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Ayuso reivindica a sus antecesoras Aguirre y Cifuentes y potencia el partido de Madrid como laboratorio de ideas del PP

La nueva presidenta regional de los populares reúne a la formación con la convención ideológica de octubre y las elecciones de mayo en el horizonte

De izquierda a derecha, Ana Millán, Isabel Díaz Ayuso, Alfonso Serrano y Jesús Moreno, en la reunión del PP de Madrid.
De izquierda a derecha, Ana Millán, Isabel Díaz Ayuso, Alfonso Serrano y Jesús Moreno, en la reunión del PP de Madrid.Luis Sevillano
Juan José Mateo

Isabel Díaz Ayuso mira al pasado para preparar su futuro. Este miércoles, solo dos días después de homenajear a la expresidenta Esperanza Aguirre en la Real Casa de Correos, las dependencias del Gobierno regional, la líder conservadora cita por primera vez en la sede de Génova a los nuevos integrantes de la dirección del PP de Madrid. La reunión no tiene carácter celebratorio. Al contrario. Ayuso quiere un PP de Madrid en tensión, y tensión hay: los cuadros medios asumen que habrá una gran renovación en las listas para las elecciones de mayo de 2023 (“los partidos no pueden ser clubes de amigos”, advirtió la líder) y aguardan con expectación a la convención, en la que se rearmará el ideario de la formación sin dejar de reivindicar un pasado tan marcado por la bonanza de Madrid como por la corrupción. Así lo recalcó Ayuso durante el congreso de mayo: “[El PP de Madrid es] el partido de políticos como Alberto Ruiz-Gallardón, Esperanza Aguirre o Cristina Cifuentes, al que miran desde todo el país como laboratorio de ideas y políticas públicas. La vanguardia”.

Pasado el mediodía de este miércoles, los cuatro nuevos vicesecretarios del PP de Madrid se fotografían en la calle de Génova, con las siglas del PP a su espalda. Es el día de su estreno, aunque no parece que haya tiempo para regodearse en ningún jolgorio. Al flash del fotógrafo le sigue la entrada a buen ritmo de los cuatro: Ana Millán, Jesús Moreno, Inmaculada Sanz y Jorge Rodrigo. Ayuso ya espera dentro de la sede del partido junto a su número dos, Alfonso Serrano. Y sobre la mesa hay un montón de planes que tienen como objetivo final mejorar el resultado del 4-M para llevar a la presidenta hasta la mayoría absoluta, y al partido hasta las alcaldías que hoy ocupa el PSOE en el sur de la región (Leganés, Fuenlabrada, Getafe...)

“Estamos a 360 días para las elecciones, y hay que revitalizar y dinamizar al partido”, explicita Serrano, el nuevo secretario general del PP de Madrid, que sustituye en el cargo a Ana Camins. “El mensaje con el que nos presentamos al congreso [del PP de Madrid] es que todos los partidos tienen sus luces y sombras, aciertos y errores, en su gestión, y que nos sentimos orgullosos de lo que este partido ha hecho por y para Madrid durante 20 años”, sigue. “Eso pasa por poner en valor lo que han hecho los que han tenido responsabilidades de gobierno: eso habla de los presidentes autonómicos, como Alberto Ruiz-Gallardón, Esperanza Aguirre o Cristina Cifuentes, o de los alcaldes, como Álvarez del Manzano, Ana Botella o Almeida”, añade, dejando fuera de la lista a Ignacio González, implicado en el caso Lezo, y a Ángel Garrido, que dejó el PP por Cs tras ser presidente regional. “Esa es la base sobre la que vamos a seguir trabajando”, recalca. Y remata: “Queremos celebrar la convención porque es importante que haya una reactivación política e ideológica del PP en Madrid”.

Guiños constantes

Los guiños de Ayuso hacia Aguirre y Cifuentes están siendo constantes. Atrás quedan los tiempos en los que los problemas judiciales de las dos expresidentas hicieron que la líder actual intentara separarse de ellas, mientras los casos Gürtel, Púnica o Lezo copaban portadas y titulares. Cifuentes recibió de manos de Ayuso la medalla del oro en la ceremonia del Dos de Mayo de 2021. Aguirre acaba de ser homenajeada con la inclusión de su retrato en la galería de expresidentes regionales. Y ambas son invitadas a todos los actos importantes del partido, a los que Aguirre, investigada en la trama Púnica, acude como quien va a beber de la fuente de la eterna juventud, feliz del remolino de cámaras que se organiza a su alrededor, todo un contraste con Cifuentes, que ya no se deja ver en las convocatorias de un partido que le dio la espalda cuando estalló el caso máster.

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Unidas por sus respectivas biografías (Aguirre hizo diputada a Ayuso, y Cifuentes la convirtió en viceconsejera), el mimetismo se refuerza a cada paso que da la nueva líder. Tras meses de pulso interno con la dirección de Pablo Casado, la baronesa ha conseguido aunar el poder institucional (presidenta de la Comunidad) y el orgánico (presidenta del partido). Esa doble condición permitió a sus predecesoras convertirse en un auténtico contrapeso interno para Mariano Rajoy. Un problema potencial que no desconoce Alberto Núñez Feijóo, el nuevo líder nacional de los conservadores, por mucho que Ayuso recuerde una y otra vez que no tiene ambiciones más allá de Madrid, y que está a su servicio. Para empezar, el PP de Madrid al completo ya trabaja para garantizar que mantenga el poder tras las elecciones de 2023.

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Sobre la firma

Juan José Mateo
Es redactor de la sección de Madrid y está especializado en información política. Trabaja en el EL PAÍS desde 2005. Es licenciado en Historia por la Universidad Complutense de Madrid y Máster en Periodismo por la Escuela UAM / EL PAÍS.

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