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Más de 11.000 muestras sin analizar en el hospital de La Paz por falta de personal de laboratorio

Una paciente denuncia que lleva seis semanas esperando para recibir los resultados de una biopsia y los profesionales sanitarios advierten de que el déficit de trabajadores en el servicio de anatomía patológica del centro público viene de lejos

Una profesional sanitaria observa una placa en el área de laboratorio dedicada a microbiología del hospital La Paz, en Madrid.
Una profesional sanitaria observa una placa en el área de laboratorio dedicada a microbiología del hospital La Paz, en Madrid.Kike Para
Beatriz Olaizola

Blanca Sellés de Oro fue a hacerse una biopsia en el hospital de La Paz hace seis semanas. Entonces, le extrajeron ocho muestras de tejido, para analizarlas y determinar si las células de esa zona del cuerpo son malignas o no. Pero la paciente, de 62 años y enfermera de profesión, todavía no ha recibido el resultado. El servicio de anatomía patológica ―que se encarga de este tipo de pruebas― está sobrecargado por la falta de personal y los técnicos del laboratorio han empezado a doblar turnos para sacar adelante las 11.600 muestras acumuladas que están todavía sin procesar, según han contabilizado los propios trabajadores este jueves. “Llevo cinco días llamando a atención al paciente y no cogen el teléfono. He mandado una carta [como denuncia] al servicio y tampoco han respondido”, se queja la mujer.

Los técnicos de laboratorio de La Paz no pueden más. Llevan toda la semana trabajando el doble, pero tienen miedo de las represalias si hablan de ello, cuenta Guillén del Barrio, representante en el hospital público del sindicato Trabajadores en Red. “Están muy asustados. Cada vez que se han quejado o en alguna reunión han planteado mejoras, los han trasladado a otro departamento, a empezar de cero, como castigo”, explica. Los sanitarios han contado las pilas de muestras varias veces, la última este jueves por la mañana, para calcular cuánto retraso llevan: 11.600 placas con el tejido de miles de pacientes y tacos de folios con cientos de expedientes repartidos por cada rincón el laboratorio. En las mesas no queda un hueco libre y apenas esta semana han empezado a analizar las muestras de hace un mes.

“Hemos recibido muchísimas llamadas de diferentes profesionales, muy angustiados. Están trabajando en una situación de estrés tremenda”, dice María Nieves Lozano Carbonero, técnico superior de anatomía patológica y secretaria de acción sindical del sindicato Estatal de Técnicos Superiores Sanitarios. La profesional señala que 11.600 muestras sin analizar no equivale a 11.600 pacientes esperando: “Cuando te quitan un quiste, por ejemplo, se meten una o dos muestras. Si es un tumor igual hasta 60. Por apendicitis, una”. Pero sí advierte de que la situación es “muy grave” y las personas pendientes de un resultado, como Sellés, se cuentan en miles.

Muestras acumuladas en el servicio de anatomía patológica del hospital de La Paz, en una imagen cedida.
Muestras acumuladas en el servicio de anatomía patológica del hospital de La Paz, en una imagen cedida.

Daniel Bernabéu, presidente del sindicado Amyts y médico en La Paz, cuenta que los retrasos en el análisis de muestras son algo “crónico” en el hospital público: “Es un diente de sierra, con momentos donde va a peor, como en verano, y otros menos sobrecargados. Ahora los trabajadores se van de vacaciones, justo antes suele darse un pico de actividad quirúrgica y se acumulan las muestras”. Hay un déficit de siete técnicos de laboratorio, indica, y las sustituciones llegan con cuentagotas. “Este año hay un problema añadido, porque han contratado personal con menos experiencia, al que los profesionales, ya saturados, tienen que guiar. Lo retrasa más todo”, explica el sanitario.

Cuando a Sellés le dijeron que el resultado de su biopsia tardaría más de un mes, pensó que era un error. Pero pasaban los días, sin respuesta, y empezó a ponerse nerviosa. “Lo importante en anatomía patológica es la capacidad de diagnóstico, porque según lo que diga la biopsia se plantea un tratamiento u otro. El tiempo es vital y puede marcar la diferencia entre pillar algo a tiempo o no”, señala. En su caso, fue paciente de cáncer y dos de las ocho muestras son clave para determinar si tiene nuevas células tumorales en otra parte del cuerpo. Después de la enésima llamada, le han enviado el resultado de seis de las biopsias, pero aún faltan las dos que más le angustian. “Somos pacientes detrás de cada prueba y tenemos derecho a un diagnóstico rápido. El que tenga dinero podrá ir a la privada para que le hagan la biopsia y le den resultados”.

