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EXPOSICIONES

El telefono hace memoria en El Escorial

Vicente G. Olaya

Los más de cien años de historia del teléfono caben en un edificio de El Escorial (8.700 habitantes), precisamente el primer pueblo donde se en terraron en 1925 los antiestéticos cables telefónicos que cubrían los cielos de los municipios hasta entonces. La Fundación Arte y Tecnología, dependiente de Telefónica, ha abierto en esta localidad de la sierra una exposición itinerante que resume los principales hitos del desarrollo de la telefonía. La muestra recorrerá varios pueblos de la región los próximos meses.

Todo empezó con una frase de auxilio de Alexander Graham Bell. Unos ácidos acababan de derramársele sobre el pecho. El inventor británico pidió ayuda, a través de uno de sus ingenios, a su colaborador Thomas Watson, que, situado en otra habitación, escuchó estas palabras mediante un rudimentario auricular: "Señor Watson, haga el favor de venir. Le necesito". Bell había descubierto el teléfono. Corría el año de 1876.Un año más tarde, el teléfono llegó a España. En 1878, Madrid instaló la primera línea. En la exposición se explica que las primeras comunicaciones se establecían directamente entre los usuarios, que luego el aumento de la demanda obligó a crear centralitas y que actualmente el teléfono y chip forman ya un mismo ingenio.

'Juramentos telefónicos'

En 1885 llegaron a España las centralitas con operadoras; se las conocía con el nombre de conmutador suizo. La primera estuvo situada en la calle Mayor, 1. Para conectar a dos abonados, las operadoras unían las líneas mediante clavijas en una mesa de comunicaciones. Las telefonistas estaban obligadas a firmar un juramento por el que se comprometían a no escuchar las conversaciones de los abonados.Las centralitas automáticas surgieron en 1926. Eran capaces de establecer hasta treinta conversaciones a la vez. Los avances tecnológicos permitieron la creación, en los años setenta, de las centrales digitales que procesan cientos de miles de conversaciones simultáneas.

Al tiempo que los teléfonos y las centralitas avanzaban, los cables evolucionaron. Se pasó del hilo de cobre al cable coaxial, y de éste, a la fibra óptica.

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En la exposición se recuerda también que España es la primera potencia mundial de amarre de cables submarinos. Según Rafael Romero, responsable de tecnología de la Fundación Arte y Tecnología, Ia situación geográfica pronto convirtió a España en una potencia mundial".

Gran parte de los cables submarinos que unen actualmente las dos orillas del Atlántico pasan por este país. Telefónica cuenta con dos buques cableros que tienden y reparan cables submarinos de todo el mundo.

"El gran problema de estas redes subacuáticas son los tiburones. Estos animales destrozan los cables a dentelladas. Durante mucho tiempo ignoramos la razón de sus ataques, hasta que descubrimos que las frecuencias telefónicas les molestaban. Tuvimos que cambiarlas", comenta Romero.

En la muestra se pueden contemplar también desde los teléfonos que se utilizaban en el siglo XIX hasta los últimos aparatos que funcionan con tecnología digital.

Rafael Romero auguraba ayer un futuro telefónico inmerso en las llamadas autopistas de comunicación. "Ya sabe: voz, imagen, sonido e información a través de las redes telefónicas. Un futuro que ya se mezcla con el presente que vivimos", dice.

Colección Histórico-Tecnológica. Hasta el 18 de junio. Horario permanente. En el Patio Real del Eurofórum (El Escorial).

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Sobre la firma

Vicente G. Olaya
Redactor de EL PAÍS especializado en Arqueología, Patrimonio Cultural e Historia. Ha desarrollado su carrera profesional en Antena 3, RNE, Cadena SER, Onda Madrid y EL PAÍS. Es licenciado en Periodismo por la Universidad CEU-San Pablo.

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