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Sarah Ferguson revela que la mastectomía le ha ayudado a superar las comparaciones con Lady Di: “He dejado de odiarme”

La duquesa de York asegura que la operación la ha hecho despertar de años de rechazo: “Siempre me compararon con Diana y creo que, en cierto modo, me creí mi propia prensa, que no es muy buena”, comenta en su ‘podcast’. Un capítulo en el que desvela lo último que le dijo la reina Isabel: “Sé tú misma”

Sarah Ferguson
Sarah Ferguson en el estreno de 'Marlowe' en Vue West End, el 16 de marzo de 2023 en Londres.Jo Hale (WireImage vía Getty)
El País

Este jueves, 31 de agosto, se cumplen 26 años de la muerte de Diana de Gales, pero el paso del tiempo no ha conseguido que se borre el recuerdo de la icónica princesa. Lady Di se ganó la simpatía por su manera de acercarse a quienes no tienen sangre azul y de enfrentarse a los escándalos de su marido, el actual rey Carlos III, así como por sobreponerse a las traiciones de su círculo más cercano o a los desplantes de la familia real británica. Era mundialmente conocida como un icono de estilo y belleza, pero también como un ejemplo de dulzura y solidaridad. Su muerte prematura, tenía 36 años, la convirtió en un auténtico mito, pero ya antes de eso la sombra de Diana era alargada. Su imbatible popularidad provocó los celos de su entonces marido, y el resto de mujeres de la familia Windsor no podían evitar salir perdiendo cuando se las comparaba con ella, algo habitual en los tabloides británicos. Así lo ha reconocido Sarah Ferguson en el episodio final de la primera temporada de su podcast, Tea Talks, emitido este miércoles, 30 de agosto.

La duquesa de York y exesposa del príncipe Andrés, de 63 años, describe en los últimos minutos del capítulo, dedicado a la suerte, cómo su reciente mastectomía la ha ayudado a “despertar” de años de odio hacia sí misma provocados por ser comparada con la princesa Diana. “Cuando miro hacia atrás, está bien... tenía buenas piernas y, ya sabes, me veía bien, pero no me agradaba y eso fue porque creo que siempre me compararon con Diana y creo que, al final, en cierto modo, me creí mi propia prensa que, ya sabes, no es muy buena”, confiesa. Sin embargo, después de ser operada por la forma temprana de cáncer de pecho que le detectaron en una mamografía rutinaria hace unos meses, revela que ha dejado de preocuparse y de odiarse a sí misma. “¿Fue necesario eso?”, le pregunta la copresentadora del espacio, Sarah Thomson. “Sí, en mi caso fue así”, reconoce Ferguson.

A Lady Di y Sarah Ferguson les unió una fuerte amistad. Se conocieron cuando eran adolescentes y ya eran amigas antes de que ambas entraran a formar parte de la familia real. De hecho, como recuerda en el podcast, fue la propia Diana la que le presentó en Ascot a quien sería su marido, el ahora salpicado de polémicas príncipe Andrés. Sin embargo, la excesiva exposición pública mermó la salud física y mental de ambas. “En los años ochenta, estaba Diana, preciosa, y estaba la gorda, desgarbada Fergie”, reflexionó en 2021 en una entrevista para la revista People. “Nos colocaron como la santa y la pecadora. Y lo más importante era permanecer fuertes juntas, y lo hicimos, independientemente de lo que cualquiera escribiera”, admitió. En una entrevista con Times Radio en marzo de 2023, volvió a incidir en cómo le han afectado esas comparaciones a lo largo de los años: “Diana se veía alta, hermosa y delgada, pero yo no. Sabes que ella había estado pasando por sus propios problemas con la bulimia... Yo nunca pude hacer eso. La comida era mi consuelo. Realmente, creía que todos me juzgaban por haberme visto más gorda o tener el peso equivocado”, reconoció.

Sarah Ferguson y Lady Di, en un partido de polo en junio de 1983.
Sarah Ferguson y Lady Di, en un partido de polo en junio de 1983.Georges De Keerle (Getty Images)

En el episodio final de Tea Talks, en cambio, describe su vida después de la operación como uno de los momentos en los que más afortunada se siente. “Tengo una cicatriz enorme, pero me gusto. Tengo una insignia a mi cargo, simplemente es lo que soy”, sostiene. Además, la duquesa de York revela que por fin ha cumplido el último deseo que la reina Isabel II le solicitó: “Lo último que me dijo la reina fue: ‘Sé tú misma, Sarah’. Ella lo vio. Se enfadaba mucho cuando yo no era yo misma. Y probablemente fue entonces cuando me metí en todos los líos. Pero ahora soy yo misma y tengo mucha suerte de poder serlo”.

Ferguson también aprovecha el espacio para desmentir un par de rumores que le lanza Thomson. Por un lado, asegura que es mentira que Diana estuviera enamorada de Andrés y tuviese fotografías suyas en la pared. “Diana realmente siempre se llevó muy bien con él y yo digo que, sin duda, es el príncipe más guapo”, bromea. Por otro lado, niega que su padre, Ronald Ferguson, le hubiera pedido a la madre de Diana, Frances Roche, que se casara con él.

Durante los casi 37 minutos de programa, la duquesa de York se muestra alegre y distendida. El tema principal del episodio final es la suerte y los últimos minutos son su propio alegato de lo afortunada que es. Confiesa que se sentía como “la persona más afortunada del mundo” porque había “vivido el sueño de toda niña de convertirse en princesa”. Pero asegura que lo más afortunado que le ha pasado ha sido tener una hermana “maravillosa” que le obligó a hacerse una mamografía que, según ella, le ha salvado la vida. “Estoy ahí, sigo ahí y todavía me pellizco y todavía no puedo creer que haya llegado a los 63 años para estar en este lugar extraordinariamente afortunado”, recalca.

Sobre Derek, el nombre que le ha puesto a su pecho reconstruido, la duquesa comenta que le está yendo “muy bien”. Ahora, dice, ha vuelto poco a poco a un estilo de vida más activo, incluyendo largas caminatas por Escocia para mantenerse en forma, “porque a los 63 años sí necesitas hacer ejercicio”.

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