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Marta Fernández borra sus cuentas en las redes sociales donde cultivó su perfil ultra: “Irene Montero solo sabe arrodillarse para medrar”

La nueva presidenta del Parlamento de Aragón escribió en los últimos años mensajes en los que negaba el cambio climático, arremetía contra las feministas y ridiculizaba las medidas de protección durante la pandemia

Marta Fernández (Vox), durante su discurso tras ser elegida este viernes presidenta de las Cortes de Aragón.
Marta Fernández (Vox), durante su discurso tras ser elegida este viernes presidenta de las Cortes de Aragón.Javier Cebollada (EFE)
Eliona Rakipaj Eva Pérez Sorribes
Madrid / Zaragoza -

Poco antes de la votación en la que fue elegida este viernes presidenta del Parlamento de Aragón ―con el apoyo de los 28 diputados del PP y los 7 de su partido, Vox―, Marta Fernández borró sus cuentas de Twitter y de Instagram. Muchos de los mensajes contenían ataques al feminismo, negacionismo del cambio climático y críticas a las medidas de control establecidas durante la pandemia de la covid. En otros, negaba la violencia machista y cargaba contra los medios de comunicación.

Nacida en Borja (Zaragoza, 5.054 habitantes), Fernández cumplirá 57 años en agosto. Es licenciada en Derecho y trabajó dos décadas en la empresa privada antes de dar el salto a la política hace cuatro años como diputada de Vox; aunque prefería expandir sus mensajes en las redes sociales. En marzo de 2021 escribió en Instagram: “La violencia de género no existe. En Vox defendemos a todas las víctimas, independientemente de su sexo, raza, religión, cultura u orientación sexual”. En unas declaraciones realizadas en un mitin de Vox el 30 de enero de 2022, arremetió contra la ministra de Igualdad, Irene Montero, de quien llegó a decir que “solo sabe arrodillarse para medrar”.

En otras declaraciones de octubre de 2019 para el programa El Intermedio, se mostró a favor de la legalización de las armas. “Si te entran en casa, y ves que están acuchillando a tu padre, ¿tú no coges la escopeta?”, le decía Fernández al entrevistador.

El informático Marcelino Madrigal ha recuperado 3.300 tuits, que EL PAÍS ha podido verificar, de la cuenta que Fernández ha eliminado. Entre ellos hay mensajes en los que la ahora presidenta del Parlamento aragonés cuestiona la eficacia de las vacunas frente a la covid. En noviembre de 2021 respondía a un usuario que se quejaba de que su familia lo obligaba a vacunarse para poder asistir a la cena de Navidad. “Yo no iría”, le decía Fernández. “Cuando se sepa toda la verdad, entenderán por qué no fuiste. ¿Te han asegurado ellos que no tienen sida o tuberculosis? No hay más preguntas, señoría”.

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La diputada de Vox también se mostraba en contra de las mascarillas y dudaba de su utilidad frente al virus: “Dudo de su protección. Personalmente, lo único que me están produciendo es una sinusitis maxilar recurrente (cinco veces en año y medio) y a tomar antibióticos y a continuación probióticos. Una hartura máxima”, escribía.

El cambio climático, el feminismo o el colectivo LGTBI son otras de las dianas recurrentes en Vox, y de las que Fernández no se ha privado de opinar. “Un cambio climático sin precedentes ha causado que el nivel del mar en el puerto de Sídney se haya incrementado en 0 cm en los últimos 140 años”, ironizó la diputada en redes sociales, cuestionando los efectos del cambio climático. En otro mensaje decía: “Te equivocas, feminista. Sois las nietas de los cristianos que echaron a los moros de la Península para que pudierais pasear en tetas por la calle”. En Instagram publicó una imagen de una familia formada por un hombre, una mujer y dos niños, que se protege con un paraguas de los símbolos de la Agenda 2030, del feminismo, del colectivo LGTBI, del islamismo y del comunismo.

Entre los tuits recuperados también se pueden leer algunos mensajes de corte conspiracionista, como el que escribió en octubre de 2021, en el que aseguraba que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, “vive de rodillas ante la agenda 2030 y los burócratas de Bruselas están encantados con este títere globalista”. “Es un necesario gusano rastrero para que el Nuevo Orden Mundial continúe con su velocidad de crucero (ahora ya, supersónica)”, añadía.

El Heraldo recoge otras publicaciones en las que incide en estos mensajes. Como cuando, el día 17, se refería en un tuit a Sánchez como “el dictador comunista”, o cuando, a través de Instagram, lanzaba mensajes sobre la pandemia de la covid-19: “No es un virus natural. No es un virus de murciélagos. China lo creó de manera intencional y premeditada”. En enero de 2022 publicó un post en esa misma red social en el que se burlaba de las personas que aún llevaban mascarilla por la calle, e ironizaba con que quienes habían celebrado las fiestas navideñas sin usar esta protección fueran tildados de “gente conspiranoica”. En noviembre de 2021 había lanzado otro mensaje en el que cuestionaba la veracidad de las explicaciones científicas sobre la pandemia. “Buenas noches, españolazos”, publicaba en su cuenta de Instagram junto a una imagen en la que se podía leer: “Lávate las manos regularmente, que del lavado de cerebro se encargan el Gobierno y los medios de comunicación”.

El cabeza de lista de Zaragoza por Sumar, Jorge Pueyo, ha tuiteado tras la designación de Marta Fernández: “Nuestra institución nunca había caído tan bajo”. Y ha enlazado un vídeo de una intervención parlamentaria de la nueva presidenta de la institución en la que se pronuncia en contra de las personas trans: “Mutilarse los genitales no es cambiar de género, porque hasta la última célula de nuestro cuerpo responde al sexo con el que nacemos”, proclamaba Fernández en ese discurso, en el que se refería a los trans como personas que “viven una fantasía sobre su percepción sexual”.

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