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Un año de la tragedia en la mina de Súria: “Fue un accidente evitable, lo que queda es tristeza”

Homenajes y reconocimientos a los tres geólogos fallecidos reconfortan a las familias, mientras el caso sigue en fase de instrucción

Josep Catà Figuls
Dos trabajadores de la mina de Súria se abrazan en la entrada de la instalación, el día 9 de marzo de 2023, cuando se produjo el accidente.
Dos trabajadores de la mina de Súria se abrazan en la entrada de la instalación, el día 9 de marzo de 2023, cuando se produjo el accidente.Albert Garcia

La herida que se abrió con la muerte de tres geólogos en la mina de Cabanasses, en Súria (Barcelona) todavía está lejos de cerrarse. Hoy hace un año, hacia las 7.35 de la mañana, una losa de 1,9 toneladas se deprendió del techo de una de las galerías de la explotación y cayó encima de tres jóvenes geólogos que analizaban la veta de potasa. Óscar Molina, Victoriano Pineda y Daniel Álvarez —de 28, 29 y 31 años respectivamente— murieron en un accidente que la empresa que explota la mina, Iberpotash, sostiene desde el principio que fue “imprevisible”, una afirmación que el sumario de la investigación judicial pone en duda. Un año después, el caso sigue en fase de instrucción, y pese a los homenajes y reconocimientos reconfortan a las familias, siguen sin cicatrizar su dolor: “Eran tres niños maravillosos, extraordinarios, y no les tocaba morir ese día. Fue un accidente evitable, pero ocurrió, y lo que queda es tristeza”, dice María José González, la madre de Victoriano.

La indignación de las familias tiene un origen claro: la contradicción entre lo que sostiene la empresa desde que, un mes y medio después del accidente, hizo pública parte de su investigación interna —que el suceso fue imprevisible y que no había forma de haberlo evitado— y lo que muestran algunos testigos, la policía catalana y parte de la documentación aportada en el caso: los Mossos sospechan que la excavación de una parte no planificada en esa galería debilitó el techo y fue la causa del accidente. Justamente en esa zona había caído una roca una hora antes, y los trabajadores que lo vieron dejaron constancia de la alerta —”¡¡¡Ojo techo!!!”, escribireron en un parte— pero este aviso no llegó a los geólogos, que ya habían entrado en la mina porque los horarios se solapaban.

En la mina hoy habrá un minuto de silencio antes de cada turno, y durante la jornada de recuerdo el departamento de Mecánica de Rocas de Iberpotash plantará un olivo en memoria de los fallecidos. La comunidad minera, que siempre muestra un fuerte sentido de la devoción y el respeto por los fallecidos en el trabajo, ha colocado en las instalaciones dos figuras de Santa Bárbara, la patrona de los mineros, y celebrará una misa.

La madre de Victoriano expresa que ha pasado por momentos de enfado, indignación y rabia, pero que en última instancia queda la tristeza. “Porque ya no tienes el futuro que te habías imaginado, que era él terminando el doctorado, haciendo un postdoctorado, y era él estando aquí en casa”, dice desde Almoradí, un pueblo de la comarca de la Baja Vega (Alicante), de donde es la familia de Victoriano, y donde hoy familiares y amigos le rendirán homenajes con fotografías y canciones del grupo de música en el que él tocaba el bajo. “Era una persona que nunca tenía un mal gesto, transmitía paz, serenidad y tranquilidad. Es muy difícil aceptarlo”, explica González. Pedro Molina, padre de Óscar, explica que a su hijo “le encantaba la geología”. Vive en Sant Joan de Vilatorrada, cerca de Manresa y de la mina de Súria. “Las prácticas las hizo allí, le gustó, también gustó a sus jefes y se quedó. Su trabajo le encantaba. Es triste que una persona vaya a trabajar y salga sin vida”. Pedro explica que ha habido muchos homenajes y que la gente “se ha portado muy bien”, pero lamenta que la empresa no les ha contactado. “Nosotros creemos firmemente que son muertes que se podrían haber evitado”, zanja.

Las tres familias se vieron el pasado mes de noviembre en el acto de graduación de la Escuela Politécnica Superior de Ingenieria de Manresa, vinculada al UPC, donde Óscar y Daniel estudiaban el máster de ingeniería de minas. En el acto se les entregó a las familias los diplomas de graduación, y ahí acudieron todos, también la familia de Daniel, de origen colombiano. Los tres geólogos compaginaban sus estudios con el trabajo en Iberpotash —donde Molina era mecánico de rocas desde hacía tres años, Pineda llevaba tres meses con un contrato eventual, y Álvarez llevaba solo 11 días con un contrato de prácticas—, y las facultades donde estudiaban han organizado o preparan varios homenajes.

La UPC de Manresa nombró en su honor una sala de estudios, y en la UB, Lluís Gibert, el tutor de la tesis de Victoriano, explica que la sala de becarios de doctorado donde trabajaba llevará su nombre, al igual que también dos premios (el de mejor poster presentado por estudiantes de doctorados en cada congreso de la Sociedad Internacional de Sedimentología, y el del mejor monólogo en las jornadas de investigación y divulgación de doctorado UB). “El objetivo es recordar a las víctimas para que en el futuro se sigan con más rigurosidad todos los protocolos de seguridad en minería, y que accidentes como este no vuelvan a pasar”, explica el profesor. El decano de la facultad de Ciencias de la Tierra, Albert Soler, explica que a esto se le añadirá que en junio se le dará la mención de doctor de forma póstuma a Pineda, durante un congreso que versará sobre el periodo geológico que él estudiaba, el Mesiniano. También se instalará una roca del periodo terciario en la facultad, cerca del jardín geológico, que será en reconocimiento de los tres fallecidos. “La facultad ha estado muy afectada, nunca me esperaba tener un golpe como este, espero que no se repita más. Sabemos que nuestro trabajo tiene riesgos, pero eso no significa que no se tengan que evaluar”, apunta el decano.

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Sobre la firma

Josep Catà Figuls
Es redactor de Economía en EL PAÍS. Cubre información sobre empresas, relaciones laborales y desigualdades. Ha desarrollado su carrera en la redacción de Barcelona. Licenciado en Filología por la Universidad de Barcelona y Máster de Periodismo UAM - El País.
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