_
_
_
_
_

La lámpara Fase, 60 años del icono del diseño que siempre está de moda

Estas luminarias presentes en los despachos de ‘Mad Men’ o ‘Indiana Jones’ son un codiciado artículo de coleccionismo. También en objeto de estudio: el investigador Óscar Jiménez, recién incorporado a la Cátedra de Innovación en Artesanía, Diseño y Arte Contemporáneo de la Universidad de Granada, nos da las claves de su éxito

Lampara fase
Óscar Jiménez Serrano entre una Fase 510 y una Lupela Cobra en la exposición 'Lámparas Fase: esculturas de luz', comisariada por Óscar Jiménez Serrano en el Museo Caja Granada en 2023.Cortesía de Óscar Jiménez

De todos los coleccionistas y expertos, Óscar Jiménez, profesor de universidad e investigador de Traducción e Interpretación, es el más profundo conocedor de Fase. Comenzó a coleccionarlas en 2014 para ir desvelando todo tipo de anécdotas, pasando por los avatares de sus dos fundadores a investigar el éxito internacional que tuvieron estas luminarias que pronto dieron el salto para viajar a Estados Unidos y hacerse famosas gracias al impulso de Pedro Martín. Todos estos años de trabajos y esfuerzo por atesorar esta colección de lámparas le ha valido este año 2023 la incorporación como miembro de la Cátedra de Innovación en Artesanía, Diseño y Arte Contemporáneo de la Universidad de Granada.

En su afán investigador, Jiménez ha llegado a crear una colección sistemática de piezas, tiene más de 200 lámparas y más de 100 modelos diferentes —entre ellas siente especial debilidad por el modelo Torpedo, diseño de Tomás Díaz Magro, de las que tiene ocho o nueve ejemplares—, con el objetivo final de montar un museo que refleje el cuidado con el que ha ido acumulando historias con cada lámpara que se sumaba a sus fondos. “Me gustaría que no se desperdigaran y sería bueno que una institución comprara o alquilara la colección para que estuviera expuesta. Una de las que ha mostrado interés es el Museo Nacional de Artes Decorativas de Madrid, que, a la espera de que tenga una sede de mayores dimensiones, la tendría almacenada”, indica.

¿Cómo un icono tan desconocido hasta hace poco se ha convertido en codiciado objeto de coleccionista? La respuesta la tiene un libro titulado Fase, The Book que a lo largo de 360 páginas desgrana toda la historia de la compañía, sus fundadores y diseñadores. El subtítulo The mistery solved (El misterio resuelto) da idea de que, además de estar “dedicado a recuperar su memoria y reivindicar su legado” como indican sus autores, Óscar Jiménez Serrano y Juan Luis Gómez Frieiro, pone nombres, apellidos y fecha de creación a muchos modelos Fase que se encontraban en el anonimato hasta ahora. Constituye el “único catálogo razonado existente de las lámparas Fase, junto con información detallada de sus marcas asociadas (Lupela, GEI, Grin Luz, Ma-Of)”, según cuenta Jiménez, “y está prologado por Claudette Didul, directora de arte de la serie Mad Men, que situó la lámpara de despacho del protagonista, Don Draper”, añade.

Este libro, que recibió una mención en los premios ADI FAD de 2018, ha llegado a convertirse en un objeto de diseño en sí mismo por el que los coleccionistas han llegado a pagar hasta 500 euros. Sin duda, ha servido para poner en el candelero unas lámparas que forman parte del imaginario de varias generaciones. Las lámparas Fase, cuyo diseño atemporal es ahora objeto de deseo de fetichistas de la iluminación y coleccionistas en general apelan a los recuerdos porque eran típicas lámparas de despacho y escritorio de los hogares de la década de los sesenta y setenta que abuelos y padres tenían en casa y que perdieron valor para ser solo un capricho de nostálgicos.

