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Mid-century: las claves del estilo de decoración que estás viendo por todas partes

La moda que premiaba la funcionalidad, las líneas sencillas y los materiales nobles en busca de un mañana más seguro y acogedor vuelve décadas después como obsesión interiorista de quienes cuidan los detalles de su hogar

Decoracion Mid Century
Una mujer sentada en un sillón Eames en el New Homes Show en Central Hall, Westminster (Reino Unido), el 25 de junio de 1963.Evening Standard (Getty Images)

Al pensar en el llamado estilo Mid-century es posible que acudan a la memoria imágenes de Mad Men, aquella serie de siete temporadas que se estrenó en 2007 y que narraba el día a día de una agencia de publicidad en Madison Avenue, Nueva York, en los años cincuenta y sesenta. La paleta cálida de sus muebles de oficina, aderezada con una importante presencia de texturas de madera y líneas rectas, dominan el universo visual creado por la diseñadora de escenografía Claudette Didul, que logró definir estéticamente la ficción televisiva. Otra serie célebre por su diseño de set fue Frasier, la sitcom de la década de los noventa en la que se podían apreciar piezas de diseño estilo Mid-century en el apartamento del psiquiatra Frasier Crane, como el sillón con otomana del matrimonio Eames. Fue también en una serie de televisión, la segunda temporada de And Just Like That..., esta vez ambientada en la contemporaneidad, en la que uno de los conflictos más importantes del guion sale a relucir entre dos personajes (Lisa y Charlotte) en una tienda de objetos de decoración vintage, rodeadas de copas italianas estilo Mid-century.

No es casual que todos estos personajes pertenezcan o trabajen en entornos frecuentados por las clases altas, en las que se impone este criterio estético también en el interiorismo. Tal y como exclama la agente inmobiliaria Monique Anton en su podcast Mid-Century Modernism with Monique, en el que “instruye a las masas en el maravilloso mundo del estilo Mid-century modernista”, para algunas personas esta tendencia trasciende el diseño y la arquitectura, y llega a ser “una forma de pensar y estar en el mundo”. El mobiliario Mid-century, en su propia contemporaneidad, que va desde mediados de los cuarenta a finales de los sesenta, pero también su eco tardío en los noventa, y ahora en 2023, está codificado bajo ideas normativas de buen gusto, alineadas con aquella idea generalizada de que menos es, en términos estéticos e invariablemente, siempre más.

En la prescripción que arrojan las publicaciones de interiorismo y los perfiles presentes en redes sociales especializados en el tema, las referencias al estilo Mid-century parecen infinitas. Así lo atestigua el éxito de perfiles de Instagram como Mid-Century Home o el fenómeno de la agencia inmobiliaria británica The Modern House. Casas envueltas en paneles de madera, con muebles de poca altura, de tejidos y tonalidades cálidas, con las paletas menos brillantes del verde haciendo su aparición junto a suelos de terrazo: las tendencias de interiorismo actuales están fascinadas con la influencia del estilo Mid-century, que extiende sus brazos en el tiempo hasta hoy.

Pero, aunque haya sido la ficción televisiva producida en Estados Unidos la que más haya hecho porque los sueños estéticos de ascenso social se plasmen en forma de líneas depuradas de muebles de diseño Mid-century, este es un estilo que se origina inicialmente en Europa a mediados del siglo XX, tal y como indica su nombre. Aunque impactó de lleno en una generación de diseñadores y arquitectos estadounidenses responsables del llamado Mid-century modernista, influidos por Europa e incluso por la Escuela Bauhaus, y sedientos de una estética que definiese una época post Segunda Guerra Mundial, sus raíces se hunden originalmente en los países nórdicos.

El estilo Mid-century “influyó en todos los países europeos, hasta el punto de que ebanistas nórdicos trabajaron en Inglaterra o Centroeuropa dejando su huella”, explica África Salces, la persona detrás de la selección de objetos y muebles vintage de la tienda madrileña La Recova (en Chueca y El Rastro), quien posee un vasto conocimiento en este tipo de mobiliario: “Es el caso de marcas inglesas tan prestigiosas como Gplan, cuyo aspecto es muy, muy nórdico.”

Cómo reconocer este estilo

El Mid-century, en lo que a diseño de mobiliario se refiere, está al servicio de la practicidad. En este sentido, el adorno o cualquier detalle superfluo es prescindible. “Apostó por la funcionalidad, de ahí que primen las líneas sencillas y muy puras, limpias de adornos”, explica Salces. “Sin embargo, el cuidado en los detalles fue una obsesión, llegando a crear trabajos casi preciosistas, que velaban por los detalles, incluso en las zonas menos visibles de las piezas”, asegura. Para Salces, en este estilo es fundamental el empleo de maderas nobles en los muebles, “trabajadas con esmero para un diseño atractivo y acogedor”.

