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El otro 4-M de Ayuso: poder absoluto para conquistar los ayuntamientos de la izquierda

La presidenta estudia rediseñar el Gobierno y el PP regional de cara a los comicios de 2023

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Diaz Ayuso, sopla las velas de una tarta junto a la diputada Noelia Núñez para celebrar el aniversario de las elecciones del 4-M.
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Diaz Ayuso, sopla las velas de una tarta junto a la diputada Noelia Núñez para celebrar el aniversario de las elecciones del 4-M.Jaime Villanueva
Juan José Mateo

Un año después de la victoria del 4-M, Isabel Díaz Ayuso lo quiere todo. Primero, el poder absoluto en el PP de Madrid, donde unirá la presidencia de la Comunidad y la del partido a finales de este mes. Después, una posible reorganización interna del Ejecutivo (centrada en cargos intermedios) y del partido (en la que se penalizará a quienes dudaron del contrato público con Priviet para comprar mascarillas que permitió a su hermano ganar más de 55.000 euros). Y como remate, la conquista de los principales ayuntamientos de la izquierda: este miércoles, en Fuenlabrada, donde nunca ha gobernado el PP, la baronesa regional ha dado el pistoletazo de salida al largo esprint con el que intentará que la formación conservadora gane en las elecciones de 2023 las alcaldías de los grandes bastiones del PSOE y sus aliados en la región (Alcalá de Henares, Alcorcón, Getafe, Móstoles, Leganés, Arganda del Rey, Pinto o la propia Fuenlabrada). Una misión para la que el partido parece dispuesto a emplear munición del calibre más grueso.

“Del socialismo se sale. Hay grandes ejemplos. En Andalucía salieron, y ya no quieren más”, ironizaba Díaz Ayuso durante el mitin con el que celebraba su victoria electoral de hace un año, en la que logró 65 diputados, más que toda la izquierda junta. “La izquierda nos trata [a Madrid] como un lugar de personas homófobas, en blanco y negro, de parálisis y desidia”, ha seguido. “No es lo mismo ser popular que populista, ni social, que socialista”, ha añadido. Y ha advertido: “El silencio es el peor enemigo”.

“La izquierda es como las hienas del Rey León, solo buscan la bazofia, el insulto, el emponzoñar la política madrileña”, ha lanzado Alfonso Serrano, el portavoz parlamentario del PP.

“El sur no es de la izquierda, del socialismo se sale, como bien dices, y pronto lo vamos a demostrar”, ha espetado Noelia Núñez, diputada autonómica y previsible candidata del PP en Fuenlabrada. “No nos merecemos a una izquierda que nos lastra, cada vez más vecinos reniegan de la estafa que es el socialismo”.

Las soflamas del mitin, y la fanfarria que rodea a una jornada llena de actos de celebración, oculta la pesada digestión que está haciendo el PP de todas las polémicas que le han rodeado en los últimos meses. Está la salida de Pablo Casado tras perder su pulso con Díaz Ayuso. Están los contratos firmados en la pandemia por la Comunidad y el Ayuntamiento. Y está el futuro inquietante que se abre para muchos con la llegada de la baronesa al poder orgánico: toca elaborar las listas electorales de 2023, y la presidenta regional ya ha advertido de que está preparada para sustituir a quien no tenga posibilidades de victoria, y a quien pusiera en duda la labor de su Gobierno por el contrato que benefició a su hermano.

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Casadistas hemos sido todos, es lo suyo, solo faltaba”, ha dicho Díaz Ayuso durante un encuentro informativo organizado este jueves por Europa Press, en el que ha asegurado que no tomará represalias contra quienes apoyaran al ya expresidente del PP. “Cosa distinta es quien hayan puesto en tela de juicio la honorabilidad de mi gobierno, y su gestión”, ha añadido, advirtiendo que también puede remodelar los “puestos intermedios” de su Ejecutivo. “Eso sí lo voy a tener en cuenta”, ha subrayado. Y ha rematado: “Hemos trabajado a céntimo de euro, con honradez. No voy a olvidar que se haya intentado trasladar algo distinto”.

Ningún cargo popular se ha dado por aludido en público, aunque pronto han comenzado las quinielas sobre quiénes pueden ser los afectados, y con ellas, el repaso mental de en qué términos apoyó cada cuál a Casado en los peores días de la crisis desatada entre los dos líderes. De puertas a fuera, sin embargo, fuegos artificiales.

Así, Díaz Ayuso ha dicho que ha cumplido o puesto en marcha más del 90% de su programa de gobierno, pese a que hay promesas clave que aún no han visto la luz. De hecho, ha vuelto a asegurar que pronto estará lista una de ellas: ampliar las bonificaciones de los impuestos de Sucesiones y Donaciones del 15% al 25% entre hermanos, y del 10% al 20% entre tíos y sobrinos. Y en paralelo, mientras era aplaudida por bajar impuestos, la presidenta de la Comunidad se ha quejado de que el Gobierno de España no aporte fondos para sufragar la factura de la subida de la luz en el Metro, o de atender a los refugiados que huyen de la invasión rusa de Ucrania, que ha cifrado en 1.000 millones de euros.

Espejismo

Sin embargo, la celebración del primer aniversario del 4-M fue para los portavoces de los partidos de la oposición de izquierdas un espejismo de bonanza y alegría.

“El tiempo es ahora mismo un artículo de lujo, y la legislatura que llevamos de la señora Ayuso ha sido una pérdida de tiempo”, ha contrapuesto Mónica García, la líder de Más Madrid. “Perder el tiempo esperando a nuestro médico, al metro, y a qué proyecto nos ofrece la señora Ayuso”, ha ejemplificado. “Hasta ahora no hemos conocido ni un solo proyecto que nos haya presentado para el futuro de esta Comunidad”.

“La libertad que se prometía se ha convertido en menos servicios públicos, en menos calidad de vida, en una situación en la que muchísimos vecinos sufren el récord histórico en listas de espera...”, ha ampliado Juan Lobato, el secretario general de los socialistas madrileños. “Por desgracia este es el balance de este año de gobierno, unido a la falta de transparencia, al haberse escondido y no dar la cara por el caso de su hermano”.

“Estamos peor que hace un año”, ha rematado Carolina Alonso, la portavoz de Podemos, que coquetea ya con intentar una difícil alianza electoral de toda la izquierda para hacer frente a Díaz Ayuso en las elecciones de 2023. Y ejemplifica: “No lo digo yo, lo dice el informe de Cáritas: en Madrid crece la desigualdad. También el informe de Eurostat: en Madrid ha bajado la esperanza de vida tres años y medios. Y lo dicen los jueces, que están investigando los diferentes casos de corrupción entorno a las mascarillas”.

Esos dos Madrid tan alejados en su descripción pasarán pronto el examen de las urnas: queda un año para las elecciones municipales y autonómicas de 2023.

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Sobre la firma

Juan José Mateo
Es redactor de la sección de Madrid y está especializado en información política. Trabaja en el EL PAÍS desde 2005. Es licenciado en Historia por la Universidad Complutense de Madrid y Máster en Periodismo por la Escuela UAM / EL PAÍS.

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