_
_
_
_
_

Así se salvó Amin del fracaso escolar: “Con la FP básica recuperé el ansia por estudiar”

Este joven navarro ha pasado de ir a clase “sin ganas” a recibir un premio junto a otros compañeros por un viaje de estudios a Finlandia

Mohamed Amin Laanaya FP
Mohamed Amin Laanaya, de 19 años, en Arguedas (Navarra).PABLO LASAOSA
Amaia Otazu

“¿A Madrid? ¿Al Teatro Real? ¿A qué?”. Esta fue la respuesta de los progenitores del navarro Mohamed Amin Laanaya (Arguedas, 19 años) cuando este les comunicó que había sido premiado por el Servicio Español para la Internacionalización de la Educación (SEPIE). La sorpresa dio paso al orgullo. Amin es un chico humilde, tímido y trabajador. Es el segundo de cuatro hermanos, hijo de migrantes marroquíes y ha sido uno de los 18 galardonados a nivel nacional por su participación en un proyecto Erasmus+. Viajó a Finlandia con otros compañeros del grado de FP básica de Automoción, que estudió en el CIP ETI de Tudela, y encarnó, a juicio de sus profesores, los valores principales que representan estos galardones: dedicación y determinación ante cualquier desafío. También lo consideró así el SEPIE, que le hizo entrega del reconocimiento a la calidad #ErasmusPlus en FP por haber descubierto gracias a este programa que “la vida tiene un abanico de posibilidades mucho más amplio de lo que había considerado hasta ahora”.

Hasta hace poco, a Amin no le gustaba estudiar: “Me cuesta muchísimo abrir un libro y memorizar”. Cuando empezó la ESO, “iba a clase sin ganas”: “Había alguna en la que me dormía, pasaba de todo y mi tutor me habló de la FP básica”. Su percepción de la FP era mala porque ahí es donde van “todos los que sobran del instituto”, asegura. Pronto cambió el chip: “Le cogí gusto a la mecánica, a la historia, a la lengua, a las matemáticas. Recuperé el ansia por estudiar”. ¿Qué provocó el cambio? “La compañía, los profesores, la manera de dar clase”, explica. “Llegabas un lunes y en vez de tres horas de teoría, tenías tres horas de taller. Allí aprendes, hoy motores, mañana otra cosa. Las matemáticas, por ejemplo, las dan de otra manera. Llegaba el examen y me sabía las fórmulas”. Pone nombre también al cambio: Sergio Serrano (León, 31 años). Es profesor del área de Comunicación y Sociedad (Lengua Castellana, Sociales e Inglés). Él es la persona a la que Amin mira, a la que se refiere cuando habla de su transformación personal. “Ha sido de los mejores profesores que he tenido porque me ha apoyado dentro y fuera de lo escolar”, afirma. Serrano sonríe y recuerda cuando lo conoció, en septiembre de 2021: “Ningún alumno llega motivado porque durante la ESO o sus anteriores estudios suelen ser los que no hacen nada, los que se portan mal, los que siempre tienen la culpa. Llegan un poco resabiados. Luego ven que el ambiente es otro”. Suelen hablar mucho con ellos en privado “porque todos tienen su mochila”: “Ven que nos preocupamos por ellos”.

Serrano fue el impulsor del viaje a Finlandia al que fueron nueve alumnos. Un viaje especial, entre otros motivos, porque la gran mayoría del alumnado procede de familias migrantes con recursos económicos limitados: “No han salido de Tudela más que cuando han ido a Marruecos de vacaciones a visitar a la familia”. Serrano contactó con “un señor de Málaga que vive en Finlandia y organiza estos proyectos”. Fueron 10 días en los que el alumnado participó en todo tipo de actividades, siempre dentro del currículo educativo de su asignatura. “Ellos tuvieron que buscarse la vida para solicitar la beca, saber qué era el Registro General, ir allí a pedir el papeleo, comprar los vuelos, preparar el viaje, organizar el dinero, aprender a autofinanciarse... Y por supuesto, el inglés. La preparación para mí casi fue más importante que el viaje en sí”, cuenta el profesor.