La importancia de los espacios acogedores parecía haber escalado posiciones en un mundo que quería sacudirse el horror de la Segunda Guerra Mundial, y que deseaba ver que sus formas y texturas contribuían a iniciar un nuevo capítulo en la historia, más esperanzador. Sin duda, los materiales, paletas de color y texturas contribuyen a esta sensación de calidez: desde maderas caoba, en tonalidades rojizas, al tacto del terciopelo y una gama de tonos tierra salpicada, en ocasiones, de intensos pero apagados acentos en color verde. Tal vez porque estas terminaciones y texturas pueden resultar intensas, las siluetas de los muebles compensan en términos de ligereza, no solo reduciendo las líneas al mínimo, sino también sin avasallar el espacio, haciendo de los muebles de poca altura todo un emblema.

“Los muebles se caracterizan por el uso de pata cortita, dejando atrás aquellos bastidores pegados al suelo que resultaban tan incómodos para la limpieza y dotándolos de ligereza”, explica Salces, que convive en La Recova con distintos muebles de este tipo, aparadores, tocadores, butacas y mesitas. “Un claro ejemplo de funcionalidad son los aparadores que hoy se utilizan tanto para sostener el televisor y como punto de almacenaje”.

Retro living room with stylish furniture and vintage accessories.
Los muebles de estilo Mid-century se caracterizan por tener poca altura.imaginima (Getty Images)

Otro signo con el que es posible reconocer los muebles de esta escuela es el de presentar las patas ligeramente inclinadas. “En forma de V, tanto en el caso de las patas de madera como las de metal, con un remate conocido como ufo, icónicas en diseño italiano”, detalla Salces, para quien existen una serie de objetos que destacan a la hora de perfilar el gusto por este estilo de interiorismo. Desde una pareja de butacas cóctel aderezadas con una mesa púa años cincuenta (su superficie, como un triángulo de bordes redondeados, recuerda a una púa de guitarra), que la experta en mobiliario vintage describe como un acierto garantizado, a objetos de decoración artesanal que emplean el cristal, la cerámica o el textil: “Nosotros siempre contamos con una amplia colección de cerámica alemana y nórdica Mid-century en La Recova.”

Las lámparas se han convertido en otro objeto del hogar que ha abandonado su inclinación anterior por la discreción abrazando formas rotundas llenas de personalidad y un gusto por el diseño de autor y las joyas vintage. En el caso del Mid-century, Salces destaca al diseñador danés Poul Henningsen, “especialmente por su serie de lámparas PH4 y PH5, que se editaron bajo la marca de Louis Poulsen”.

Objetos de deseo

El estilo de mediados del siglo pasado está asociado no solo a un concepto acogedor de hogar, sino también a una cierta aspiración de encuentro con la naturaleza, a una búsqueda de paz. La convulsa primera mitad de siglo XX había creado esta necesidad, que afloraba en su dimensión plástica y estética, pero que también plasmaba un deseo aspiracional. De alguna manera, este significado se reproduce en el gusto por los objetos Mid-century de hoy.

Llisa Demetrios, comisaria del Instituto Eames y nieta de Charles Eames, confesaba en una entrevista en el podcast Design Better que todavía seguía aprendiendo de la obra de sus abuelos: “Puedes apreciar un objeto por una razón, pero luego descubrir que subyace un mensaje más profundo en él”. Demetrios explicaba el sentido y la intención detrás de este estilo. “Lo realmente interesante del movimiento Mid-century era que afrontaba el diseño como una manera de resolver problemas. Para los diseñadores, la producción en masa podría ser algo positivo, porque podía elevar los estándares de calidad para todo el mundo, pero eso significa contar con el mejor prototipo posible”, exponía. “Ray y Charles decían que había que adelantarse a las necesidades del usuario antes de que reparase en ellas. Eso era lo que les permitía escalarlo. Mis abuelos nunca pretendieron hacer un diseño una sola vez, sino crear un sistema con el que producir mil, y creo que esto forma parte de este movimiento: pensar en escalas diferentes a las de antes. El mundo estaba cambiando, los soldados que volvían de la guerra necesitaban viviendas, y pensaron en cómo los métodos de producción que se emplearon durante la guerra podían replicarse para crear casas”.

En la cualidad que poseen los objetos para contar historias, las piezas Mid-century cuentan algo sobre la voluntad de movilidad en el ascensor social de quienes las buscan. El diseño actual sabe de esta demanda y no renuncia a beber de ella: “Los años cincuenta y sesenta tienen magnetismo, y la prueba de ello es la cantidad de marcas actuales que reproducen hasta el infinito el diseño original”, expone Salces, que cita la chaise longue LC4 de Le Corbusier, la butaca con Ottoman del matrimonio Eames y la silla Barcelona de Mies van der Rohe como piezas de diseño moderno que hoy forman parte de la retina colectiva.

Desde que el confinamiento en 2020 redoblara la atención que ponemos en el hogar, tanto en su dimensión funcional como la más estética, el interés por crear un espacio acogedor y distintivo también se ha multiplicado. Estos son, en más de un sentido, tiempos convulsos. En una aldea global cada vez más furiosamente hiperconectada, la calidez de encontrarse en casa vuelve a parecer más atractiva que nunca.

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