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La crisis por el indulto condicionado a Puigdemont revive el debate interno en el PP sobre la relación con Junts

Los barones cierran filas con el líder, aunque Ayuso advierte: “Con Junts, ni a la vuelta de la esquina”

Feijóo, este lunes en Marín (Pontevedra).
Feijóo, este lunes en Marín (Pontevedra).Salvador Sas (EFE)

El traspié del PP con el indulto condicionado a Carles Puigdemont tiene como mar de fondo un debate sin resolver en el partido de Alberto Núñez Feijóo. Se trata de la relación del PP con Junts per Cataluña, un partido con el que los populares se han enredado en múltiples vaivenes sin una posición clara. El ala dura, encabezada por Isabel Díaz Ayuso, rechaza de plano cualquier entendimiento con los de Puigdemont. “Con Junts, ni a la vuelta de la esquina”, advirtió ayer la presidenta de la Comunidad de Madrid. Ayuso lanzó un aviso sobre la relación con Junts, pero respaldó a Feijóo en su intento de apagar el fuego por la polémica en torno al indulto condicionado al expresidente catalán fugado de la justicia. Los barones cerraron filas con el líder tras el esfuerzo de Génova por mantener la unidad interna después del “estupor” que ha provocado en el partido el giro del PP sobre la política para cerrar la crisis catalana. A última hora de la tarde, Feijóo pidió al partido desde Marín (Pontevedra) “ni un segundo de distracción, ni un segundo de ruido” en la campaña y se manifestó con rotundidad en contra de los indultos.

“Yo no he visto ese giro”, dijo Ayuso en una entrevista en Telecinco respaldando al líder. “Ayer [por el domingo] le vi [a Núñez Feijóo] decir exactamente lo mismo [de siempre], no a los indultos, no a la amnistía, sí a la defensa del poder judicial, a seguir investigando las posibles conexiones de Putin con el independentismo catalán”, prosiguió. La presidenta de Madrid no quiso hacer sangre y evitó criticar a su jefe, pero también dejó claro que su posición es que el PP no puede tener una relación normalizada con Junts y que tampoco cree que sea posible un indulto a Puigdemont, ni siquiera condicionado, como defiende el líder del PP. “Yo no estoy a favor de ningún indulto ni de ninguna amnistía. Esta gente [por los independentistas] no se ha arrepentido. ¿Por qué tenemos que perdonarles a ellos y no a un autónomo que se retrasa en el pago de las facturas?”, se preguntó la líder madrileña. La posición de Ayuso representa a una parte de la derecha, a la que el giro del líder del PP le ha provocado desconcierto.

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, en un acto en Madrid el lunes.
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, en un acto en Madrid el lunes. Borja Sánchez Trillo (EFE)

En el otro lado, el sector más posibilista de la dirección nacional del PP se ha manifestado a favor de los acuerdos con Junts. Se trata, sobre todo, de los vicesecretarios Esteban González Pons y Elías Bendodo, dos figuras de peso de la cúpula del PP. El primero llegó a decir que la formación de Carles Puigdemont es “un partido cuya tradición y legalidad no están en duda”. Y el segundo defendió el viernes pasado en Cataluña las conversaciones con Junts, argumentando que el PP “tiene la capacidad de hablar con todos”, algo que, dijo, se debería entender “dentro de la normalidad democrática”.

Estas palabras se enmarcan en la tesis de una parte de la dirección del PP de que se pueden alcanzar acuerdos con este partido, aunque su líder esté fugado de la justicia y en estos momentos acusado de terrorismo. Esos acuerdos, según este sector, podrían pasar por derribar conjuntamente leyes del Gobierno de Pedro Sánchez. La pasada semana, Junts se abstuvo en la votación de la ley antiokupación que presentó el PP en el Senado, junto con el PNV. Sus votos no eran decisivos, y ahora la norma irá al Congreso, donde los votos de los independentistas sí son necesarios para sacarla adelante. El propio Feijóo validó estas negociaciones. “Con los pactos dentro de la Constitución no tenemos ningún inconveniente”, dijo el líder del PP el pasado diciembre sobre el partido de Carles Puigdemont, aunque esta posición tiene detractores en el PP.

El portavoz parlamentario del PP, Miguel Tellado, añadió ayer más confusión al enredo al negar las conversaciones del PP con la formación independentista. “El PSOE se ha lanzado en una campaña orquestada por determinados medios de comunicación para decir lo que no es y para mostrar cierto contacto entre el PP y el independentismo catalán cuando no lo hay, no lo ha habido”, remarcó. Esas palabras contradecían al propio Feijóo, que este fin de semana había afirmado públicamente en un mitin que el partido de Carles Puigdemont “ofreció” al PP “sus votos para nuestra investidura a cambio de la amnistía”. El líder del PP había añadido: “Evidentemente, después de haber conocido este ofrecimiento, no tardamos ni un día en descartarlo”. Fuentes próximas a Tellado aclararon después que el portavoz se refería a que no hubo “negociaciones” con Junts, pero sí “contactos”, que el PP sí ha reconocido que se produjeron.

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Incendio político

Mientras la crisis revive el debate interno sobre la relación con Junts, Génova continúa tratando de sofocar el incendio por la publicación este fin de semana de informaciones en más de una docena de medios, entre ellos EL PAÍS, sobre que el líder del PP estaría dispuesto a cerrar la crisis catalana con un indulto a Carles Puigdemont condicionado a que este se arrepintiera y aceptara someterse a la justicia y la ley. Por un lado, bunkerizando al líder, que ayer evitó contestar a preguntas de los periodistas. Feijóo se trasladó a Barbate (Cádiz), donde dos guardias civiles han sido asesinados tras ser arrollados por una narcolancha, desde donde pidió la dimisión del ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, en una declaración sin preguntas ante los medios de comunicación. “Por respeto a lo que ha pasado, como ustedes me ven todos los días...”, se justificó el líder del PP ante los informadores para no admitir preguntas.

Después, a última hora de la tarde, Feijóo utilizó un mitin en la campaña gallega para defenderse. El líder del PP pidió al partido que le respalde internamente, y lanzó un mensaje de dureza contra la amnistía y los indultos: “No soy Pedro Sánchez. No acepto la amnistía, ni la aceptaré. No acepto los indultos, ni los aceptaré. El señor Sánchez lleva cinco meses, a martillo, intentando colar una amnistía ilegal”.

Los barones, como el valenciano, Carlos Mazón, o el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, cerraron filas con el líder en un ejercicio coordinado del PP esperando que amaine la tormenta.

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