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Marruecos se apresura a enterrar a los migrantes que intentaron entrar en Melilla entre críticas por la falta de investigaciones

La Asociación Marroquí de Derechos Humanos asegura que no se han practicado autopsias ni identificado a quienes fallecieron durante el salto a la valla

Trabajadores cavaban fosas en un descampado del cementerio Sidi Salem de Nador, este domingo, en una imagen a la que ha tenido acceso EL PAÍS.
Trabajadores cavaban fosas en un descampado del cementerio Sidi Salem de Nador, este domingo, en una imagen a la que ha tenido acceso EL PAÍS.

Una decena de trabajadores cavaban 21 fosas en un descampado del cementerio de Nador este domingo al mediodía. El sol caía de lleno sobre Sidi Salem, el nombre de este camposanto situado en las afueras de la ciudad fronteriza. “Solo nos quedan dos hoyos por cavar”, apuntaba Farid, nombre figurado de uno de los obreros, con el que se protege su identidad. “Empezamos el sábado y terminaremos esta tarde”. Farid y otros de sus compañeros afirman que el entierro está previsto para el lunes. Las autoridades marroquíes han declarado que el viernes murieron 23 subsaharianos atrapados a los pies de la valla de Melilla. Varias organizaciones civiles elevan la cifra de muertes, pero los obreros solo esperaban terminar 23 fosas.

Los hoyos formaban un par de filas al final de un cuadrante destinado al entierro de todos aquellos que mueren lejos de su tierra, en pleno proceso migratorio y que acaban por ser de ninguna parte. Agentes de policía vestidos de paisano se acercaron a los redactores de este diario para advertirles de que tomar fotos en ese lugar está prohibido.

Pasado el mediodía, la Asociación Marroquí de Derechos Humanos (AMDH) publicó una foto en las redes sociales tomada desde las afueras del cementerio donde tachaba de “escándalo” la decisión de que las autoridades se dispongan a enterrar “a una parte de los emigrantes muertos” solo dos días después de que los cuerpos llegasen a la morgue de forma totalmente opaca. “Sin investigación, sin autopsia, sin identificación, las autoridades buscan ocultar el desastre”, apunta el comunicado. A preguntas de EL PAÍS, las autoridades marroquíes no aclararon si se han practicado autopsias antes de los enterramientos.

Los miembros de la AMDH piden que se investiguen las circunstancias de las muertes y si se pudo haber evitado la tragedia. Omar Naji, responsable en Nador de la AMDH asegura haber sido testigo el viernes de la escena de los subsaharianos apelotonados en el suelo mientras eran identificados por la policía, imágenes sobrecogedoras que su organización ha difundido a través de varios vídeos. “El problema, bajo la valla”, explica Naji, “es que la policía delimitó una zona muy estrecha para identificar a los emigrantes. Y los tuvo allí durante horas, bajo el sol, sin darles ninguna medida de socorro”. La AMDH es la asociación civil de mayor implantación en Marruecos y la que ha difundido gran parte de los vídeos sobrecogedores en los que decenas de migrantes yacen inertes y boca abajo, sobre en el suelo, muchos de ellos maniatados, sin que apenas se distinga quién está vivo y quién muerto. Y Omar Naji es el hombre de esta organización sobre el terreno.

Naji afirma haber visitado el viernes la morgue del hospital Hassani, donde se encuentran los cadáveres de los emigrantes subsaharianos y asegura que contó al menos 15 muertos. “Estaban en el suelo. Eso significa que la morgue estaba saturada. Y solo había dos personas trabajando allí”. El mismo viernes, la AMDH ya advertía sobre la posibilidad de que los muertos fueran despachados deprisa y realizaba un llamamiento a no enterrar a los fallecidos de forma apresurada y a abrir una investigación “global, rápida y seria para determinar las responsabilidades y consecuencias”.

Farid, uno de los enterradores, permanecía ajeno este domingo a cualquier polémica sobre una posible ocultación de datos clave sobre las circunstancias de la muerte. “Estamos preparando las fosas de los africanos, que llegan el lunes”, explicaba. El lugar es terreno vetado para los curiosos. Acercarse y rondar por entre los enterramientos sin nombre, identificados solo con fecha, puede suponer un encontronazo con las autoridades marroquíes, que mantienen un férreo control sobre todo lo que rodea a la carga violenta del viernes en el Barrio Chino, una pedanía a pie de valla. Más de una veintena de personas fueron detenidas después de que la policía judicial les tomase testimonio la noche del viernes, según la AMDH. La organización aseguró que todos permanecían en la comisaría de Nador a la espera de declarar ante el fiscal este lunes.

El suceso del viernes se ha convertido ya en el intento de cruzar la valla más mortal de la historia. El grupo de entre 1.500 y 2.000 subsaharianos irrumpió en el Barrio Chino con palos y mochilas llenas de piedras, según han relatado testigos a EL PAÍS. Policías, gendarmes y agentes de las fuerzas auxiliares los recibieron con granadas de humo, pelotas de goma y pedradas en una maniobra de pinza que los dejó acorralados en la valla.

En Melilla, residentes en el Centro Temporal de Inmigrantes (CETI) han preparado una concentración de protesta este lunes a las puertas del dispositivo de acogida. Muchos de los migrantes y solicitantes de asilo en el centro son amigos y compatriotas de los muertos, heridos y detenidos en Marruecos, compañeros de fatigas en los meses escondidos en el país magrebí, en las semanas de prisión en otros lugares como Libia o en los trayectos de días y semanas cruzando fronteras en mitad del desierto. “Queremos denunciar la violencia empleada por las fuerzas marroquíes contra los migrantes”, expresa Hussein, sudanés que llegó a Melilla en marzo, durante el mayor salto que ha vivido la ciudad y en el que se puso en evidencia la crudeza de la represión ejercida también por las fuerzas de seguridad españolas.

Las fosas que este domingo se cavaban en el cementerio de Nador para los migrantes que fallecieron el viernes en el salto a la valla de Melilla
Las fosas que este domingo se cavaban en el cementerio de Nador para los migrantes que fallecieron el viernes en el salto a la valla de MelillaEL PAÍS

Las 133 personas que sí consiguieron llegar hasta el centro de Melilla guardan cuarentena por covid en las instalaciones del CETI. Un total de 13 letrados del turno especializado en Extranjería del Colegio de Abogados de Melilla se han ocupado de ellos. La coordinadora del turno, Francisca Gómez, explica que “la gran mayoría” de los emigrantes han pedido asilo. Hasta el momento, más de 80 subsaharianos han sido atendidos por los abogados de turno, además de los miembros de entidades como la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR).

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