La permanencia de Colau en el Ayuntamiento dificulta un pacto tripartito de izquierdas en Barcelona
El alcalde socialista Jaume Collboni y ERC avanzan en un acuerdo sin los comunes
El sábado 13 de enero, cuando Ada Colau anunció que se quedaba en el Ayuntamiento de Barcelona pese a estar en la oposición habiendo sido alcaldesa ocho años, el tablero político de la ciudad se tambaleó. En el Ayuntamiento, la permanencia la líder de los comunes dificulta un pacto tripartito de izquierdas, capitaneado por el alcalde socialista, Jaume Collboni, y ERC. En clave interna del propio espacio de los comunes, la decisión de su líder tapona su sucesión. Este viernes Barcelona en comú celebra el primer plenario del año y la estrategia a seguir en el Ayuntamiento está en el orden del día. Parte de las bases del partido asumen que no se gobernará con el PSC, aunque es una incógnita si habrá un cambio de cromos en una eventual aprobación de los presupuestos de la Generalitat y si Barcelona entraría en la ecuación.
Casi un mes después del anuncio de Colau, las conversaciones entre Collboni y los republicanos para gobernar conjuntamente avanzan, mientras están estancadas con los comunes. Este martes, el portavoz de ERC, Jordi Castellana, pidió “discreción” sobre el avance de las conversaciones. Parte de las bases de ERC no quieren que su partido se integre en un gobierno en el que también esté la ex alcaldesa, como quedó patente durante las asambleas de los casals republicanos de la ciudad. Fuentes del partido aseguran que incluso la actual líder de ERC en el consistorio, Elisenda Alamany, no quiere entrar a Gobernar con Collboni si está Colau. Ella lo niega. La relación entre ambas es mala desde que Alamany, que militó en las filas de los comunes, fue fichada por el republicano Ernest Maragall en 2019. ERC ganó a los comunes por pocos votos.
En el PSC, el escenario de Gobernar con la alcaldesa, la misma figura política con quien gobernaron como socios minoritarios en los dos mandatos pasados, resulta incómodo. Collboni no quiere a un peso tan pesado compartiendo ejecutivo.
Collboni aplazó a finales de enero la tradicional conferencia del alcalde de Barcelona en el Colegio de Periodistas. No podía contar qué modelo de ciudad quiere cuando sigue siendo una incógnita con quién pactará. Las conversaciones llegaron a estar muy avanzadas con Junts, hablando incluso de reparto de áreas y cargos, pero Xavier Trias las frenó tras hacerse público que Collboni se reunía con ERC y comunes. En esos días de la tercera semana de enero Colau llegó a declarar que el tripartito era “inminente” y que no descartaba ser primera teniente de alcalde. La conferencia se aplazó al 29 de febrero, demorando el pacto.
Este martes, durante una entrevista, Colau siguió apostando por el tripartito, aseguró que su figura “no es un problema” para gobernar con Collboni y recordó varias veces que fue investido gracias a sus votos. También manifestó que hay “élites de la ciudad” que presionan para que los comunes no vuelvan a Gobernar.
Sucesión del liderazgo en el partido aplazada
Puertas adentro en Barcelona en comú, el anuncio de Colau de que se quedaba fue recibido con silencio. En unos chats, los internos, que suelen responder con entusiasmo a las intervenciones de su líder, el día del anuncio la respuesta fue tímida. Su permanencia en la vida institucional barcelonesa aplaza su sucesión. Nadie en el partido discute a la fundadora su liderazgo y su potencia política, pero hasta que no se aparte, no se mueve nada. La decisión la tomó sola, aseguran varias fuentes, no fue debatida en los órganos formales del partido, y la comunicó al Grupo Municipal en una cena la noche antes de hacerla pública. Durante meses, preguntarle por su futuro era un tabú, aseguran otras fuentes del partido. Podría haber sido ministra o eurodiputada, recuerda Colau a menudo. Pero se queda, dijo, sin aclarar si el mandato entero. Incluso no descartó cuatro años más después de 2027. Colau no participó en la última coordinadora del partido, el segundo órgano tras la ejecutiva. Quien intervino fue la concejal y ex teniente de alcalde Janet Sanz.
Hace tiempo que en las bases de los comunes hay cierto malestar por cómo se toman las decisiones que afectan al día a día o cuestiones más importantes. Se convocan plenarios, pero los temas clave no se hablan colectivamente, no hay debate ni se planifica una estrategia a largo plazo, coinciden dos fuentes de la formación. Ocurrió en 2019 con la lista a las municipales. En vísperas a las elecciones generales del verano pasado, en la sede de la calle de Marina hubo una tarde de alto voltaje por la lista. En 24 horas, se hizo público que la encabezaría Jaume Asens, hubo un enorme revuelo, renunció… Al final, los puestos tres, cuatro y cinco los ocuparon tres figuras del entorno directo (profesional y personalmente) de Colau, de las cuales dos, Gala Pin y Eloi Badia habían anunciado que dejaban la política.
La permanencia de Colau afecta al partido. No hay un liderazgo alternativo. Si alguien aspiraba a tener protagonismo en el Ayuntamiento, deberá esperar. Los comunes tienen además la anomalía de que son un espacio donde la marca original es la de Barcelona y no la de ámbito catalán o español. Por ello la ex alcaldesa también condiciona el futuro de Catalunya en comú, que también lidera junto a Jessica Albiach y Candela López.
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