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El Tribunal Supremo abre la puerta a anular una condena por violación dictada hace 30 años

La Fiscalía apoya la anulación de la sentencia, recurrida gracias a una investigación periodística

Braulio García Jaén
Ahmed Tommouhi en Martorell (Barcelona), el 11 de noviembre de 2021.
Ahmed Tommouhi en Martorell (Barcelona), el 11 de noviembre de 2021.B. G. J.

El Tribunal Supremo ha abierto la puerta a revisar una condena por violación dictada hace más de 30 años. El albañil marroquí Ahmed Tommouhi ya fue absuelto en una ocasión por el alto tribunal, pero el limbo legal en el que cayó su caso había impedido revisar otras condenas idénticas. Hasta ahora. En enero, el Supremo autorizó la interposición del recurso de revisión contra una de esas condenas vigentes y la Fiscalía, en abril, apoyó “anular la sentencia”. El recurso se basa en un análisis de semen que en su día no fue valorado y cuenta con el respaldo de la propia víctima, quien en una entrevista en EL PAÍS en febrero del año pasado pidió que se reconociera la inocencia del condenado. La sala deliberará el próximo miércoles 28 de junio, según ha confirmado este diario.

El caso se remonta al otoño de 1991, cuando una ola de violaciones golpeó las provincias de Tarragona, Barcelona y Girona. En noviembre, Tommouhi fue detenido por azar en una pensión de Terrassa. Varias víctimas, entre ellas Nuria, que entonces tenía 14 años, lo señalaron en una rueda de reconocimiento llena de irregularidades policiales y desidia judicial. Y fue condenado. Luego hubo otras dos condenas igualmente irregulares, hasta que cuatro años después detuvieron al verdadero violador, muy parecido a Tommouhi, y un análisis de ADN demostró su inocencia en una de las condenas.

La ley impidió entonces que aquella prueba de ADN tuviera efectos en las otras dos sentencias. Tommouhi siguió en la cárcel nueve años más, hasta 2006. Y esas otras dos sentencias, cumplidas íntegramente, siguen aún hoy vigentes.

El Tribunal Supremo deliberará el próximo miércoles si reconoce su inocencia en un segundo caso. Para ello, evaluará un recurso de revisión presentado por la abogada alicantina Celia Carbonell hace poco más de un año. Los “hechos nuevos” que la ley exige para anular una condena, y en los que se basa dicho recurso, los había desvelado este periodista en un libro sobre el caso, Justicia poética (Seix Barral): un análisis de semen que descartaba científicamente que Tommouhi fuera el autor de la violación cometida en Cornellà el 7 de noviembre de 1991.

Los restos de semen, recuperados en la zona vaginal de la braga de la víctima, se compararon con la sangre del entonces acusado, Tommouhi, y el análisis reveló que el violador era otro hombre. Nuria, sin embargo, había señalado a Tommouhi y el tribunal que lo juzgó, presidido por la actual ministra de Defensa, Margarita Robles, lo condenó.

En su día, el tribunal sentenciador valoró únicamente un segundo informe en el que se hacía referencia al “análisis de sangre”, pero no atendió al primer informe sobre el semen que también constaba en la causa. Sin embargo, ese olvido nunca se había alegado ante el Supremo, tampoco tras la publicación del citado libro en 2010. Ahora la Sala Segunda destaca que la finalidad del recurso de revisión es “que prevalezca, sobre la sentencia firme, la auténtica verdad y, con ello, la justicia material sobre la formal”, según su auto del 23 de enero pasado. La fiscalía apoya ese criterio: “Procede anular la sentencia mencionada”, afirma en su escrito del 14 de abril.

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A finales de 2021, cuando la abogada estaba ultimando el recurso, apareció la víctima, Nuria, retractándose de “su” error de 1991 y pidió que su testimonio constara en apoyo del recurso. Años después del juicio, al ver en los medios la historia y la cara del verdadero violador, Antonio García Carbonell, Nuria entendió el error que había cometido. Tras un viaje con unas amigas a la Costa Brava durante la noche de San Juan de hace dos años, en el que compartió con ellas la historia de su violación, decidió hacer algo por el hombre al que había señalado erróneamente. Y llamó al autor de este artículo.

“Soy Nuria. Me gustaría decirte lo difícil que es todo esto para mí. Pienso que esta persona es otra víctima más. Y que lo tengo realmente en mi corazón. Nunca he sabido qué hacer ni cómo ayudar en ese aspecto, pero sé que él ha sido otra víctima más en todo este proceso. Yo sí creo en él”, me dijo por teléfono el 26 de noviembre de 2021, 30 años después de su violación. Cuando nos conocimos en persona, añadió: “Exponerme es algo mínimo comparado con el sufrimiento de quien ha pasado tantos años en la cárcel”.

Ahmed Tommouhi tenía 40 años cuando llegó a España. Había dejado una casa a medio hacer en Nador (Marruecos) donde vivían entonces su mujer y sus tres hijos pequeños. Seis meses después, lo detuvieron y estuvo 15 años preso. Nunca ha querido volver a Marruecos, a la espera de que la justicia española reconozca que se equivocó las tres veces que lo condenó por violación. Al otro marroquí que condenaron con él, lo conoció en la cárcel. Se llamaba Abderrazak Mounib y en la cárcel murió. Tommouhi debe recibir este sábado el alta hospitalaria después de una intervención quirúrgica por un trombo en el pie izquierdo. Tiene 72 años.


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Sobre la firma

Braulio García Jaén
Es periodista en el suplemento dominical Ideas, y autor de 'El confidente y el terrorista' (Ariel, 2022) y 'Justicia poética' (Seix Barral, 2010), por cuyo proyecto obtuvo el Premio Crónicas Seix Barral de la Fundación para el Nuevo Periodismo Iberoamericano en 2007. Máster de Periodismo UAM/El País y Posgrado en Política y Sociología (UCM).

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