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Pedro Sánchez espera a conocer el sumario del ‘caso Koldo’ para tomar una decisión sobre Ábalos

Santos Cerdán habló con el exministro en el Congreso y él insiste en que no hizo nada irregular

José Luis Ábalos, este jueves en el pleno del Congreso.
José Luis Ábalos, este jueves en el pleno del Congreso.J P GANDUL (EFE)

La crisis es grave. Pedro Sánchez llegó al Gobierno en 2018 por una moción de censura a Mariano Rajoy que registró dos días después de la sentencia del caso Gürtel, que condenó al PP. El presidente y su equipo siempre han reivindicado que llegaron contra la corrupción y este asunto es de máxima prioridad para ellos. Esta misma semana, antes de que estallara el caso Koldo García —el antiguo asesor de José Luis Ábalos detenido por un caso de supuesta corrupción en la compra de mascarillas en la pandemia—, los ministros seguían reivindicando que con Sánchez en el Gobierno la corrupción ha desaparecido de las preocupaciones de los españoles porque ya no hay casos. Por eso, el presidente del Gobierno sigue con detalle el escándalo y se prepara por si hay que tomar en cualquier momento decisiones drásticas, algo que aún no ha llegado.

Para decidir, explican fuentes socialistas, Sánchez tiene que conocer el sumario, aún secreto, sobre todo para conocer el detalle y si hay algo que implique directamente a Ábalos. De momento, fuentes conocedoras de la investigación señalan que no hay nada en la querella que apunte al exministro socialista de Fomento y hoy diputado, pero la investigación aún está en marcha. “Vamos a esperar a conocer en qué termina la investigación y actuaremos como siempre. Con contundencia si es el caso. Nuestra lucha contra cualquier atisbo de corrupción es incuestionable”, señalan fuentes de la cúpula. Cuando se conozca el sumario o si antes aparece algún detalle que confirme alguna responsabilidad directa, se tomará una decisión sobre el ex secretario de organización.

De momento, Ábalos sigue en su escaño y la dirección no le ha pedido que lo deje. Este jueves, el exministro se reunió en el Congreso con el secretario de organización del PSOE, Santos Cerdán, al que Sánchez ha encargado la gestión del caso, y le explicó que él no ha cometido ninguna irregularidad, le garantizó que todos los contratos y las actuaciones en las que participó son correctas y estuvieron supervisadas por la intervención, y le insistió, como dijo en público, en que está muy sorprendido por la implicación de Koldo García, al que dice que no le ha visto nunca llevar un tipo de vida que se corresponda con alguien que está cobrando comisiones. “Si alguien tiene acceso al sumario, pues estupendo, pero entiendo que son filtraciones o conjeturas”, declaró Ábalos en los pasillos del Parlamento.

La dirección no ha pedido a Ábalos que entregue su acta de diputado porque con el sumario secreto no pueden conocer qué hay de fondo en el caso. Y él insiste en defender su inocencia completa. Pero toda la cúpula del Gobierno y del PSOE está muy pendiente de cualquier novedad en un caso que nadie minimiza, no tanto por la persona implicada —García nunca ha sido un político de primera línea, por eso es decisivo saber si está implicado Ábalos, que llegó a ser secretario de organización y ministro—, sino porque es el primer escándalo de corrupción importante que afecta directamente al Gobierno de Sánchez —los presuntos delitos se cometieron con contratos del Ejecutivo— y toca una cuestión absolutamente decisiva para la imagen del presidente y su equipo, algo que es fundacional para ellos.

Cerdán fue claro este jueves: “Llegamos quitando a un Gobierno corrupto. El Gobierno y el PSOE son limpios. Esta dirección siempre actúa contra la corrupción cortando por lo sano”. García no es militante, por tanto no puede ser expulsado, pero su mujer, Patricia Úriz, también detenida, sí lo es, y ya se la ha suspendido de militancia. Ella llegó a trabajar de secretaria en el Ministerio de Fomento en la etapa de Ábalos. La presión política fuerte irá ahora sobre el exministro, quien de momento está decidido a defender su inocencia y mantener su escaño.

Lo que sí desmienten de forma tajante en el Gobierno y en el PSOE es que Sánchez sacara a Ábalos del Gobierno en 2021 por sospechas de corrupción. “Si hubiésemos descubierto algo, lo hubiésemos llevado a la justicia”, aseguró Cerdán. Aseguran que fue por motivos políticos —Sánchez buscaba una renovación completa tras el fiasco de las elecciones madrileñas, y cambió a casi toda la cúpula— y por pérdida de confianza, pero no por cuestiones económicas.

