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ERC y el PSC encarrilan los Presupuestos catalanes tras ceder Aragonès a demandas clave de Illa

El Govern finalmente acepta la autovía orbital de Barcelona y los socialistas hablan de “paso adelante en la buena dirección”

El conseller de Territorio de la Generalitat, Juli Fernàndez, en el pleno del Parlament.
El conseller de Territorio de la Generalitat, Juli Fernàndez, en el pleno del Parlament.DAVID ZORRAKINO (EUROPA PRESS)

Sobre la bocina llegó un arreglo. Los Presupuestos catalanes de 2023 atisban la luz verde, tras el principio de acuerdo alcanzado por Esquerra y el PSC. El Govern finalmente ha aceptado la lista de peticiones que habían puesto los socialistas encima de la mesa para prestar su apoyo a las cuentas y Salvador Illa, líder del PSC, ha comparecido en rueda de prensa para anunciar que tras cinco semanas de negociación “se da un paso adelante en la buena dirección”. No está todo cerrado, matiza Illa, porque hay aspectos que los equipos negociadores tienen que acabar de pulir. Chirría la discrepancia de pareceres acerca la ampliación del aeropuerto de Barcelona-El Prat, pero el PSC y ERC se emplazan a seguir negociando a partir del próximo lunes.

Salvador Illa ha empleado un tono conciliador para revelar el acercamiento alcanzado con Pere Aragonès en las últimas horas. “Lo quiero reconocer y agradecer”, ha dicho el jefe de la oposición, que ha alabado el “coraje” del president para claudicar con una autovía orbital, la B-40 entre Sabadell y Terrassa, que levanta ampollas en varios cargos de su partido, incluído el consejero de Territorio, Juli Fernàndez. Desbloqueado el tema de la B40, también conocida como Cuarto Cinturón, el PSC reconoce que hace cuesta abajo la negociación por otros flecos pendientes. “Lo venimos diciendo, Cataluña necesita Presupuestos”, ha dicho Illa. “Habría que hacer una reflexión de porque cuesta tanto dar un paso adelante”, ha razonado.

“Por nosotros no quedará”, había adelantado durante la mañana el diputado republicano Ferran Estruch en el debate del Parlament. Los socialistas se reafirmaban en que la B-40 era una de las condiciones para darle el sí a los Presupuestos redactados por el Govern de Pere Aragonès. En la lista de peticiones del PSC también figuran el macroproyecto del casino Hard Rock en Tarragona o la ampliación del aeropuerto de El Prat, compromisos en los que los republicanos no han sido, de momento, tan claros. Durante su rueda de prensa, Illa también ha aludido a otras demandas, ajenas al paquete de infraestructuras. Se ha referido a temas relacionados con “la protección a las personas”. Se trata de carpetas sociales como incrementar las partidas a sanidad para reducir las listas de espera o incorporar la ley de barrios.

La decisión de los republicanos sobre el Cuarto Cinturón ha sido in extremis y, tras la votación en el Parlament, el propio Aragonès ha asumido el desgaste político del giro de 180 grados en lo que había sido su posición hasta ahora. “La disyuntiva no es entre presupuestos o prórroga, sino entre responder esa necesidad o frenar el país por cálculos particulares o partidistas. Mi elección es clara: estar al lado de la ciudadanía”, ha asegurado el president tras la votación en la Cámara. Además de asegurar que no hay escollos para que el PSC avale las cuentas (no ha aclarado cuál es el acuerdo sobre la ampliación del aeropuerto) ha dicho que asume el desgaste político del cambio de posición y que mantiene la confianza en el consejero de Territorio, Juli Fernández, principal opositor de la autovía.

El jefe del Govern ha insistido en desmarcarse del modelo de movilidad e impacto ambiental de la B-40. Una idea que ya había lanzado Estruch en el debate del Parlament. “El Cuarto Cinturón no es nuestro modelo. No lo será. Pero movemos ficha, intentamos desencallar un acuerdo porque, sobre todo, está el bienestar de nuestros ciudadanos”, ha había defendido el diputado. ERC ha votado a favor del primer punto de la moción socialista y entierra así sus pretensiones de aprobar un escrito más inconcreto en el que solo se establecía un compromiso para “estudiar todas las propuestas de mejora viaria posibles” en esa infraestructura del Vallès. Finalmente, se ha impuesto la del PSC, que exige un compromiso claro de ejecución.

La bancada republicana ha aplaudido a Estruch en todo momento, intentando así apoyarlo en lo que es un giro copernicano en su posición y una cesión ante las pretensiones socialistas. “Ya no hay escollos ni excusas que valgan [para no aprobar los Presupuestos]”, ha continuado el diputado. “Apelamos a la responsabilidad y generosidad de todos. Si esta moción sirve para desencallar los Presupuestos, la votaremos. Por nosotros no quedará”, ha añadido. La CUP ha cargado contra el “sucursalismo” de los republicanos y avisan de que con el acuerdo, la Generalitat tendrá que asumir la construcción de una infraestructura que, a su parecer, el Gobierno del Estado ha sido incapaz de completar. Solo los anticapitalistas y los comunes han votado en contra de la moción.

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El diputado socialista Jordi Terrades ha “valorado el gesto” de los republicanos con la B-40, pero ha recordado que aún quedan pendientes acuerdos en otros temas como la ampliación del aeropuerto de El Prat, 200 millones de euros para una ley de barrios o que se destine el 25% del gasto en salud a la Atención Primaria.

Por los comunes, Marc Parés ha lamentado que en 42 años de gobiernos socialistas tanto en Madrid como en Barcelona no se haya desplegado esa autopista (planificada durante el franquismo), pero ahora sí sea utilizada como “ficha de bloqueo”. La moción, ha insistido, expresa “una alternativa de modelo de país sociovergente”, lo que considera “una mayoría de bloqueo”. En Comú Podem ya tenía un acuerdo con ERC para las cuentas, pero algunas de las condiciones puestas por los socialistas van completamente en contra. Voces de los comunes insisten en que en los Presupuestos no se destinará ni un solo euro a la B-40.

Los Presupuestos tendrían que ser aprobados previamente por el Consell Executiu y después llegarían al Parlament. Si todo el trámite se acelerara, los Presupuestos entrarían en vigor en abril. ERC solo tiene 33 diputados de 135, con lo cual necesita, además de los comunes, el voto afirmativo o del PSC o de Junts. O, como mínimo, la abstención de ambos.

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