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Cataluña amplía las restricciones de agua a seis millones de personas ante la peor sequía del siglo

La Generalitat aprueba un decreto que permite requisar pozos para garantizar el abastecimiento y sanciones que llegan hasta los 150.000 euros a los municipios incumplidores

Aspecto este lunes del pantano de Sau, este lunes.
Aspecto este lunes del pantano de Sau, este lunes.Siu Wu (EFE)
Carlos Garfella

La Generalitat ha anunciado este martes restricciones de agua más severas en 224 municipios por la grave sequía, el periodo más largo sin lluvias desde que existen registros (1905), y que se alarga desde hace ya 30 meses. La decisión de pasar a la siguiente fase de alerta (excepcionalidad) en el sistema del Ter-Llobregat, que abastece Girona, Barcelona y toda su área metropolitana, entre otros municipios, ha sido tomada por la escasez de agua en las cuencas internas (están al 28% de su capacidad). Con esta nueva fase, en torno a 6 millones de personas tendrán prohibido regar los jardines privados y públicos (hasta ahora solo podían hacerlo dos días), y las restricciones en el riego agrícola aumentarán del 25 al 40%, entre otras limitaciones. En cuanto al consumo doméstico se establece un máximo de uso de agua en casa de 230 litros por habitante y día (ahora está en 250), aunque en la práctica esta limitación apenas se notará en los hogares ya que la media de consumo diario en la comunidad se sitúa en torno a los 117 litros diarios. “Ante una situación de extrema gravedad hay que actuar en consonancia”, ha dicho la consejera Teresa Jordà. Si la sequía se enquista más meses, el Govern podría recurrir a cortes de agua después del verano.

El Govern ha aprobado asimismo un decreto de 12 artículos, aún pendiente de publicación y al que ha tenido acceso este diario, con sanciones que pueden llegar hasta un máximo de 150.000 euros para los incumplimientos más graves. El régimen sancionador multará desde no proporcionar a la Generalitat la información requerida (como los datos de consumo de agua) o excederse de los límites establecidos, como regar campos sin respetar las restricciones o, en el caso de los municipios, saltarse la prohibición de regar zonas verdes o poner en circulación volúmenes que superen los máximos establecidos, por ejemplo.

La sanción se determinará en cada caso calculando los excesos de metros cúbicos consumidos de más (en el caso de excepcionalidad, la fase declarada ayer, se aplicará un importe de 0,30 euros por cada metro cúbico de exceso), recoge el decreto. En caso de declararse la fase de emergencia (la más extrema) se aplicará un importe de 0,60 euros por cada metro cúbico de más. Además, y esto es una de las principales novedades que recoge el decreto, la Generalitat también se dotará de una herramienta para requisar pozos y depósitos particulares si la situación lo requiere. “Se podrá ordenar la suspensión de las captaciones de agua de recursos superficiales y subterráneas para usos diferentes al abastecimiento de población durante un período máximo de 48 horas”, recoge el artículo 4 del decreto. Con esta norma el Govern busca blindar su toma de decisiones en los próximos meses, ya que el actual plan de sequía,de 2020, no tenía rango de ley.

Cataluña entra así en situación de excepcionalidad (la siguiente fase ya es la de emergencia, cuando se aplican cortes de agua) por primera vez desde 2008, cuando una gran sequía forzó incluso a traer agua en barco para garantizar el abastecimiento de Barcelona. La consejera de Acción Climàtica de la Generalitat, Teresa Jordà, también ha confirmado tras la reunión del Consejo Ejecutivo el vaciado del pantano de Sau, el segundo con mayor capacidad de la cuencas internas, para trasvasarlo al de Susqueda. El motivo es que Sau está tan vacío (al 15%) de que corre peligro que su agua empeore su calidad por el contacto con el fango y se complique su potabilización. En el pantano también viven peces (la mayoría especies invasoras), que pueden morir y podrirse. El Govern también ha declarado la alerta en el acuífero de Fluvià Muga, que abastece a 22 municipios del Alt Empordà (Girona).

Las restricciones en estado de "excepcionalidad"

Reducción del riego en un 40% o la sustitución por aguas regeneradas (actualmente la limitación está en el 25%).
Reducción del 15% del consumo industrial del agua (ahora está en el 5%).
Se prohíbe el riego de jardines y zonas verdes públicas y privadas todos los días.
Se prohíbe la limpieza municipal de calles con agua potable.
Solo se podrá llenar parcialmente las piscinas con sistemas de recirculación. Las otras no podrán llenarse. 
Se establece un máximo de uso de agua en casa de 230 litros por habitante y día (ahora está en 250). Si se tiene en cuenta que los barceloneses consumen al día 106 litros de agua, según datos del Ayuntamiento de Barcelona, esta limitación no se notará en los hogares.

