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El kumquat, el ‘arbolillo chino’ cuyo fruto es un manjar

La especie, con resistencia al frío, está ganando gran popularidad entre los amantes de la jardinería por su fácil mantenimiento y su aroma

La belleza de los frutos ovales del kumquat nagami contrasta con el verde oscuro de sus hojas.
La belleza de los frutos ovales del kumquat nagami contrasta con el verde oscuro de sus hojas.Oliver Helbig (Getty Images)
Eduardo Barba

En el condado de Rong’an, al sur de China, se cultiva uno de los cítricos más peculiares. Con el nombre de kumquat, ha conquistado los paladares de todo el mundo, al contar con una característica no muy común dentro de los cítricos: se puede comer sin necesidad de pelarlo. El flavedo de este fruto —su piel externa o exocarpo— tiene un sabor dulce, mientras que la pulpa es ácida, por lo que en él se encuentra un equilibrio muy peculiar para las papilas gustativas. Seguramente que se haya visto en alguna frutería una bandejita con unos pocos kumquats, casi como un manjar selecto. Su forma ovalada, del tamaño de una aceituna gordal, es muy característica, y su vivo color naranja es de lo más llamativo.

El kumquat es de esas plantas a las que le acompañan una infinidad de nombres científicos, ya que se le ha ido buscando acomodo entre el laberinto de la genética de los cítricos: una familia compleja en la que se han hibridado entre sí multitud de especies y de variedades a lo largo de los siglos. De esta forma, al kumquat se le encuentra con nombres científicos como Fortunella margarita o Fortunella japonica var. margarita, hasta llegar en la actualidad a encuadrarlo en el género Citrus —ya como participante de pleno derecho de este género—, con los nombres específicos de Citrus margarita o quizás el más correcto de Citrus japonica. De hecho, y para aclarar toda esta confusión, se le considera un cultivar dentro de esa especie: Citrus japonica ‘Nagami’. Sus nombres populares más habituales son los de kumquat de fruto oval, kumquat nagami o kumquat a secas, aunque en España recibe otro apelativo cariñoso: naranjito chino.

Como ya se ha mencionado, se trata de un arbolillo de origen chino, del sur de aquel enorme país, al igual que tantos otros cítricos que se consumen a nivel mundial en la actualidad. El kumquat nagami está ganando popularidad muy rápidamente, por sus cualidades estéticas y gastronómicas. También hay otras especies y variedades de kumquats, con frutos pequeños con coloraciones más amarillentas o con formas más parecidas a la de la mandarina (Citrus x reticulata). Eso sí, la palatabilidad de este kumquat de fruto oval es difícil de superar por aquellos otros.

La mezcla entre los sabores dulces y ácidos de esta fruta es muy agradable.
La mezcla entre los sabores dulces y ácidos de esta fruta es muy agradable.annabogush (Getty Images/RooM RF)

Las razones para cultivarlo en casa son muchas, y destaca su resistencia al frío, por mencionar una de sus fortalezas, soportando hasta -10 grados centígrados. Entonces, para despertar del letargo invernal en el que se sumerge, el kumquat necesitará varias semanas seguidas de calorcito. A continuación, será cuando forme sus pequeñas flores blancas, muy aromáticas, una versión reducida de las flores de azahar de sus parientes, los naranjos o los limones, que gozan del mismo perfume suave y dulce tan cordial del kumquat. En lo que respecta al verano, lo ideal es que viva en regiones que no superen los 30 grados centígrados, aunque vegeta bien si se alcanzan temperaturas más altas, tan solo ralentizando o incluso deteniendo su desarrollo en esos meses más cálidos. Que reciba sol directo, como en el resto de los cítricos, es una de las premisas fundamentales para que aquel desarrollo sea conveniente. A partir de unas pocas horas con esa iluminación directa es feliz, aunque incluso puede vivir en una sombra muy brillante y luminosa. Allí, claro está, no tendrá una floración tan abundante, pero es interesante probar si se adapta a las condiciones con las que se cuente en casa.

Las aromáticas flores del kumquat suelen crecer agrupadas.
Las aromáticas flores del kumquat suelen crecer agrupadas.Westend61 (Getty Images/Westend61)

Otro de sus puntos fuertes es que vegeta a la perfección en un tiesto, y se adapta a crecer en un macetón a las mil maravillas. Al igual que con otros parientes cercanos del kumquat, el abonado es imprescindible, con un abono específico para cítricos, que le aportará los nutrientes en los que es más demandante, como el magnesio, por ejemplo. Con esa nutrición, la cosecha de incluso cientos de frutos en el invierno e inicio de primavera está asegurada en una sola planta, para hacer las delicias de la familia y de los amigos. Si se planta en tierra, hay que tener en cuenta que no le gustan los suelos calcáreos, y prefiere un pH menor de 7. Allí, con tierra libre para extender sus raíces, puede llegar a superar los 3 metros de altura, con un porte arbustivo muy sugerente y con buena presencia; en una maceta, lógicamente, su tamaño será mucho menor, y se adaptará al espacio que se tenga.

Un kumquat, a fin de cuentas, siempre es una elección perfecta para iniciarse en el cultivo de los cítricos y de la belleza que aportan a todos los sentidos.

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Sobre la firma

Eduardo Barba
Es jardinero, paisajista, profesor de Jardinería e investigador botánico en obras de arte. Ha escrito varios libros, así como artículos en catálogos para instituciones como el Museo del Prado. También habla de jardinería en su sección 'Meterse en un jardín' de la Cadena SER.
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