_
_
_
_
_

Larga, segunda y artística vida para el bote de detergente

El arte, la artesanía y el diseño rescatan a los envases de plástico de su vida finita y les dan nuevos usos para convertirlos en objetos únicos de decoración, transformando problemas en soluciones creativas y audaces

Pieza con peana central (existe versión con cuatro patas) de la serie titulada 'Biografía de una silla', de Oiko Design, expuesta en la galería Il.lacions (Barcelona).
Pieza con peana central (existe versión con cuatro patas) de la serie titulada 'Biografía de una silla', de Oiko Design, expuesta en la galería Il.lacions (Barcelona).

El plástico puede tardar hasta cuatro siglos en desaparecer. Así que, ¿por qué no idear la mejor manera de darle larga vida de forma creativa? A pesar de que España es el quinto país que más residuos recicla (un 60,5%), frente a la media de la Europa comunitaria (39,2%), el porcentaje de plástico que se reutiliza de forma efectiva alcanza solo el 9%. Por tanto, reciclar no es la solución. Lo deseable para el planeta es reducir el consumo de materiales plásticos vírgenes y de un solo uso, pero la situación actual, una vez generada la basura, exige evitar que estos lleguen al medio ambiente.

Algunos analistas plantean que reciclar contamina más que fabricar un nuevo producto porque hay que considerar el gasto de energía, agua y transporte que genera todo el proceso implicado en recuperar los plásticos que, además, son de diversas tipologías y no se pueden mezclar. Llegados a este punto, ¿qué se puede hacer con los envases de plástico? Arte, diseño y artesanía son la respuesta, y creadores, artistas y empresas están involucrados decididamente en no formar parte del problema. Aquí entra en acción una palabra que va más allá del reciclaje: el suprarreciclaje, un proceso de reutilización creativa que consiste en transformar subproductos, materiales de desecho inservibles o inútiles en productos de igual o mayor calidad o utilidad y, por ende, con mayor valor ecológico. Esta palabra acuñada por el arquitecto William McDonough y el químico Michael Braungart, padres del sello Cradle to Cradle, es clave en el futuro del medio ambiente.

Gracias a los creadores, esos envases destinados a mezclarse con el resto de residuos acaban convertidos en sillón, mesa auxiliar, lámpara y hasta en un tocado, como los que realiza Candela Cort con envases que se exhiben en la exposición Madre Natura, comisariada por Teresa Herrero y abierta hasta el próximo 9 de abril en el Fernán Gómez Centro Cultural de la Villa, en Madrid. En España, Oiko Design Office, Alejandra Gandía-Blasco y Rocío Gambín, Ainhoa Garmendia con Mazedonia Design, Nagami Estudio y Helena Rohner son solo algunos de los creadores que investigan y trabajan para, finalmente, reinventar objetos a partir de plásticos que transforman de cara a nuevas aplicaciones.

Los ingenieros en diseño industrial por la escuela Elisava de Barcelona José F. López-Aguilar y Salva Codinach son los fundadores de Oiko Design Office, una consultora de diseño especializada en “el análisis de la huella ambiental, el desarrollo de materiales y la economía circular que acompaña a las principales empresas de diseño en España en su transición hacia una producción más sostenible”, según indican. Biografía de una silla es uno de sus proyectos, consistente en 27 asientos fabricados con plástico reciclado proveniente de envases de detergente y convertidos en piezas únicas, a caballo entre el diseño y el arte. El resultado es escultural y el vídeo de su fabricación, hipnótico. Una masa de plástico de colores aleatorios pasa por un proceso que, al final, prensa el material para dar como resultado una pieza única que conserva varios días el aroma a jabón de lavadora. “La rebaba resultante demuestra el proceso honesto, sin manipulación, y hace la silla más cómoda y expresiva”, explica el galerista Xavi Franquesa, de Il.lacions (Barcelona), donde se exhiben y comercializan estas sillas.

Para Franquesa, en Oiko Design Office entienden el plástico reciclado “como material con un significado propio, con un lenguaje que entra en el ámbito doméstico y con su propio código estético”. Rediseñan y producen, pero, a su vez, crean un procedimiento integral que conecta al diseñador con el operario. Según sus creadores, “aunque el plástico sea el material industrial y sintético por antonomasia”, el diseño puede llevarlo más allá de la homogeneización y convertirlo en un objeto único. “La materia con sus propiedades, el proceso industrial con sus condicionantes y la persona con su voluntad, gobiernan el proceso y se expresan de manera creativa, emocional y física”, advierten.

Proyecto del argentino Werfil Davicino, ganador del segundo Premio Internacional de Diseño Andreu World, realizado con la colaboración de Iñaki Gorostidi.
Proyecto del argentino Werfil Davicino, ganador del segundo Premio Internacional de Diseño Andreu World, realizado con la colaboración de Iñaki Gorostidi.