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La oposición quiere que sea Sánchez quien asuma la responsabilidad

La oposición ya está pidiendo directamente que sea Sánchez quien asuma la responsabilidad del escándalo. García, un hombre corpulento especializado en seguridad, incluso llegó a custodiar un par de noches los avales del actual líder del PSOE en las primarias de 2017. Tras ellas, llegó a Madrid para trabajar como chófer de Ábalos en el PSOE, de la mano de Cerdán, que lo conocía de Navarra, donde había ejercido de escolta de cargos socialistas y de otros partidos durante los años de plomo del terrorismo de ETA, recuerdan fuentes socialistas. Pero a partir de ahí estableció una relación muchísimo más estrecha con Ábalos, quien después se lo llevaría como asesor al ministerio de Fomento cuando Sánchez llegó al Gobierno.

Toda la cúpula del partido conocía a Koldo, un hombre inconfundible por su tamaño, también el presidente, pero fue Ábalos quien lo convirtió en su asistente y en uno de sus principales colaboradores. En Fomento, con Ábalos, Koldo García prosperó hasta el punto de ser nombrado al inicio de la legislatura pasada consejero de Renfe Mercancías. Una de las primeras decisiones que Raquel Sánchez tomó como nueva ministra de Transportes en lugar de Ábalos fue su cese.

Ahora todos los ministros y los miembros de la cúpula del PSOE consultados muestran tanto en público como en privado su indignación, su bochorno y su repulsa completa ante la posibilidad de que García aprovechara su posición de privilegio para enriquecerse con las mascarillas mientras morían miles de personas en la pandemia. Y todos están pendientes de la posible evolución del asunto.

Los casos de corrupción por los sobreprecios y comisiones abultadas en lo más crudo de la covid han sido una de las grandes banderas de la izquierda contra el PP. El temor es que se le vuelva ahora en contra. También ha escocido muchísimo que el origen de la investigación fuese una denuncia del PP de Madrid. “¿Cómo no vamos a estar cabreados? No es agradable porque es una inmoralidad. Nuestra repulsa es total a quien se enriquezca con las mascarillas, venga de donde venga”, sentencian fuentes gubernamentales y de la cúpula socialista.

El PSOE denunció la adjudicación de un contrato de 1,5 millones de euros para la compra de mascarillas que acabó beneficiando al hermano de la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso. La Fiscalía Anticorrupción lo archivó en 2022 tras concluir que ni la tramitación ni la ejecución del contrato incurrieron en “ilegalidad alguna”. La izquierda también ha sido muy crítica con el llamado caso mascarillas del Ayuntamiento de Madrid, otra institución gobernada por el PP. El Consistorio de José Luis Martínez-Almeida pagó casi 12 millones de euros por mascarillas, guantes y test, de los que 5,1 millones acabaron en las cuentas del comisionista Alberto Luceño y un millón en las de su socio, Luis Medina. El fiscal ha pedido 15 años de cárcel para Luceño y 9 para Medina, a los que acusa de estafar al Ayuntamiento con el único objetivo de “enriquecerse exageradamente” en la primera ola de la covid con comisiones y sobreprecios desorbitados por la venta de material sanitario.

Varios pesos pesados del PSOE salieron a condenar la presunta trama de mordidas ante la virulencia de la tormenta política por la investigación en curso. Pilar Alegría, portavoz del Gobierno, expresó su “profundo rechazo” y “vergüenza” por que haya “personas que en los momentos más difíciles de la pandemia pudieran hacer negocio con este tipo de cuestiones”. “Es especialmente grave que, en un momento tan duro como fue la pandemia, alguna persona que estaba en un ministerio con un cargo determinado pudiera estar prevaliéndose de esta circunstancia. Siento vergüenza, hay que llegar hasta el final y dilucidar todas las responsabilidades”, se pronunció Margarita Robles, ministra de Defensa. “Si alguien se enriqueció con la pandemia es inmoral e indecente. Que la justicia investigue hasta el final”, zanjó Patxi López, el portavoz en el Congreso. “El PSOE tiene que ser más contundente con la corrupción con el caso Koldo que con el caso del hermano de Ayuso”, afirmó el expresidente valenciano Ximo Puig en la Cadena SER.

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