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En la página web del hospital están establecidos los tiempos aproximados de espera por tipo de prueba: una biopsia convencional es de 3 a 7 días; si incluye tejido quirúrgico puede alargarse dos semanas. Las que más tiempo llevan son las piezas quirúrgicas de mayor complejidad y las citologías ginecológicas, que pueden tardar hasta un mes. Bernabéu indica que “lo normal” es que con una biopsia no se superen los 15 días y que con las de cirugía las dos o tres semanas. “La ausencia prolongada de resultado afecta a muchas cosas, pero donde tiene más impacto es en oncología, porque gracias al ello se define qué tratamiento poner en marcha y cuándo”, añade el médico.

Trabajadores “superestresados”

Un portavoz de la Consejería de Sanidad admite que hay demoras en el procesamiento de las muestras, pero puntualiza que sí se han cubierto todas las bajas y suplencias de técnicos superiores. Han contratado a ocho personas y los retrasos se deben a “la falta de experiencia de los técnicos contratados para poder realizar el procesamiento de muestras de manera autónoma y la obligada formación a la que han sido sometidos por parte del hospital”. Aun así, señala que están tomando medidas para “recuperar la normalidad” y que todas las biopsias de carácter urgente se van a procesar de forma preferente. “La Comunidad de Madrid quiere lanzar un mensaje de tranquilidad a la población y, especialmente, a los pacientes [...] Además, no todas las biopsias están relacionadas con enfermedades cancerígenas o tumorales”, añade.

Para María Nieves Lozano la sobrecarga es resultado de una “mala organización” del Servicio Madrileño de Salud (Sermas): “Los técnicos que están llamando para cubrir los huecos en todos los hospitales vienen de una bolsa de trabajo cerrada en 2019″. En esa bolsa, explica, hay actualmente 943 personas, y 469 de ellas no ha trabajado nunca, casi el 50%. “El problema no es de los técnicos, independientemente de que los formen mejor o peor. Es que acabaron hace cinco años hasta ahora no han trabajado. La culpa es de la dirección general de recursos humanos”, critica. La última oposición que sacó la Comunidad de Madrid fue en 2016 y la anterior en el 2000, señala.

La falta de profesionales se extiende al resto de hospitales de la región, pero por ahora no tienen constancia de que la sobrecarga en ellos alcance el nivel de La Paz. “Hasta el mes de junio tenían un celador de mañana y otro de tarde que realizaban funciones de técnico [que no les corresponden]. Ha ocurrido toda la vida en el hospital. Los quitaron y no han puesto a nadie para sustituirles. Hay bajas y abra más porque la gente está superestresada, la salud mental de estos trabajadores va a peor”, denuncia Lozano. La Consejería indica que “para solucionar el problema y ponerse al día se van a adoptar turnos extras de trabajo”.

Del Barrio cuenta que La Paz ya ha recibido denuncias por retrasos en el diagnóstico en más de una ocasión: “La situación ahora es extrema. Es un problema que ya había y que se ha ido agravando. Los jefes de servicio llevan tiempo reclamando más personal, pero no le sale rentable al hospital”. El representante sindical explica en el hospital manejan un documento ―llamado Contrato Programa― que fija los 38 objetivos que debe cumplir la dirección. El parámetro que más peso tiene (con un 14%) es el de presupuesto de personal. “Es una forma elegante de decir que ganan dinero al no cubrir las bajas. Es la tónica habitual, pero en este servicio es especialmente grave”, añade.

Saturación y sobrecarga son dos palabras que conocen bien los profesionales que trabajan en La Paz, que da servicio a más de 528.000 personas. Cada poco tiempo salta en redes sociales y medios que las urgencias están hasta arriba, que los pacientes no caben en ningún lado y que los terminan colocando en los pasillos. En el centro mejor valorado por los sanitarios españoles desde hace 58 años falta personal y falta espacio. Se inauguró en 1964 y lleva años esperando una ampliación que no llega.

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Sobre la firma

Beatriz Olaizola
Es reportera en la sección de Madrid. Antes escribió reportajes para eldiario.es en el País Vasco, donde cubrió sucesos y temas sociales, políticos y culturales. También realizó prácticas en la Agencia EFE. Graduada en Periodismo por la Universidad del País Vasco y máster en Periodismo UAM- EL PAÍS.

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