Además, Oiko Design Office ha fabricado 8′33′', una serie de equipamiento doméstico básico ideado para un estilo de vida nómada por A-R-O, siglas que responden a los nombres de Alejandra Gandía-Blasco, Rocío Gambín y Oiko Design Office. Impulsado por Gandía-Blasco Group, se expone hasta el 19 de marzo en una muestra del Centro del Carmen de Cultura Contemporánea de Valencia bajo el nombre Escenarios de un futuro cercano. Comisariada por la periodista especializada en diseño y arquitectura Tachy Mora, consiste en piezas de material reciclado desarrollado por Oiko Design Office a partir de botes de detergente y jabón con estética inspirada en distintos tipos de mármoles.

Su nombre corresponde a los 500 segundos (convertidos a minutos) necesarios para montar la colección al completo y su diseño se basa en una cuadrícula creada por Thomas Lommée, impulsor de Open Structures, una plataforma de diseño abierto. Las piezas se montan y desmontan con facilidad mediante un encaje a presión realizado con ranuras, por lo que se pueden transportar en paquetes planos, de ahí su cualidad de diseño nómada. Según Alejandra Gandía-Blasco, forman parte de unas piezas que codiseñó con Rocío Gambín para Lommée en un taller de Hannes-Meyer Campus en Berlín, “siguiendo su retícula opensource, que permite montar distintas tipologías de muebles”.

Piezas realizadas a partir de botes de detergente, transformadas en cuadrículas para conformar muebles, actualmente expuestas en una muestra en el Centro del Carmen de Cultura Contemporánea de Valencia.
Piezas realizadas a partir de botes de detergente, transformadas en cuadrículas para conformar muebles, actualmente expuestas en una muestra en el Centro del Carmen de Cultura Contemporánea de Valencia.

Otra creadora española con gran proyección internacional que transforma el plástico a través del diseño es Ainhoa Garmendia. Formada en la residencia de diseño Fábrica de Treviso (Italia), lleva años trabajando con Mazedonia Design. Se consideran “artesanos del plástico” y su trabajo consiste en reciclar restos de envases que aportan tanto personas anónimas como empresas y depositan en el centro Tabakalera de San Sebastián. En este espacio de promoción del arte existe un taller abierto a los ciudadanos que dispone de máquinas e impresoras 3D, realizadas por el colectivo Precious Plastic de Holanda, que permiten la transformación de los residuos.

Mazedonia Design crea objetos domésticos, como taburetes o la lámpara Donut, pero también quillas de surf o columpios. De hecho, acaban de exponer Plastifera, una muestra itinerante de sus trabajos que han desarrollado para la Bangkok Design Week. El nombre de una de las piezas, Plastic Cake, dice mucho del “proceso creativo hecho con hornos como una forma de trabajar semejante a cocinar”, comenta Ainhoa. Este estudio está centrado “en la experimentación práctica de materiales durante todo el proceso de diseño, con el fin de conocer por qué importan los materiales y la importancia del trabajo artesanal”. Son embajadores de Precious Plastic en San Sebastián, donde crean y encabezan talleres para exponer el trabajo de reciclaje de plástico y compartirlo así con los ciudadanos.

'Plastic Cakes' de Mazedonia Design.
'Plastic Cakes' de Mazedonia Design.

La joyera Helena Rohner se suma al upcycling con la serie de mesas auxiliares Uda. Creada junto con la directora de producto Nadia Arratibel, de la firma Ondarreta, consiste en una base de tubo metálico realizado a partir de un material compuesto de polímeros posconsumo y materiales reciclados, como tapones de plástico, que ven alargada así su vida útil. Estos materiales de fabricación que reaprovechan envases tienen la particularidad de darle al diseñador la posibilidad de crear piezas únicas porque es imposible controlar el proceso y conseguir acabados homogéneos y regulares. “Esta falta de uniformidad, lejos de ser un problema, es parte de la identidad que hace especial este material y estas mesas”, asegura Ondarreta. La tapa de PET de superficie lisa y mate, además de ser apta para uso interior y exterior, es fácilmente reparable con papel y lija, con lo que la vida útil de Uda se alarga mucho más.

Como prueba de la implicación de las empresas con la sostenibilidad, la temática del 21º Concurso Internacional de Diseño, de la firma de mobiliario Andreu World, estaba centrada en la economía circular. Y, precisamente, el proyecto denominado Vínculo 8:16, de los diseñadores industriales Werfil Davicino e Iñaki Gorostidi, de Córdoba (Argentina), obtuvo el segundo premio “por su interesante proceso de construcción en plástico reciclado, flexible para construir diferentes estructuras y altamente escalable para fabricar en diferentes magnitudes y con muchos usos, muy versátil y que da solución a un problema existente: evitar una gran cantidad de plástico”, según palabras del jurado.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_