Durante esos 10 días en Finlandia, se reunieron con alumnos de Español y realizaron una presentación sobre su vida en Navarra, en Tudela o en Marruecos. Este último fue el tema elegido por Amin: “Yo decidí explicar cómo funciona Marruecos, la gastronomía, el paisaje, el idioma”. Repitieron el esquema, pero en inglés. Todo un reto para Amin porque no lo dominaba, pero sus ganas volvieron a sobresalir. Visitaron además un centro de FP de Automoción: “Estuvimos un día entero viendo cómo trabajaban, cómo hacían las prácticas, las instalaciones que tenían...”. Y lo que más les gustó fue hacer turismo, relacionado con la asignatura de Sociales: “Hicimos tours por las ciudades más importantes de Finlandia para que conocieran mejor la historia del país”, recuerda Serrano. Para Amin, el viaje fue un revulsivo a todos los niveles. Primero, por la oportunidad de conocer otros lugares. Económicamente, reconoce, lo tiene “muy difícil para viajar” porque viene “de una familia humilde”. También por lo que supuso vivir con otras personas en una situación similar: “Éramos nueve chavales y yo creo que no habíamos viajado ninguno tan lejos, tuvimos que afrontar dificultades como el idioma o cocinar. Fue como independizarte, pero muy pocos días. Una experiencia muy bonita”.

Amin compagina varios trabajos como operario de línea, camarero y entrenador de fútbol, pero su deseo es volver a estudiar y seguir formándose
Amin compagina varios trabajos como operario de línea, camarero y entrenador de fútbol, pero su deseo es volver a estudiar y seguir formándosePABLO LASAOSA

A su vuelta, el Gobierno de Navarra llamó a Serrano y le propuso presentar el proyecto a los premios Erasmus+. Tenían que elegir a un alumno y los docentes lo tuvieron claro: Amin. “Fue el que más representó los objetivos que estábamos buscando. Habíamos visto su evolución durante el viaje, fue el que más lo aprovechó, el que mejor aprendió a expresarse”, explica. Fue Amin quien tuvo que hacer la solicitud al SEPIE y contar su experiencia. “Sergio pensaba que no nos iban a llamar, pero yo estaba confiado”, sonríe Amin.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Amin es, ante todo, trabajador. Compagina varios empleos como operario de línea, camarero y entrenador de fútbol, pero su objetivo es volver a estudiar. No lo está haciendo por otros motivos. Tenía la plaza en el centro politécnico Donapea y un piso apalabrado en Pamplona, pero el arrendador optó en el último momento por meter a otra persona y no encontró otro alojamiento. Eso le ha obligado a posponer su objetivo hasta el próximo curso. Tiene claro que quiere especializarse en el vehículo eléctrico. “Casi todo son ya híbridos, eléctricos. Están desapareciendo los coches manuales, de motor, de gasolina... Me acuerdo de que en clase nos costó muchísimo aprobar electricidad porque son muchas fórmulas pero, si pones empeño y dedicación, lo sacas”. Es un tema que le fascina: “He vuelto a coger mucho interés en estudiar”.

En casa, cunde el ejemplo. Para él, lo es su padre, con experiencia como mecánico: “Hace dos años me hablaba de algo y yo ni me enteraba y ahora le puedo ayudar, le puedo sacar una solución”. Sus progenitores están muy contentos. “Pensaban que no iba a seguir estudiando cuando terminase el grado, que me iba a poner a trabajar, pero cuando les dije que quería seguir, les gustó y me quieren ayudar”. Amin también es un ejemplo para su hermano pequeño, que está cursando una FP de Mantenimiento, y para el resto de los alumnos del CIP Tudela. “Es una fuente de motivación”, asegura Serrano, que critica que la FP básica esté “totalmente denostada”. Es una puerta que se abre y que permite abrir otras. Y si no, que se lo pregunten a Amin.

Suscríbete aquí a nuestra newsletter diaria sobre Madrid.

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites
_
Tu comentario se publicará con nombre y apellido
Normas

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_