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Iñaki Urdangarin obtiene la libertad condicional tras superar el programa de reeducación para corruptos

La jueza de Vigilancia Penitenciaria aprueba el “adelantamiento cualificado” de la excarcelación del cuñado del Rey a propuesta de la cárcel

Libertad condicional Urdangarin
Iñaki Urdangarin, en una imagen tomada en Vitoria este jueves.Europa Press Entertainment (Europa Press via Getty Images)
Óscar López-Fonseca

Iñaki Urdangarin disfruta de la libertad condicional desde el pasado miércoles después de que la juez de Vigilancia Penitenciaria del País Vasco, Ruth Alonso, haya aprobado el “adelantamiento cualificado” de su excarcelación que había propuesto para él la cárcel de Zaballa (Álava), de la que dependía el cuñado del Rey, según han informado a EL PAÍS fuentes penitenciarias vascas. La decisión de la magistrada se produce después de que el marido de Cristina de Borbón hubiera concluido con éxito, el pasado octubre, su participación en el Programa de Intervención en Delitos Económicos (Pideco), un plan de reeducación para condenados por corrupción puesto en marcha en las cárceles españolas en enero de 2021.

No obstante, la libertad condicional no significa la extinción de la pena de 5 años y 10 meses que le impuso el Tribunal Supremo por el caso Nóos, hecho que no se producirá hasta abril de 2024. Si hasta entonces, el cuñado de Felipe VI incumple algunas de las condiciones que le impone la jueza en el auto ―y cuyo contenido no ha transcendido―, volverá a su situación penitenciaria anterior. De hecho, Urdangarin seguirá sometido a cierto control por parte de los llamados verificadores de la libertad condicional, una figura puesta en marcha en 2017 y que desempeñan funcionarios de prisiones. Una de estas medidas puede ser la visita, sin previo aviso, al domicilio que fije como residencia.

La libertad condicional anticipada, que solo puede ser concedida por un juez, está contemplada en el artículo 90.2 del Código Penal. Este fija como requisitos para que un preso se beneficie de la misma que esté clasificado en tercer grado o régimen abierto (Urdangarin tenía esa condición desde enero de 2021), que haya mostrado buen comportamiento durante la condena y que haya “desarrollado actividades laborales, culturales u ocupacionales [...] del que se haya derivado una modificación relevante y favorable de aquellas de sus circunstancias personales relacionadas con su actividad delictiva previa”. Antes de su trabajo en un bufete de Vitoria, el marido de la infanta Cristina había colaborado con una ONG en la atención a personas con discapacidad.

La situación penitenciaria de Urdangarin ha dado un vuelco importante en los 15 últimos meses. A finales de diciembre de 2020, Instituciones Penitenciarias le aplicó el artículo 100.2 del Reglamento Penitenciario, lo que le permitió comenzar a disfrutar de un régimen de vida penitenciario similar al tercer grado y abandonar la prisión de Brieva (Ávila), donde ingresó para cumplir la condena el 18 de junio de 2018 y donde era el único recluso en el módulo de hombres. Aquel primer cambio supuso que pasase a una celda del Centro de Inserción Social (CIS) de Alcalá de Henares (Madrid), del que salía a diario para ir a trabajar a la ONG en la que ya llevaba un año colaborando. Al término de la jornada, sin embargo, el cuñado del Rey debía volver al centro para dormir. También debía permanecer en el recinto penitenciario los fines de semana, salvo uno al mes que salía de permiso.

Esa situación, sin embargo, duró poco. A finales de enero de 2021, el titular del Juzgado de Vigilancia Penitenciaria 1 de Castilla y León, Florencio de Marcos, estimó un recurso y le concedió el tercer grado, por lo que desde entonces estaba en semilibertad y solo tenía que dormir de lunes a jueves en el CIS. Además, salía todos los fines de semana, y no uno al mes como hasta aquel momento, y vio cómo aumentaba de 36 a 48 el número de días de permisos que podía solicitar al año. Poco después, Instituciones Penitenciarias aceptaba trasladarle al Centro Penitenciario de Zaballa para terminar de cumplir allí su condena. Urdangarin justificó su petición en que tenía una oferta para trabajar como consultor en un despacho de abogados de Vitoria. Además, esgrimía que en la capital vasca vivían su madre y varios de sus hermanos.

Seis meses después, Urdangarin avanzaba un poco más en su semilibertad al aplicarle Instituciones Penitenciarias el artículo 86.4 del Reglamento Penitenciario, que permite a los reclusos cumplir el resto de la pena con un régimen de semilibertad aún más liviano, al no tener que ir a dormir a la cárcel y permanecer en su domicilio bajo control telemático, que en el caso del cuñado del Rey se traducía en controles semanales presenciales y telefónicos, sin necesidad de portal una pulsera telemática. Ahora, la libertad condicional es el último escalón, que ya había sido anticipada hace casi dos años, en agosto de 2020, por el juez De Marcos, quien en un auto dictado entonces preveía que el esposo de la infanta Cristina fuese excarcelado “como muy tarde” cuando cumpliera tres cuartas partes de su condena.

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Sobre la firma

Óscar López-Fonseca
Redactor especializado en temas del Ministerio del Interior y Tribunales. En sus ratos libres escribe en El Viajero y en Gastro. Llegó a EL PAÍS en marzo de 2017 tras una trayectoria profesional de más de 30 años en Ya, OTR/Press, Época, El Confidencial, Público y Vozpópuli. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid.

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