El denunciante del ‘caso Villarejo’ delata al comisario responsable de fronteras de Barajas
Francisco Menéndez detalla entregas de efectivo y regalos de lujo al policía para que dejara entrar sin control a directivos de una compañía estatal guineana
El relato de Francisco Menéndez, el abogado y empresario que acudió en 2017 a la Fiscalía Anticorrupción para denunciar la trama del caso Villarejo, ha puesto contra las cuerdas este lunes al comisario Carlos Salamanca, quien fuera responsable de fronteras en el aeropuerto madrileño de Barajas. Durante el segundo juicio sobre la red corrupta, que ha comenzado esta mañana en la Audiencia Nacional, Menéndez ha descrito con profusos detalles la intensa relación que tejió con Salamanca, al que supuestamente regó con dinero y regalos (coches de alta gama, relojes de lujo, viajes, fiestas...) para que hiciera la vista gorda y facilitara la entrada sin control en España de altos cargos de la petrolera estatal guineana Gepetrol, vinculada al régimen dictatorial de Teodoro Obiang. “Yo he sido el pagafantas de todo”, ha resumido Menéndez, a preguntas del ministerio público: “Él me daba un trato privilegiado en el aeropuerto”.
En esta vista oral, que versa sobre la línea de investigación bautizada como Pieza 1 de la macrocausa, el comisario jubilado José Manuel Villarejo no se encuentra entre los acusados. En esta ocasión, Anticorrupción se centra exclusivamente en la relación entre Menéndez y Salamanca, que eran respectivamente cliente y “amigo íntimo” de Villarejo. “Salamanca fue el que me presentó a Villarejo y [a su socio] Rafael Redondo. Salamanca y Villarejo eran íntimos amigos”, ha dicho el empresario este lunes durante su interrogatorio como acusado.
La Fiscalía pide 10 años de cárcel para el antiguo comisario de Barajas, y solo seis meses de prisión para Menéndez por haber colaborado con la justicia. El ministerio público incide en que Salamanca “abusó” de su condición de jefe de la comisaría del aeropuerto de Madrid-Barajas y “aceptó regalos de carácter suntuario” como “recompensa por servicios que prestaba” para favorecer a los guineanos de Gepetrol, para los que trabajaba el empresario. Una tesis que ha respaldado este lunes el propio Menéndez: “Él sabía que yo era un pozo sin fondo de dinero [...] Yo era para él y su familia como una vaca lechera”. El comisario Salamanca lo ha negado todo después: “No hay ningún documento que acredite [las imputaciones]”.
Durante tres horas, el denunciante del caso Villarejo ha desgranado la presunta trama del aeropuerto. Menéndez era el hombre de Gepetrol en España. Según ha confesado en el juicio, se relacionaba con el “director general” de la compañía, “cuñado del presidente Obiang”, y con otros directivos, que eran “casi todos familia”. Él se encargaba de “comprarles” casas y hacerles “inversiones”. “El dinero en efectivo circulaba con fluidez”, ha asegurado, antes de contar que los guineanos viajaban a Madrid con grandes cantidades de dinero “en sus maletas”. “Ese efectivo no se declaraba en aduanas porque sería difícil demostrar su origen lícito”. Y en ese punto, según Menéndez, entraba en juego Salamanca, que iba a convertirse en una pieza clave para “facilitar” el paso por la frontera.
El empresario Fernando Luengo, ya fallecido, los presentó. Así ha descrito Menéndez ese primer contacto: “Él me dijo que tenía que conocerlo. Que le hacía favores a él. Me dijo que Salamanca le dejaba pasar con facilidad por el aeropuerto. Me decía que él era un facilitador. Que yo le tenía que cuidar y tratar bien”. “Cuando lo conocí, me di cuenta de que el comisario era un hombre muy amante del lujo”, ha apuntado el antiguo representante de Gepetrol. Desde ese momento, comenzaron a tratarse asiduamente y, según el denunciante, regaba de regalos al comisario para que les ayudara. “Él me decía: ‘Yo doy para que me des’ o ‘se lo estarás cobrando a los clientes”, ha apuntado Menéndez, que ha insistido en lo importante que era para él mantener esa relación por el poder que Salamanca tenía en Barajas: “Para mí era como conocer a Dios”.
