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Sarah Ferguson se une a la Navidad de los Windsor en Sandringham por primera vez en 30 años

Tras su separación del príncipe Andrés en 1992, la duquesa de York había sido vetada en las Navidades de la familia real británica

Sarah Ferguson
Sarah Ferguson, duquesa de York, durante su asistencia al servicio religioso en Sandringham con la familia real británica, el 25 de diciembre de 2023.Samir Hussein (Samir Hussein/WireImage)
El País

Que Sarah Ferguson y el príncipe Andrés mantienen una estrecha relación, a pesar de que se divorciaron en 1996, tras cuatro años separados, es bien sabido. Ambos comparten casa en Windsor, y ambos adoptaron los adorados perros corgis de Isabel II cuando la reina falleció en septiembre de 2022. Lo que no es habitual es que la duquesa de York, quien nunca ha perdido el título a pesar de la separación, se una a las celebraciones navideñas de la familia real británica. O no lo era hasta ahora, porque este año Fergie, como también es conocida, se ha sumado al tradicional servicio religioso del día de Navidad celebrado en Sandringham, algo que no hacía desde hace 30 años. La última vez que se la vio en este compromiso fue en 1991, caminando y compartiendo risas con Diana de Gales.

El duque de York, de 63 años, y su exmujer, de 64, caminaron tras los miembros sénior de la familia real mientras decenas de personas les esperaban a las afueras de la iglesia St Mary Magdalene, en Norfolk. Lideraban la comitiva Carlos III y la reina Camila, seguidos de Guillermo de Inglaterra y Kate Middleton y los tres hijos de los príncipes de Gales. Un poco más atrás, junto a Andrés caminaba Sarah Ferguson —quien fue operada el pasado verano por un cáncer de mama—, en la primera vez que se unía a la comitiva desde su mediática separación. El año pasado Carlos, en sus primeras Navidades como rey desde la muerte de su madre, ya decidió extender una invitación a su excuñada para pasar las fiestas en Sandringham, pero esta no se les unió en el servicio religioso, la ocasión en la que los Windsor se dejan ver y fotografiar todos juntos cada Navidad. La finca de Sandringham es propiedad de los monarcas británicos desde hace cuatro generaciones (unos 160 años), y está a solo un corto paseo de la capilla.

Desde 1992, cuando el príncipe Andrés y Fergie se separaron, las puertas de palacio y de los actos públicos de los Windsor se cerraron para Fergie, sobre todo por decisión del duque de Edimburgo tras la publicación de unas fotografías tomadas en el sur de Francia de la duquesa junto al multimillonario John Bryan, en las que ella aparecía en topless mientras él le lamía un dedo del pie. No fue hasta 2018, en la boda de una de sus hijas, la princesa Eugenia, que se vio de nuevo en público a Sarah Ferguson con su exsuegro. “Hoy disfrutamos de la compañía y nos sentimos agradecidos. Espero que todos tengan un día maravilloso. ¡Feliz Navidad a cualquiera que la celebre y saludos navideños para todos!”, escribió este 25 de diciembre Ferguson en sus cuentas de X (antes Twitter) e Instagram.

Este es el segundo año en el príncipe Andrés acude a Sandringham tras años de ausencia, lo que algunos medios británicos interpretan como un gesto de su rehabilitación gradual en la familia. “El rey ha alentado el deshielo de las disputas familiares”, asegura el diario británico The Times. Esta es la primera Navidad de Carlos III desde su coronación, el pasado mes de mayo.

Sarah Ferguson, Diana de Gales y Enrique de Inglaterra, en el servicio religioso en Sandringham, el 25 de diciembre de 1991.
Sarah Ferguson, Diana de Gales y Enrique de Inglaterra, en el servicio religioso en Sandringham, el 25 de diciembre de 1991. Princess Diana Archive (Getty Images)

Pero la asistencia de su hermano Andrés y la reaparición de Sarah Ferguson coinciden con la noticia de los centenares de documentos que se van a publicar el próximo mes de enero relacionados con el pedófilo Jeffrey Epstein, según ha dictaminado la jueza Loretta Preska de Estados Unidos. En los documentos que verán ahora la luz por orden judicial aparecen más de 150 nombres de amigos, socios y víctimas del multimillonario pedófilo estadounidense. Unos archivos que podrían volver a poner en el punto de mira al príncipe Andrés, pues forman parte de la demanda civil de Virginia Roberts, quien acusó al duque de abusar de ella, contra Ghislaine Maxwell, la cómplice de Epstein condenada a 20 años de prisión tras ser declarada culpable de tráfico sexual y de conseguir menores para Epstein, quien se suicidó en agosto de 2019 en una cárcel de Nueva York mientras esperaba su juicio. El caso fue cerrado hace dos años, pero el medio The Miami Herald es quien solicitaba, y ha conseguido, que esos documentos se hicieran públicos.

Fue precisamente la relación del príncipe Andrés con el fallecido depredador sexual, así como la acusación de abuso sexual de Virginia Roberts, lo que hizo que en enero de 2022 la reina Isabel le retirara los títulos militares y los patronatos reales a su hijo favorito. Por lo que algunos medios británicos apuntan ahora a que la del día de Navidad es una nueva muestra de apoyo público de Ferguson —que recibió flores y algún regalo de los presentes a su salida de la capilla— a su exmarido y padre de sus dos hijas, las princesas Beatriz y Eugenia, que también estuvieron presentes en la misa acompañadas por sus maridos. Según contó a la BBC Robert Hardman, autor del libro Charles III: New Court. The Inside Story, el rey invitó a Ferguson como una muestra de afecto a sus dos sobrinas —tampoco faltaron a la cita la princesa Ana y su familia o los duques de Edimburgo—. La presencia este año de Sara Ferguson, asegura por su parte The Times, se considera como una recompensa a su lealtad a la familia real británica, en contraste con lo que sucede con el hijo pequeño del rey Carlos III. El príncipe Enrique y Meghan Markle, así como sus dos hijos, esta Navidad tampoco la han pasado con los Windsor.

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