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Hasta última hora del lunes había incertidumbre en el seno del Govern sobre declarar también la fase de excepcionalidad en el sistema Ter-Llobregat. El Govern trata de mantener un equilibrio para no afectar mucho a las actividades económicas al mismo tiempo que se garantizara el suministro: en este fase se deberá reucir un 15% el consumo industrial para sectores como la papelería o la metalurgia. El Ejecutivo autonómico ha decidido adelantar la declaración ya este marzo la fase, pese a que los embalses no han llegado a la barrera del 25%, que marca la frontera de esta nueva fase de alerta. El director de la Agencia Catalana del Agua, Samuel Reyes, ya confirmó la pasada semana en una entrevista a este periódico que, “como muy tarde”, esta fase llegaría el próximo abril. ”Nos avanzamos [en las medidas] para garantizar el suministro a la población y las actividades [económicas]”, ha defendido Jordà. Sobre cuánto tendría que llover para expulsar el fantasma de la sequía, Jordà ha dicho: “Para hacernos una idea: deberían caer 50 litros cada día durante 4 meses”.

Reyes explicó la semana pasada a este diario que los cortes de agua después del verano, cuando se consume más agua por la temporada de riego y llueve menos, ya se avistan como una seria posibilidad a partir de septiembre. El cambio climático se está cebando especialmente con la región mediterránea, donde los expertos advierten desde hace años que los largos periodos de sequía se irán repitiendo con más frecuencia. Jordà ha anunciado que la Generalitat triplicará la inversión para poner en marcha pozos contra la sequera (de 800.000 euros a 2 millones) para garantizar el abastecimiento sobre todo a las pequeños municipios desconectados de grandes infraestrucutras hidrológicas. Y se aumentarán las ayudas para los camiones cisternas. El Govern no ha detectado un descenso del consumo doméstico pese a que la mayoría de la población entró en la primera fase de alerta ahora hace un año. Lejos de ello, Jordà ha afirmado que el consumo ha aumentado un 3% en este periodo.

Las restricciones anunciadas hoy para la población es un claro termómetro de la grave situación hidrológica a la que se enfrenta para los próximos meses la comunidad, que pese a desarrollar un potente plan hidrológico basado en la desalinización y regeneración del agua durante el Govern tripartito (2003-2006), este año avista serios problemas de abastecimiento. Sin este despliegue de desalinizadoras y plantas de reutilización de agua la comunidad habría aplicado ya cortes de agua. Para 2027, el Govern quiere doblar la capacidad de desalinización y regeneración para afrontar un futuro sin lluvias.

Han pasado ya 15 años desde que el entonces consejero de Medio Ambiente, Francesc Baltasar, confesara que le había llegado a pedir a la virgen de la Moreneta (venerada en el monasterio de Montserrat), que le ayudara a afrontar la gran sequía de 2008. Ahora, el Govern vuelve a mirar al cielo implorando agua. La consejera se ha encomendado a las lluvias y ha afirmado que las previsiones para esta primavera es que esta será “lluviosa”. “Los modelos [meteorológicos] coinciden en un marzo, abril y mayo lluviosos (...), anque esto va cambiando día y día”, ha dicho Jordà. Aunque las plegarias no serán las mismas: “No tenemos pensado hacer una procesión en Montserrat...”, ha dicho medio en broma Jordà en referencia al consejero Baltasar.

La situación en la Confederación Hidrográfica del Ebro en Cataluña, cuya gestión depende del Gobierno de España, también es complicada, con sus reservas por debajo del 30% de agua. La consejera Jordà ha criticado la gestión en ese sistema hidrológico y ha acusado a la confederación de “no hacer los deberes”. “Su respuesta [ante la situación de sequía] ha sido tan frívola como `Dios proveerá”, ha acusado Jordà. “Que nos expliquen qué medidas van a adoptar”, ha añadido. Casi al mismo tiempo de la rueda de prensa del Gobierno catalán, la presidenta del organismo hidrográfico, María Dolores Pascual, ha anunciado que se prevén restricciones en la zona ante una temporada de riego “difícil”.

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Sobre la firma

Carlos Garfella
Es redactor de la delegación de Barcelona desde 2016. Cubre temas ambientales, con un especial interés en el Mediterráneo y los Pirineos. Es graduado en Derecho por la Universidad de las Islas Baleares, Máster en Periodismo de EL PAÍS y actualmente cursa la carrera de Filosofía por la UNED. Ha colaborado para otros medios como IB3 y Ctxt.

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