La UPC rinde homenaje a dos de los geólogos muertos en el accidente de la mina de Súria, alumnos de un máster
El tercer fallecido por el desprendimiento de una roca estaba a punto de terminar el doctorado, y la UB prepara un acto en el que su tutor defenderá la tesis
Un acto de graduación es, por lo general, una celebración: alumnos bien vestidos, ataviados con las bandas de graduados, listos para recibir los premios a los mejores expedientes o los trabajos más sobresalientes. El acto de graduación del jueves en la UPC de Manresa cumplió con todo esto, pero había una nota triste entre tanta alegría, que no se le escapaba a nadie. Tres de los alumnos que deberían haber terminado el curso con ellos murieron este año: uno en un accidente de tráfico en enero, y dos en un trágico accidente en la mina de potasa de Cabanasses, en Súria, ocurrido en marzo, en el que también falleció otro joven doctorando de la UB. Ambas universidades han llevado a cabo o preparan actos de homenaje a los tres geólogos fallecidos en la mina.
El accidente de Súria, cuya investigación sigue su curso en los juzgados, conmocionó a la comunidad universitaria, ya que los tres fallecidos estaban aún vinculados con los estudios. Óscar Molina, de 28 años, estudiaba junto con Daniel Álvarez, de 31 años, el máster de ingeniería de minas en la Escuela Politécnica Superior de Ingenieria de Manresa, vinculada al UPC. Victoriano Pineda, de 29 años, había terminado su contrato de doctorado en la UB hacía unos meses, y se preparaba para defender su tesis, enfocada en las cuencas neógenas de la Cordillera Bética. Murió antes de poder hacerlo, y desde entonces compañeros y profesores esperan la ocasión de que se le otorgue de forma póstuma el título de doctor, a lo que se comprometió el rector de la UB. La universidad explica que está preparando un acto en el que su tutor defenderá la tesis.
Los tres geólogos compaginaban sus estudios con el trabajo en Iberpotash, la empresa que pertenece a la matriz israelí ICL y que gestiona la mina de potasa de Súria. Molina trabajaba ahí desde hacía tres años como mecánico de rocas, Pineda llevaba tres meses con un contrato eventual, y Álvarez solo trabajaba en la mina desde hacía 11 días, con un contrato de prácticas de la UPC. “Tenían en común la ilusión por desempeñar su primer trabajo y su pasión por la Geología”, expresó el Colegio de Geólogos en una publicación de homenaje a los fallecidos en abril.
Los compañeros de Álvarez y Molina guardaron un minuto de silencio al inicio del acto de graduación, mientras en la pantalla se proyectaba una fotografía del primero escalando y el segundo retratado en la cima de una montaña. La tercera foto rendía homenaje a Stepan Shkvarylo, estudiante del grado de automoción y que falleció en un accidente de tráfico en enero. “Para ellos se les ha cerrado el libro demasiado pronto en trágicos accidentes”, recordó Pere Palà Schönwälder, director de la UPC Manresa, un recuerdo al que se sumó el rector, Daniel Crespo: “Todos los alumnos son únicos y ellos también lo eran”. Los tres fallecidos figuraron en las listas de graduados.
Arnau, uno de los compañeros de Álvarez y Molina, conocía a este último de vista porque solo le quedaban pocas asignaturas, y coincidía con más frecuencia con Álvarez, un joven colombiano que había venido para estudiar este máster. La escuela puso unas placas conmemorativas en el laboratorio, y el compañero, entre las celebraciones por la graduación y las fotos con los familiares, recuerda la tristeza que sintió: “Daniel era muy buena persona, estaba en todas las actividades, siempre de buena gana. Fue un golpe muy duro para todos”.
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