Madrid recupera puntuación y suspende en equidad e igualdad de oportunidades
Esta vez el Gobierno de la comunidad no cuestiona el informe PISA: si los resultados mejoran se presume de buena gestión y si no, se reprocha la falta de cultura del esfuerzo del alumnado y de las familias
La generación que ha hecho la prueba PISA en 2022, con 15 años, nació en 2007 y ha sufrido desde 2009 a 2018, en especial el alumnado con mayores necesidades y que requiere mayor atención a la diversidad, importantes recortes en educación aplicados por los Gobiernos del PP, el covid, la crisis derivada de la guerra de Ucrania…
En PISA 2022 se produce, seguramente por ello, un descenso generalizado en los resultados en todas las competencias en la OCDE. Sin embargo, España se muestra más resiliente y desciende menos. Estos son los resultados de la OCDE, de España y de Madrid: 472, 473 y 494, respectivamente, en Matemáticas; 484, 485 y 502 en Ciencias; y 476, 474 y 496 en Lectura. Madrid no solo desciende menos, sino que vuelve, parcialmente, a los niveles previos a 2018, en donde tuvo un hundimiento notable. Esta vez el Gobierno de la comunidad no cuestiona PISA: si los resultados mejoran se presume de buena gestión y si no, se reprocha la falta de cultura del esfuerzo del alumnado y de las familias.
Los resultados de Madrid están entre los de las cuatro o cinco mejores comunidades, pero, a diferencia de ellas, en Madrid estos resultados presentan sesgos que les hacen muy cuestionables y no se producen en la OCDE. Son peores que en la media nacional para las alumnas que para los alumnos en Matemáticas y en Ciencias; peores que la media nacional para los alumnos inmigrantes; y más condicionados que en ningún otro lugar por la titularidad pública o privada de los centros: en Matemáticas, si se descuenta el efecto del contexto socioeconómico (ISEC) del alumno y centro, los públicos obtienen mejor puntuación que los privados, 483 puntos en los públicos frente a los 480 en los privados.
Es decir, en igualdad de condiciones socioeconómicas y culturales, la puntuación es mayor en los centros públicos. Y ello gracias a la reducción a 20 alumnos por grupo financiada por el Gobierno central y a pesar de que los profesores de refuerzo, también financiados por el Gobierno central, fueron despedidos en Madrid antes que en el resto de las autonomías. Es urgente un reconocimiento a la práctica docente del profesorado de los institutos y al éxito de su comunidad educativa y, particularmente, de sus estudiantes.
La Lomloe, la mayor atención a la diversidad, la perspectiva de género en el currículo, el bienestar emocional, una escolarización no segregadora…, aspectos cuestionados por el Gobierno de Ayuso, son fundamentales para mejorar y avanzar.
Un sistema educativo es equitativo y garantiza la igualdad de oportunidades y el desarrollo económico y social de todos y todas cuando el resultado del alumnado no depende de su género, país de nacimiento o nivel socioeconómico. Sin embargo, en la Comunidad de Madrid los resultados se ven determinados en buena medida por estos factores.
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