Una exposición da voz al trabajo silenciado de 24 científicas

Desde Peseshet, la primera médica de la historia que ejerció durante la IV dinastía de Egipto, hasta Jess Wade, física y referente feminista actual que lucha por la igualdad de género en el mundo de la ciencia. “Aquello de lo que no se habla, no existe”, esta es la premisa a partir de la cual parte la exposición (In)visibles y (O)cultas, que se puede ver en el Museo de Ciencias Naturales de Barcelona hasta mayo de 2022. La muestra recupera las historias de 24 mujeres que revolucionaron el mundo de la ciencia y la tecnología gracias a sus investigaciones y que, hasta ahora, han sido silenciadas.

Seguramente, inventos como el teléfono de Graham Bell (1876) o la máquina de vapor (1769) están en el imaginario colectivo, gracias a la importancia que se les ha dado en los libros de historia. Sin embargo, “hay una buena parte de aportaciones hechas por mujeres que han sido silenciadas o se han atribuido erróneamente a hombres”, así lo afirma la historiadora Mireia Alcaine, comisaria de la muestra.

La propia curiosidad de Alcaine la llevó a investigar y recuperar las historias de estas científicas. Una de las primeras que descubrió fue Rosalind Franklin, científica que, gracias a su conocimiento de las técnicas de rayos X, consiguió fotografiar la molécula de ADN y, de este modo, revelar su estructura. Años más tarde, dos hombres que trabajaron a partir del hallazgo de Franklin, recibieron el Premio Nobel de Fisiología y Medicina, pero no reconocieron en ningún momento la labor de la científica, pese a que fue clave para el desarrollo de su trabajo.

“A partir de su historia, empecé a investigar y recuperar más mujeres invisibilizadas como ella”, comenta la comisaria. Una investigación que fue “muy complicada, puesto que muchas historias se han perdido o no se han conservado bien porque en aquel momento no se les atribuyó el mérito que merecían por el hecho de ser mujeres”. Así surgía la iniciativa que ha pasado del interés personal a convertirse en una apuesta del museo para “empezar a revisar la historia y trabajar desde una perspectiva de igualdad y diversidad”, explica Alcaine.

Desde astrónomas, matemáticas y médicas hasta cineastas y poetas, todas ellas están presentes en la muestra, en la que se explican los principales obstáculos que encontraron para ejercer su profesión, así como la situación personal que las llevó a convertirse en referentes del movimiento feminista.

Entre ellas, se encuentran Wang Zhenyi, mujer multidisciplinar que en la China feudal del siglo XVIII se convirtió en una de las intelectuales de la época; Valentina Tereshkova, la primera mujer que viajó al espacio (1963); y Nergis Mavalvala, astrofísica pakistaní y activista del colectivo LGTBIQ+.

El objetivo es “despertar la curiosidad para que las personas que acudan a ver la exposición quieran continuar descubriendo las historias que permanecen ocultas y deben ser contadas”. Jess Wade ilustra a la perfección esta meta; es una física que, además de dedicarse a la ciencia, publica un artículo diario en Wikipedia sobre mujeres que han destacado en diferentes ámbitos de conocimiento pero han sido invisibilizadas por la historia. “Jess le da sentido a la exposición, es precisamente lo que buscamos con esta muestra para que, poco a poco, la igualdad de género se convierta en algo real”, comenta la comisaria.