medios de prensa rosa, pero también los de análisis cultural y musical, con titulares como “Todo lo que Kanye West ha dicho en Instagram esta semana”.

En realidad es West el que airea los trapos de todos, sin que puedan hacer nada su exesposa, empresaria, modelo y protagonista del reality de 20 temporadas Las Kardashian, ni su pareja, conocido por sus sketches en Saturday Night Live y películas como El rey del barrio y El escuadrón suicida. Uno de los episodios más comentados ocurrió entre el 13 y el 14 de febrero, fin de semana de la Super Bowl, en el que el rapero compartió mensajes tan impactantes que decidió publicar una foto de sí mismo sosteniendo una libreta en la que había escrito a mano la fecha y el texto “Mi cuenta no ha sido hackeada”.

Kim Kardashian y Kanye West
Kim Kardashian y Kanye West en la fiesta posterior a los Oscar celebrada por 'Vanity Fair' en febrero de 2020.JEAN-BAPTISTE LACROIX (AFP)

En una de las publicaciones se veía un mensaje que Davidson le había enviado diciendo que no quería “interponerse entre él y sus hijos” y que esperaba conocerlos algún día. Junto a la captura de pantalla que mostraba el mensaje, West escribió (las mayúsculas son suyas): “NO, NUNCA CONOCERÁS A MIS HIJOS”. También compartió una foto de una camioneta llena de flores, supuestamente un regalo de West a su exesposa por el día de San Valentín, y animó a sus seguidores a agredir a Davidson (o como él le llama, “Skete”) si se lo cruzaban por la calle: “SI ALGUIEN ME AMA A MÍ Y A MI FAMILIA SI VEIS A SKETE EN LA VIDA REAL GRITADLE AL PERDEDOR CON TODAS VUESTRAS FUERZAS Y DECID KIMYE PARA SIEMPRE” (KimYe es el seudónimo de su relación con Kardashian; West se cambió legalmente el nombre por Ye en octubre del año pasado). Incluso se ofreció a pagarle el doble de su sueldo en Saturday Night Live a Michael Che, compañero de Davidson en el programa: “Solo para que no tengas que mirar nunca más a tipejo”, explicaba.

Fue un San Valentín complicado para Kardashian, que tuvo que enviarle un mensaje a su exmarido pidiéndole que dejara de incitar a sus seguidores a agredir a Davidson. Entonces West compartió una captura de pantalla del mensaje y la acompañó con el texto “BAJO PETICIÓN DE MI MUJER POR FAVOR QUE NADIE LE HAGA NADA FÍSICO A SKETE. YO ME ENCARGARÉ DE LA SITUACIÓN”. Al rato volvió a publicar otra captura de pantalla de su conversación con la madre de sus cuatro hijos. “¿Por qué no puedes mantener en privado ninguna de nuestras conversaciones?”, le preguntaba Kardashian, a lo que él respondía: “Porque he recibido un mensaje de mi persona favorita en el mundo. Soy tu fan número uno. ¡Por qué no se lo diría a todo el mundo!”. Poco después, claro, lo había borrado todo.

West ha hablado en el pasado sobre su trastorno bipolar y admitió que hay temporadas en las que decide no tomar su medicación porque afecta a su creatividad. Sus berrinches en Instagram no parecen ser una buena señal de su estado actual, pero lo cierto es que van en consonancia con algo que siempre ha interesado al músico: controlar su propio relato público. “Esto no va sobre Skete, gente. Va sobre venderos una narrativa. Skete solo está interpretando su papel en Frozen 3, solo que ahora no está en los cines. Esta vez está en el [tabloide] Daily Mail. Decidle a Bob [Chapek, director ejecutivo de The Walt Disney Company] y todo el equipo de Disney que han malgastado su dinero en Star Wars y Marvel: porque aunque genera dinero, nunca controlarán los institutos”.

El actor y humorista Pete Davidson, en septiembre de 2021 en la gala del Museo Metropolitano de Nueva York.
El actor y humorista Pete Davidson, en septiembre de 2021 en la gala del Museo Metropolitano de Nueva York.ANGELA WEISS (AFP)

Nada más efectivo que Instagram para controlar los institutos. La cuestión es, ¿cuál es el relato que Kanye West quiere imponer? Dependiendo del día, ha declarado que Dios volvería a juntarle con Kim Kardashian, ha atacado a Pete Davidson, le ha seguido (el cómico reabrió su cuenta en Instagram durante unas horas, en las que West compartió una captura de pantalla que demostraba que le había “hecho follow”) y ha compartido imágenes de su familia acompañadas de palabras cariñosas.

También ha cargado contra otros músicos, como Kid Cudi, colaborador recurrente en sus discos al que criticó por ser amigo de Pete Davidson. “Para que lo sepa todo el mundo, Cudi no estará en Donda [2] porque es amigo de ya sabéis quién”, decía en una nota escrita a mano a la que hizo una foto. “Una pena que no quiera estar en tu disco, puto dinosaurio jajaja”, respondía en Twitter el otro rapero. En otro episodio sin explicación, West acusó a la cantante Billie Eilish de criticar a Travis Scott en un concierto. “Vamos Billie, te amamos, por favor pide perdón a Trav”, dijo, añadiendo que no asistiría al festival Coachella, en el que West y Eilish son cabezas de cartel, si la joven no hacía lo que le pedía. Ella contestó también en Twitter: “Literalmente nunca dije nada sobre Travis. Solo estaba ayudando a una fan”.

En otra ocasión compartió un montaje de la portada de Capitán América: Civil War, aparentemente realizado por él, en el que pegó sobre las caras de los superhéroes de Marvel fotos de sí mismo y algunas de las personas citadas, enfrentadas en una “guerra civil”. West estaba en el lugar del Capitán América acompañado de la actriz Julia Fox (la que sería su novia durante unas pocas semanas), el rapero Future y Travis Scott. Frente a ellos estaban Davidson, Kim Kardashian, Billie Eilish, Kid Cudi y Taylor Swift.

Lo realmente preocupante, más allá del disparate, es el tono agresivo y el comportamiento abusivo que Kanye West está teniendo con Kim Kardashian, a la que acusa de interponerse entre él y los cuatro niños. Después de que ella le reprochara lo que estaba haciendo, el mismo 14 de febrero compartió una foto de sí mismo en un escenario acompañada del texto: “Sé que compartir capturas de pantalla ha sido conflictivo y ha parecido que estaba acosando a Kim. Me hago responsable. Sigo aprendiendo en tiempo real. No tengo todas las respuestas. Ser un buen líder es saber escuchar”. A las dos horas, sin embargo, compartió la foto de una valla que tenía escrita la frase: “Dejad de decirle a los padres que deberían haber luchado más para ver a sus hijos y empezad a preguntarle a las madres por qué ellos tuvieron que luchar”. En la misma publicación había una foto de la película Baby Boy (2001) en la que Ving Rhames agarraba por el cuello a Tyrese Gibson. En la cara de Gibson, West etiquetó a Kim Kardashian.

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