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Jacinto Antón
Una serpiente junto a un libro.
LA CRÓNICA
Columna
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Jaguares, pitones, tarántulas y otros bichos de segunda mano

La oferta de dos millares de sensacionales títulos de ciencias naturales a buen precio en una caseta de la feria del libro de ocasión de Barcelona desata una fiebre de compra

Jacinto Antón

“Te arrepentirás de los libros que no te has llevado”. El librero lo dijo de buen rollo y con una sonrisa en los labios, simplemente constatando un hecho, pero me sonó a maldición bíblica. Como si Medea me señalara con su dedo huesudo (bueno, creo que confundo a Medea con Maléfica). La maldición del librero de ocasión. Yo ya era la tercera vez que visitaba la caseta y de nuevo había escogido media docena de libros imprescindibles, con la frustración y el dolor de no poder llevarme todos los que se desplegaban seductores ante mis ojos. Porque a ver cómo te vas a llevar más de dos mil libros en moto, y luego dónde los metes. El horror es a veces la felicidad pasada de vueltas. Cuando deseas algo y se te brinda a carretadas el resultado es la mayor tortura, la peor jugarreta del diablo.

El caso es que en la 72ª Feria del libro de ocasión, antiguo y moderno de Barcelona (hasta el domingo en el paseo de Gràcia), en la caseta 28, la de la librería Reus-París-Londres, se ofrece una fabulosa colección de libros de ciencias naturales de extraordinaria calidad, la mayoría en inglés, a un precio de escándalo: 10 euros el volumen independientemente de su tamaño y estado. El material que se oferta es sencillamente increíble: ensayos modernos y clásicos sobre cualquier tema de la naturaleza, estudios científicos, trabajos de alta divulgación, monografías de los más variados animales (¡las de aves de Helm!), guías de campo de fauna de todo el mundo, incluidos los lugares más remotos, libros de gran formato con ilustraciones maravillosas, narrativa de la naturaleza (una primera edición de The snow leopard)…

Cuando el librero, Joan Ferré Pamies, me dijo la frase que encabeza estas líneas yo ya había seleccionado, entre varios tesoros, un libro sobre pirañas (Piranhas, fact and fiction, de John R. Quinn), otro sobre el misterioso calamar gigante (el de referencia que llevaba años buscando, de Richard Ellis, The search for the giant squid), uno más sobre jaguares (An indomitable best, del especialista Alan Rabinowitz) y sendos sobre martines pescadores y pájaros carpinteros de todo el mundo. No es que hubiera pagado diez veces más por cada uno de esos libros, es que habría vendido mi alma a cambio.

El librero Joan Ferré, en su caseta de la feria..
El librero Joan Ferré, en su caseta de la feria..

Entre los libros que se extendían sobre las mesas componiendo una visión de desmayo stendhaliano versión página impresa figuraban tanto títulos imprevistos de los que desconocía su existencia (aunque soñaba con ella) como otros cuya posesión acariciaba largamente. Ahí estaba (y lo atrapé con manos trémulas de inmediato) Mi búho, de Bernard Heinrich (Labor1989), ¡un libro que había citado yo mismo en un artículo no hace ni un mes y que siempre había querido tener! Y su complemento perfecto, el volumen de gran formato Owls of the world de Rob Hume, ilustrado espectacularmente por Trevor Boyer. Es imposible acercarse siquiera a dar la medida de las maravillas de la colección de libros desplegada en la caseta 28, convertida en el Jardín del Edén. Cuando el librero vio que sujetaba como si fuera el Santo Grial Snakes in question, el libro del Smithsonian sobre todo lo que uno quería saber de las serpientes pero no se atrevía a preguntar (¿se puede encantar serpientes?, ¿son venenosas todas las serpientes con capucha?, ¿cómo puedo mantener las serpientes peligrosas lejos de casa?), y que incluso me caía una lágrima, se me acercó y me dijo que si estaba interesado tenía varias cajas sin abrir bajo el mostrador, a lo que yo sólo pude contestar con un suspiro y un conato de desmayo.