Tomás Díaz Magro (Madrid, 1941) firma algunos de los más exitosos diseños de Fase, como Torpedo, Apolo, Minifase y Sauce. “El verdadero éxito de la marca eran las lámparas de muelles que fabricaron unos tíos valientes que sacaron a España del anonimato y llevaron esos diseños a Canadá o Japón”, explica Jiménez. Esos valientes son Pedro Martín y Luis Pérez de la Oliva, “las dos personas que patentan la lámpara Presidente el 31 de mayo de 1963 y que acaba de cumplir 60 años”, afirma Jiménez: “Patentan la lámpara antes de montar en Madrid la empresa Fase en 1964 y, como en 2024 se celebrará también su aniversario, me gustaría organizar varias actividades en torno a este fenómeno internacional debido a al instinto empresarial de Pedro Martín”. Para Jiménez, “este gran visionario comercial hizo posible la propagación de lámparas Fase por medio mundo, de hecho, muchas de ellas se encuentran en el extranjero, y llegó a abrir sucursal en Estados Unidos en los años setenta, argumenta. Esa mirada marketiniana consistía en añadir una lámpara Fase al pack de equipamiento de mobiliario que precisaba un despacho u oficina y, de este modo, el accesorio de la lámpara se hizo más y más presente.

Este entendido en Fase desentraña un fenómeno frecuente en las sagas de fabricantes y es que “Fernando, hermano de Pedro Martín, era dueño de Lupela, otra marca de luminarias de despacho líder en España en los sesenta, competencia de Fase en su fabricación, una historia interesante que tiene paralelismos con la de Adidas y Puma, y que representa a dos hermanos compitiendo por el mercado”, cuenta.

Cabe preguntarse por qué son tan fotogénicas las lámparas Fase, desde la clásica de muelle que todo estudiante de la época de EGB tenía en su escritorio a los seis modelos de Fase que aparecen en la película Matar a El Nani o a las apariciones en series como Valeria, Supergarcía o Amar es para siempre. “Son fotogénicas y atemporales, su diseño es atractivo y en el cine se usan más como esculturas, por eso los directores de arte se han enamorado de ellas y, sobre todo, las eligen siempre cuando quieren hacer un retrato de época de la España de los años sesenta. Las vemos en películas de Antonio Banderas o Pedro Almodóvar, en el despacho de Don Draper en la ya citada Mad Men e incluso en Indiana Jones”, indica.

Otro experto coleccionista, Lucio Torrijos, atesora 600 luminarias entre las que relucen especialmente un total de 400 modelos de Fase que se ha molestado en restaurar y catalogar con mimo. “Antes nadie las quería, incluso se tiraban en el Rastro. Sin embargo, su precio ha pasado de los iniciales 50 euros a los actuales 300 en pocos años, mientras que los ejemplares más raros alcanzan cifras desorbitadas”, comenta.

Si este artículo despierta el gusanillo coleccionista, Óscar Jiménez nos guía por los distintos medios para conseguir las codiciadas luminarias, “desde Wallapop, para el perfil más bajo, a Todocolección, más fiable porque es la plataforma de coleccionismo donde se hacen subastas serias, pasando finalmente por las tiendas. Una de ellas es Tiempos Modernos, en Madrid, donde se encuentran las más caras, pero en las que el interesado encuentra un asesoramiento más profesional y donde una Torpedo puede alcanzar los 3.000 euros. A ello se añaden las plataformas internacionales como Pamomo, Etsy y 1stDibs o acudir a mercadillos tipo el Rastro de Madrid, donde antes se encontraban lámparas Fase. Ahora es difícil encontrarlas a un precio asequible porque ya todo el mundo sabe de su valor en mercado”, argumenta. En cuanto a la restauración, si, por ejemplo, alguien cuenta con la lámpara del abuelo, pero con el difusor de cristal roto o inexistente, el mercado también ha subido precios exponencialmente y encontrar el vidrio por menos de 50 euros resulta una tarea imposible.

Entre los coleccionistas, Lucio Torrijos es de los que las cataloga no sin antes restaurarlas con mimo. Quien también las restaura es José Luis, un ingeniero industrial que descubrió Fase y también se declara un apasionado de su atractivo diseño. Comenta que empezó a comprar “algunas lámparas incompletas para restaurarlas y dejarlas como en sus días de gloria”. Para ello, ha creado la cuenta de Instagram @larestauraciondeobjetos donde muestra sus trabajos en lámparas propias y en las que recupera por encargos para sus clientes.

Como augura Óscar Jiménez, 2024 será “el año Fase” que es cuando la marca cumple los 60 años desde que apareciera el diseño de la lámpara Presidente. Es de esperar que este diseño tan mítico y revalorizado explosione y se impulse un radio de acción que catapulte este fenómeno a la creación de una colección que todos podamos admirar porque forma parte del ADN del diseño español. Por el momento, ya anuncia la realización de un documental.

Tu comentario se publicará con nombre y apellido
Normas

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_