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Todos contra Illa

Nadie se atreve a hacer pronósticos sobre posibles pactos tras el 12 de mayo | Las rivalidades cruzadas entre los partidos marcarán la campaña | Frialdad con los socialistas en Sumar y los comunes

El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès (delante), y el presidente de su partido, ERC, Oriol Junqueras, durante el primer mitin de ERC tras el anuncio del adelanto electoral, este sábado en Barcelona.
El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès (delante), y el presidente de su partido, ERC, Oriol Junqueras, durante el primer mitin de ERC tras el anuncio del adelanto electoral, este sábado en Barcelona.Enric Fontcuberta (EFE)
Anabel Díez

Todos contra Salvador Illa. La sorpresiva convocatoria electoral en Cataluña, por obra y voluntad del presidente de la Generalitat, el republicano Pere Aragonès, y sin pruebas del contubernio entre ERC y PSC que denuncia Junts per Catalunya, colocará al candidato socialista como blanco descarnado de los independentistas. El exministro de Sanidad, aclamado por los suyos este fin de semana en el congreso de su partido como líder y candidato a la presidencia, será el probable vencedor de las elecciones, pero su reto esta vez es gobernar ¿Con quién o quiénes? Nada está escrito. El fuego graneado contra el socialista —y no será de fogueo— no predeterminará las alianzas de gobierno que puedan producirse tras las elecciones del 12 de mayo. Las opciones imposibles desde hace años han dejado de serlo en 2024.

No es paripé, no es teatrillo, no hay pactos ocultos... Estas apreciaciones proceden de interlocutores del socialismo y del independentismo catalán. La campaña será dura, con cargas de profundidad política de gran calado, aunque no cabe esperar el tono chusco, maleducado y ajeno a las mínimas reglas de urbanidad que se registra en la política nacional. El desconcierto que produjo la fulminante decisión de Aragonès de convocar elecciones tras ver derrotados sus presupuestos tuvo continuidad inmediata en la afirmación rotunda de Junts de que se trataba de un arreglo entre republicanos y socialistas. Ambos lo niegan. No puede obviarse, sin embargo, que al PSC, y también al PSOE, esta convocatoria les abre unas perspectivas de mejora, al primero, y de cierta recuperación, al segundo, con vistas a las europeas del 9 de junio

Con acuerdo o sin acuerdo previo, al PSC y a ERC los une su interés por arrinconar a Junts, señalan interlocutores nacionalistas. En el extremadamente complicado puzle político catalán está por determinar cuánto pesa el vínculo que une a los independentistas frente a los socialistas, a pesar de la pésima relación entre ellos. Desde primera hora tras el anuncio electoral, Aragonès ha cargado contra el líder del PSC; al igual que Jordi Turull, secretario general de Junts, para quien Illa no es sino “un delegado del Gobierno de España” en Cataluña.

La primacía en el ranking electoral del PSC parece asegurada, pero los republicanos y los neoconvergentes aspiran a que se repita la situación de 2021: El PSC ganó entonces, pero no pudo formar gobierno. A pesar del abrazo de las portavoces en el Congreso de los dos partidos independentistas tras la aprobación, el pasado jueves, de la ley de amnistía, ambos son adversarios en toda regla; tanto como lo son, juntos y por separado, del PSC. El objetivo de los socialistas es crecer hasta el punto de impedir que los dos partidos con sello independentista sumen una mayoría que les impidan de nuevo el Gobierno. La novedad, tan solo evocada como hipótesis, sería que Illa alcanzase la presidencia de la Generalitat con el apoyo de uno de los dos adversarios independentistas.

El concurso de Catalunya en Comú, bajo el liderazgo de Jéssica Albiach, se antoja natural, aunque las relaciones entre los comunes y los socialistas no pasan por su mejor momento. Estos últimos han sido el desencadenante, o la excusa, según algunas voces, de la convocatoria electoral al no avenirse a aprobar los presupuestos catalanes. Los reproches susurrados contra la líder de Sumar, Yolanda Díaz, del lado socialista por no tener la capacidad de ordenar a los comunes que apoyaran los presupuestos catalanes carecen de base sólida. No es esa la relación de los distintos grupos que conforman ese movimiento con el núcleo central de Sumar, donde prima la autonomía de las partes. Y mucho más en el caso de la organización catalana. En Madrid, el disgusto está en Sumar ante el desistimiento del Gobierno de los Presupuestos del Estado para 2024.

Todos van a ser adversarios de todos en las elecciones del 12-M, en las que la amnistía será el núcleo central de la estrategia del PP, que parte de muy bajo, con expectativas de subir considerablemente a costa de Vox y la esperanza de atraer a votantes de Ciudadanos que se fueron con Illa en 2021. El candidato socialista es muy consciente: “Me dirijo a todos, penséis lo que penséis y habléis la lengua que habléis”, ha dicho en un llamamiento a todos los votantes quienes quiere atraer con políticas del día a día ante el decrecimiento material y social de la comunidad.

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Sobre la firma

Anabel Díez
Es informadora política y parlamentaria en EL PAÍS desde hace tres décadas, con un paso previo en Radio El País. Es premio Carandell y Josefina Carabias a la cronista parlamentaria que otorgan el Senado y el Congreso, respectivamente. Es presidenta de Asociación de Periodistas Parlamentarios (APP).
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