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Me explicó que toda la colección, vendida por la viuda, pertenecía a una sóla persona, un hombre que tenía un obvio interés en las ciencias naturales, con cierta predilección por los reptiles, sección serpientes venenosas, y las aves, aunque sin descartar mamíferos, peces (¡tiburones!), insectos y cualquier otro organismo, incluso los cangrejos. No me reveló el nombre del propietario, pero sí que no era un científico sino un aficionado de alta gama y que trabajaba en la Banca, lo cual no explica su interés por la naturaleza, pero sí que pudiera adquirir semejante colección, que a precio de mercado cuesta una verdadera pasta. Baste con decir que cualquiera de las centenares de guías de animales que se venden tan baratas en la feria, en la cercana librería Oryx, templo de los aficionados a la naturaleza, te cuesta casi como un safari. Curiosamente el dueño de ese fondo que incluye Peces del mar de Okhotsk o Mammals of Madagascar tenía también la colección completa de La Sonrisa Vertical, que se vende también en la caseta.

Una de las obras adquiridas en la caseta de Reus-París-Londres.
Una de las obras adquiridas en la caseta de Reus-París-Londres.

Mientras me recuperaba en una silla de tantas emociones—-acaba de encontrar Los mamíferos, de Time-Life (1969), uno de mis primeros libros de animales—, Joan me contó que había tenido sus dudas con sacar el fondo en la feria, sobre todo por la profusión de libros en inglés, pero que la respuesta había sido magnífica. “Hay gente que vuelve y vuelve como tú, y ponen las mismas caras. Se los llevan a montones, abrumados por lo que dejan. Compran de todo, aunque cada uno tiene sus preferencias; hay un cliente que se lleva sobre todo obras de ranas. Vienen muchos miembros de grupos de ornitología, entre los que ha corrido la voz. Habré vendido ya un millar y pico de libros”. Le comenté la feliz coincidencia de que precisamente este fin de semana es la feria de los pájaros del Delta del Ebro, el Delta Birding Festival (que pone esta edición el acento en la fauna amenazada de Cataluña), con profusión de actividades, entre ellas la observación de aves. Aunque difícilmente te va a servir en La Tancada la guía de pájaros amenazados de Asia.

Fila de libros de ciencias naturales en la caseta de la feria.
Fila de libros de ciencias naturales en la caseta de la feria.

“Ayer pillé tres”, me cuenta el ornitólogo José Luis Copete, que ha llegado rezagado a la fiesta. “¿El mejor? A dictionary of birds, de Bruce Campbell. Sí, ya sé que tú te has llevado Die Greifvögel der Welt, de Brown y Parey, una joya, demasiado para ti que además no lees en alemán”. Muchos otros amigos han compartido sus adquisiciones, exhibiendo la satisfacción por lo conseguido (y la envidia por lo que dejaron y se han llevado otros). El arqueólogo y naturalista Jordi Serrallonga destaca entre sus compras, poniéndonos los dientes largos, The lost ark, de Karl Shuker, con prólogo de Gerald Durrell, sobre los animales nuevos o redescubiertos en el siglo XX. El biólogo y conservador en CosmoCaixa Álex Pérez Jiménez, feliz poseedor de la guía de ranas de Belize (no es broma, yo no podría bromear con eso), se ha comprado la friolera de 36 títulos. “El día 10 me llevé 15, especialmente guías, menudo chollo”, me explica, “luego tuve que ir a Burgos para montar el mamut” (no se puede negar que tengo amigos interesantes). “Seguramente fue entonces cuando pillaste tú el de las serpientes gigantes. Alguien se me ha llevado también la guía de aves de China. ¿No sabrás quién se ha quedado el manual de tarántulas?”.

“MI problema ahora es dónde meto todo esto”, reflexiona Àlex haciéndose eco del sentir común (y del sentido común, un poco tarde). “Voy a tener que hacer limpieza y soltar lastre”, lamenta.

Yo estoy igual, pero abro mi mejor adquisición, The giant snakes, the natural history of the boa constrictor, the anaconda and the largest pythons, de Clifford H. Pope (Alfred Knopf, 1961), tapa dura, ofidio serigrafiado en la cubierta, dedicatoria a la gentil pitón Sylvia, “a superior serpent who inspired this study”, y mi felicidad no conoce límites.

¿O sí? ¡ Diablos!, a ver, ¿quién tiene Coro-coro, el mundo del ibis escarlata?

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Sobre la firma

Jacinto Antón
Redactor de Cultura, colabora con la Cadena Ser y es autor de dos libros que reúnen sus crónicas. Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona y en Interpretación por el Institut del Teatre, trabajó en el Teatre Lliure. Primer Premio Nacional de Periodismo Cultural, protagonizó la serie de documentales de TVE 'El reportero de la historia'.

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