El empresario ha descrito al comisario como un agente corrupto: “Él se quejaba de su sueldo. Y yo le decía: ‘Lo que necesites’. Yo veía que le cuidaba mucha gente y que le daban mucho cariño”. “Le gustaba aparentar”, ha proseguido. Y ha subrayado que le entregó numerosas dádivas, como coches de alta gama (dos Porsche), relojes y viajes de lujo, cesiones de un palco del estadio Santiago Bernabéu para ver partidos del Real Madrid, comidas y cenas... “Yo me hacía cargo de todo”, ha añadido. Incluso, según ha apostillado, entregó dinero en efectivo a Salamanca. Según la versión de Menéndez, la primera vez fueron 25.000 euros: “Se lo di en Barajas. Me sorprendió que lo cogiera. La verdad es que se emocionó el hombre. Me dijo: ‘Nadie me ha tratado como tu”.
La relación empezó por “interés”, en palabras del empresario confeso, y progresivamente se fue afianzando una “amistad”. Acudió a la boda del hijo del comisario de Barajas. ¿Contribuyó a los gastos? “Sí. Salamanca me dijo: ‘Mi hijo espera mucho de ti”. “Yo le doraba la píldora. A él le encantaba. Él me llamaba compadre”, ha remachado Menéndez, que ha afirmado que estaba aterrorizado cuando acudió a Fiscalía a denunciar la trama de Villarejo y del aeropuerto: “[Mi] primer abogado me dijo: ‘Cuidado, porque he visto a gente como tú morir en accidentes de coche”.
Salamanca ha negado todas las irregularidades: “Yo nunca me he quejado de si gano mucho o gano poco. Y he tenido varias ofertas para irme a la empresa privada, pero a mí lo que me gusta es la policía”. ¿Menéndez le pidió algo? “En absoluto”, ha recalcado el comisario, que ha descrito su vinculación con el empresario como una intensa “amistad” mutua, en la que comían y hacían viajes juntos. Ha señalado que no recibía dádivas a cambio de facilitar el paso por Barajas. Y según él, solo se hacían regalos caros entre ellos como prueba de esa cercana relación. En ese sentido, Salamanca ha admitido que Menéndez le dio un reloj Rolex, y ha tratado de contrarrestar ese indicio apuntando que él le regaló un collar de 60.000 euros a la pareja de Menéndez, y una pulsera de oro y brillantes a su hija.
—¿Y de dónde sacó el dinero para ello? —ha contraatacado el fiscal Serrano.
—De un sorteo... La verdad es que no me acuerdo... —ha esquivado entonces Salamanca.
Durante la fase de cuestiones previas y antes de que arrancaran los interrogatorios a los procesados, la defensa de Salamanca ha tratado de tirar abajo la acusación de Anticorrupción y ha puesto en duda su “neutralidad”. El abogado del comisario ha cuestionado el origen de la causa, que nació con una denuncia anónima que posteriormente se atribuyó a Menéndez. Sin embargo, la Audiencia Nacional ya le dio validez en la sentencia que dictó en julio de 2023 sobre el primer juicio del caso, que acabó con una condena a 19 años de cárcel para Villarejo. “La Fiscalía lo que hizo fue, una vez recibida esa denuncia, depurar que no hubiera ninguna irregularidad”, ha recordado el ministerio público este lunes: “Se actuó de forma irreprochable”.
La magistrada Ángela Murillo, presidenta del tribunal, ha dado por finalizada la primera sesión de la vista sobre las 15.00. El juicio continuará el martes con la declaración de los testigos.
Podemos, apartado de esta parte de la causa
Este lunes, el tribunal ha acordado apartar a Podemos de esta parte del procedimiento, tras solicitarlo la Fiscalía por la incomparecencia del partido en el juicio contra Salamanca y Menéndez. La formación, que se encuentra personada como acusación popular en buena parte de la macrocausa, llegó a presentar escrito de acusación en esta línea de investigación: pidió 15 años y 6 meses de cárcel para el comisario Salamanca, y dos años y tres meses de prisión para Menéndez. Tras su pérdida de poder institucional, Podemos decidió recortar su plantilla y restringir las causas judiciales donde participa.
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