Los jazmines y sus estrellas blancas: tipos, cuidados y disfrute
Estas plantas pertenecen a la familia del olivo; de hecho, sus frutos recuerdan un poco a pequeñas aceitunas negras. Sus flores pueden ser amarillas, rosadas o blancas, aunque son estas últimas las que desprenden su característica fragancia
“Jazmín de vestido, cristal de papel”, cita el poeta granadino Federico García Lorca en su obra Bodas de sangre. Los jazmines trepadores engloban en sí mismos mucho del alma andaluza y de las tierras donde florece, aunque, en origen, provengan de otros territorios lejanos, de China y de sus alrededores. Estas plantas están tan arraigadas en España que hasta una de ellas recibe el nombre de jazmín de España.
Los jazmines son de la familia del olivo (Oleaceae u oleáceas). De hecho, sus frutos recuerdan ligeramente a pequeñas aceitunas negras. Varias de las especies de este género Jasminum son arbustos, pero las que más se cultivan en España son las trepadoras. Entre las primeras especies arbustivas, habría que destacar el jazmín de invierno o de San José (Jasminum nudiflorum), prematuro en su floración invernal, por lo que recibe ese nombre popular. Su delicada flor amarilla, carente de aroma, puede ser muy abundante, por lo que le llevó a crecer en innumerables jardines antiguos. Hoy ya no es tan plantado como antaño; las modas también afectan a las plantas. Actualmente, las flores amarillas de ese jazmín de invierno se ven sustituidas por otras del mismo color del ubicuo jazmín amarillo (Jasminum mesnyi), muy habitual en la jardinería pública. Esta especie, que florece en estos días de finales de invierno, tampoco tiene el perfume embriagador que ha dado fama a otras parientes suyas, pero es perfecta para descolgar desde lo alto de un muro, ya que origina un efecto de cascada que la hace muy estética.
A pesar de la belleza de estas dos especies de jazmín de flores amarillas, las que realmente se llevan la fama en España son tres especies de flores blancas: el jazmín de China (Jasminum polyanthum), el jazmín de España o jazmín real (Jasminum grandiflorum) y el menos cultivado jazmín común o jazmín blanco (Jasminum officinale). Todas ellas comparten una de las características que más se valoran en este género: la fragancia de sus flores. Esta es tan potente que se deja sentir en muchos metros a la redonda, especialmente en los días cálidos del verano.
Su esencia participa en perfumes desde antiguo, que intentan atrapar parte de esta magia olfativa. Asimismo, las tres especies superan fácilmente los cinco o seis metros de altura cuando se cultivan en plena tierra. Habitualmente tienen flores pentámeras, de cinco pétalos, pero el jovencito rey Carlos III sujeta en la mano uno de seis pétalos en el famoso cuadro de Jean Ranc, Carlos III, niño, en su gabinete (hacia 1724), como símbolo de lo extraordinario e inusual.
El jazmín de China también recibe en otros idiomas el nombre de jazmín rosado, ya que sus flores se tiñen de este tono, principalmente cuando están cerradas. Originario del suroeste del país asiático, tiene una marcada diferencia con las otras dos especies arriba mencionadas: cuando florece, lo hace en una única ráfaga apabullante. Es entonces cuando la planta se cubre por completo de flores, entorno al mes de mayo, agrupadas en ramilletes de hasta cuarenta de ellas. Tal es su profusión que cuesta apreciar las hojas, sepultadas por cientos de sus pétalos blancos. Eso sí, para ver de nuevo este espectáculo habrá que esperar al año siguiente. De estas tres especies trepadoras de flores blancas esta es, sin duda, la menos rústica, la menos resistente al frío, por lo que es más conveniente para aquellas zonas cálidas del país. Si se quiere intentar su cultivo, siempre se le ha de procurar crecer al pie de un muro orientado al sur o al oeste, que pare los vientos fríos.
Pero el jazmín de flor blanca más cultivado es, sin duda, el jazmín de España, al que se puede apelar también como jazmín de flores grandes, de lo que deja constancia su epíteto específico de grandiflorum. En él, la floración se reparte durante meses y meses; una vez que comienza con ella, no para de esparcir su blancura entre sus ramas. Esta planta, incansable, constante, puede incluso florecer durante los 12 meses del año en climas propicios. Muchas de sus flores añaden ligeros tonos rosados a su estructura, otro aliciente a su belleza. Su pariente cercano, el jazmín común, tiene flores algo más pequeñas y normalmente carentes de esta tinción rosada. Tan cercana es la genética de esta especie con la del jazmín de España que este último se ha considerado tradicionalmente como una subespecie del jazmín común. Ambos son bastantes resistentes al frío, y, una vez establecidos en su lugar, pueden sobrevivir a temperaturas de 10 grados bajo cero, siempre y cuando no sean sostenidos en el tiempo. En caso de helarse por completo, pueden también rebrotar desde la raíz, si el daño causado por el invierno no ha sido severo.
Los jazmines son muy apropiados para su cultivo en un macetón en la terraza. Y, a pesar de que pueden superar momentos de sequía, gustan de un buen nivel de humedad en el sustrato, lo que les permite desarrollar una buena anatomía y, por consiguiente, mayor floración. La constancia en la aplicación de un abonado orgánico también asegurará una floración abundante.
En lo que respecta a la poda, al jazmín de China le beneficia un recorte ligero después de la floración, lo que también elimina las cabezas florales mustias. Para el jazmín de España o el común se puede aplicar una poda que los mantenga con un tamaño acorde con el espacio en el que están, para evitar que se desmadren. Así, habría que recortar las ramas que hayan florecido, hasta casi el nivel de las más potentes de las que emerjan aquellas. Esto permitirá que, con un crecimiento joven, cargue de flores en la punta de las nuevas ramas primaverales. Eso sí, siempre y cuando se asegure al menos dos o tres horas de sol directo a la planta, que, como su primo el olivo, disfruta con una insolación intensa.
En la Flora agrícola y forestal de al-Andalus, publicado por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación en el año 2021, se cita la etimología de la palabra jazmín, que proviene del término de origen persa yāsamīn, y que también se aplica al aligustre (Ligustrum vulgare). Parece ser que el significado de yāsamīn es “regalo de Dios”. Sea así o no, disfrutar de un jazmín cerca es como tener un trocito de cielo, con sus estrellas blancas.
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