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Sustratos y más sustratos: guía para acertar con lo que da vida a nuestras plantas

La base elegida debe ser de calidad y propiciar la aireación, clave para que las raíces se encuentren a gusto. Entre las orgánicas más utilizadas y respetuosas con el medio ambiente está la que se deriva de compostar restos vegetales y de poda

Sustrato de fibra de coco
Un sustrato suelto y esponjoso formado por fibra de coco, compost y algo de perlita.Vlad Stenko (Getty Images/500px Plus)
Eduardo Barba

Como es abajo es arriba: cómo estén las raíces, así lo estará la parte aérea de la planta. Ya se vio en el artículo Raíces sanas, plantas felices: cómo elegir el mejor sustrato para las macetas la importancia extrema de cuidar el sustrato que se utilice, pero es un mundo tan complejo y variado que es necesario escarbar un poco más en él. Si el crecimiento de una planta se detiene después de realizar un trasplante, puede que el cambio de sustrato sea el culpable.

Evidentemente, después de una operación tan delicada como es cambiar una planta a una nueva maceta se puede producir un ligero retraso en el crecimiento. Pero, si el sustrato elegido es de calidad y se ajusta a los parámetros ideales que analizamos en Cultivar plantas en un tiesto [esos son, maceta, sustrato y lugar], no debería suponer un problema para la planta, que se acostumbrará enseguida a su nuevo entorno. La aireación es la clave principal para que las raíces se encuentren a gusto.

Hoy en día, uno de los sustratos orgánicos más utilizados y respetuosos con el medio ambiente es el que se deriva de compostar restos vegetales y de poda, obteniendo un compost de buena calidad y con una aireación excelente en la mayoría de los casos. Muchas casas comerciales se han apuntado a la sostenibilidad de este material, de fácil adquisición y muchas veces de cercanía. De esta forma, se eliminan los inconvenientes medioambientales que genera la extracción de la turba, por ejemplo, o la importación de materias como la fibra de coco, proveniente de países lejanos como Sri Lanka o Costa de Marfil. Pero este último sustrato, la fibra de coco, es otro de los que más se emplea para cobijar las raíces de las plantas.

En el momento del trasplante se ha de tener en cuenta proporcionar el sustrato más adecuado para la planta.
En el momento del trasplante se ha de tener en cuenta proporcionar el sustrato más adecuado para la planta.Tara Moore (Getty Images)

Un simple paseo por un vivero o por una floristería dará la clave de que este es el sustrato orgánico que más productores de plantas eligen por sus notables cualidades para el cultivo. Se puede identificar a simple vista cuando se vea sobresalir en la superficie de la maceta unos pelos amarronados y muy rígidos, que se corresponden con las fibras que protegen a la grandísima semilla que es un coco. Es un material estable en el tiempo, con una capacidad de retención de agua excelente y, a la vez, con una alta capacidad de aireación. Asimismo, la fibra de coco aporta potasio, uno de los elementos que las plantas necesitan en mayor cantidad y con el que mantienen un crecimiento fuerte y una mayor resistencia al frío y a las enfermedades.

Otro de sus beneficios es que la fibra de coco inhibe el crecimiento de patógenos, como ciertos hongos que afectan a las plantas a nivel radicular. De todas formas, es bastante habitual encontrar en las mezclas de sustrato universal que tanto el compost como la fibra de coco están mezcladas y que cada una contribuye con sus cualidades al éxito en el cultivo. Asimismo, la corteza de pino, un desecho de la industria maderera, también puede participar en estos sustratos. Es un componente que aporta una elevada aireación en la raíz, imprescindible para la planta.

La fibra de coco con sus característicos pelos rígidos.
La fibra de coco con sus característicos pelos rígidos.Catherine McQueen (Getty Images)

En cuanto a los sustratos inorgánicos, de origen mineral, existen varios que forman parte, en mayor o menor medida, de los sustratos envasados. Las arenas —tanto la de río como la de sílice— y la perlita o la vermiculita continúan siendo las reinas, por su ubicuidad y utilidad. La perlita es un material procedente de rocas volcánicas silíceas trituradas, calentadas a 1.000 grados centígrados, por lo que revientan y se expanden como si de una palomita de maíz se tratara. Con su apariencia blanca, suele llamar la atención a los cultivadores noveles, que se sorprenden con su textura harinosa cuando aplastan una de sus partículas con la yema de los dedos. Su elevada porosidad interna y la superficie rugosa hacen de la perlita un componente óptimo para la retención de agua y se convierte en un perfecto depósito al que las finas raíces de la planta acuden a beber. Paradójicamente, también esponja el terreno y lo suelta, permitiendo una mayor cantidad de aire a nivel subterráneo. Con todas estas ventajas, no ha de extrañar que esté presente en tantos sustratos.

La perlita es uno de los componentes más habituales de los sustratos universales.
La perlita es uno de los componentes más habituales de los sustratos universales.Turnervisual (Getty Images)

Análogamente, se hace difícil no encontrar arena en los sustratos universales, que son aquellos óptimos para una gran mayoría de plantas, cultivadas tanto en el interior como en el exterior. Esto se debe a que, como otros sustratos que aparecen en este repaso, añaden la aireación necesaria para la raíz, principalmente. En cambio, la vermiculita, a pesar de sus buenas cualidades, está menos presente en las mezclas de sustratos porque es más cara que otros componentes. Se trata de una partícula en la que confluyen aspectos tan positivos como la de incorporar una gran aireación, así como la retención de agua y de nutrientes. Algo excepcional que tiene la vermiculita es que aporta potasio y magnesio a la planta, lo que la convierte en una aliada nutricional de los vegetales. Como se aprecia, cada sustrato guarda beneficios para las plantas y es importante conocerlos todos bien para salvaguardar su felicidad y buen crecimiento.

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Sobre la firma

Eduardo Barba
Es jardinero, paisajista, profesor de Jardinería e investigador botánico en obras de arte. Ha escrito varios libros, así como artículos en catálogos para instituciones como el Museo del Prado. También habla de jardinería en su sección 'Meterse en un jardín' de la Cadena SER.

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