Unas 2.500 personas intentan acceder a Melilla en un salto a la valla
491 migrantes han logrado cruzar desde Marruecos, según la Delegación del Gobierno de la ciudad autónoma
Unas 2.500 personas han protagonizado en la mañana de este miércoles el mayor intento de salto a la valla en Melilla de los últimos años, según estimaciones de la Delegación del Gobierno en la ciudad autónoma. Las cámaras de seguridad del perímetro que utiliza la Guardia Civil para vigilar la frontera han captado el acercamiento de varios grupos en distintos puntos de la alambrada en torno a las nueve de la mañana, según ha confirmado la delegada del Gobierno en Melilla, Sabrina Moh. En total, 491 migrantes han conseguido acceder desde Marruecos, en su mayoría subsaharianos, según estimaciones del Ejecutivo. Los migrantes se han concentrado en las puertas de Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI). Veinte de ellos han sido trasladados al Hospital Comarcal para tratar diversas heridas y contusiones.
Según ha relatado Moh, el grueso de la entrada se ha producido en tan solo 10 minutos, entre las 9.30 y las 9.40. Los migrantes se han ido distribuyendo a lo largo de toda la zona entre los pasos fronterizos de Barrio Chino y Farhana, donde se cuentan algunos puntos sensibles en el vallado. “Desde que estoy en la Delegación del Gobierno, no ha habido un intento tan numeroso”, ha afirmado la delegada, que lleva en el cargo desde 2018.
Nunca se había registrado en Melilla un intento de salto tan cuantioso. El 28 de mayo de 2014, se produjo otra intentona multitudinaria que se acerca a lo ocurrido este miércoles. En ella participaron entre 1.000 y 2.000 personas, según las fuentes. Interior contabilizó entonces la entrada de 470 personas en Melilla. La presión sobre el perímetro ese año fue extraordinaria y constante, con varios intentos colectivos que se producían al mismo tiempo con el objetivo de sobrepasar a las fuerzas de seguridad y asegurar la entrada. Paradójicamente, en 2013 se habían endurecido los dispositivos desplegados en el vallado para evitar las entradas.
Este último salto se ha producido en uno de los momentos de más baja ocupación del Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI), donde en febrero y por primera vez en la última década, se han registrado menos de 100 personas alojadas, según datos de la Secretaría de Estado de Migraciones. En 2014, el CETI llegó a acoger a más de 5.000 personas. En 2020, durante el confinamiento decretado debido a la pandemia, más de 1.600 personas tuvieron que convivir en unas instalaciones totalmente cerradas y acondicionadas para 782 personas.
Fuentes de sindicatos policiales aseguran que se trata de uno de los saltos más violentos, algo que denuncian de forma habitual. Los migrantes se aproximan a la valla, casi siempre, con garfios, zapatos con clavos y palos para ayudarse a escalar y sortear la malla antitrepa que cubre la alambrada. Veinticinco guardias civiles y dos policías han requerido asistencia médica, todos ellos de carácter leve, según ha confirmado la Delegación del Gobierno. Fuentes de la Asociación Unificada de Guardias Civiles de Melilla inciden en la cantidad de devoluciones en caliente que se han realizado en esta ocasión. Imágenes difundidas por RTVE muestran a agentes acompañando a niños, lo que supondría una devolución exprés de menores y que prohíbe la legislación española.
Otras grabaciones, difundidas por la televisión pública melillense, han registrado devoluciones de migrantes que permanecían encaramados a la valla y, tras descender, han sido escoltados y obligados a regresar a territorio marroquí. La presión sobre el perímetro se había rebajado después de que en diciembre de 2021 se registrasen varios intentos de entrada de hasta 500 personas. A partir de enero, se han producido varios intentos de pequeños grupos, mayoritariamente, de marroquíes que intentan entrar a Melilla ante la persistencia del cierre fronterizo impuesto en marzo de 2020 a causa de la pandemia.
Varias ONG han denunciado que, entre los devueltos a Marruecos, han observado desde el lado marroquí de la frontera a al menos tres heridos, que no han recibido atención médica. La organización Solidary Wheels cifra en al menos 30 los migrantes devueltos. Y varios de ellos han permanecido encaramados a la valla hasta las once de la mañana.
La Asociación Marroquí de Derechos Humanos (AMDH), en la vecina ciudad de Nador, ha señalado que 31 migrantes heridos fueron trasladados al hospital Hassani de la ciudad, de ellos tres en estado grave. La misma fuente indica que las autoridades marroquíes han fletado hasta siete autobuses para trasladar a los migrantes a centros de detención. En un vídeo difundido por la AMDH en su cuenta de Twitter, se muestra un momento del salto. “La victoria hoy en Melilla. Muchos heridos. No a las devoluciones en caliente”, reza el mensaje, escrito en francés y con la palabra ‘victoria’ escrita en lengua fula (booza), la hablada por la etnia fulani en países del África occidental.
Casi dos décadas de presión fronteriza
Con la incorporación de España a la UE, en 1986, los 11 kilómetros de perímetro que encierran la localidad en la costa de Marruecos, pasaron a dividir dos mundos como una de las fronteras más desiguales del planeta. La de Melilla es, junto a la de Ceuta, la única demarcación terrestre entre Europa y África.
El intento más numeroso hasta el de este miércoles sucedió el 28 de mayo de 2014, en plena crisis migratoria agravada por la afluencia de solicitantes de asilo sirios que llegaban hasta Marruecos esperando acceder a España ante el cierre de otras rutas.
Hasta 2004, la mayoría de intentos de entrada a través del perímetro se producían de forma individual o en pequeños grupos que evitaban ser detectados. En agosto de ese año ocurrió la primera entrada masiva, coordinada y simultánea con el objetivo de sobrepasar la capacidad de contención de las fuerzas españolas. Al menos 400 personas trataron de sortear la valla, de las cuales unas 50 lo consiguieron. El método se consolidó. El Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero instaló un año después, en 2005, las polémicas alambradas de cuchillas, que retiró en 2007 y que el Gobierno de Mariano Rajoy volvió a poner en 2013. Finalmente, fueron retiradas en 2021, un compromiso que el ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska, había estado retrasando.
Desde que se decretó el cierre fronterizo en 2020, la presión ha sido constante. Entre 2019 y 2022 se han producido numerosos saltos protagonizados por grupos de entre 50 y 400 o 500 personas. A ello se suma la tensión registrada desde mayo de 2021 y tras la crisis desatada en Ceuta en la que más de 10.000 personas cruzaron a territorio español en solo dos días. Casi cada semana, nacionales marroquíes consiguen acceder a la ciudad atravesando la valla en grupos de decenas de personas.
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