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Vorarlberg: el secreto mejor guardado de los Alpes austriacos

Más de 660 kilómetros de pistas, el mayor entorno natural esquiable de Austria, naturaleza prístina, arquitectura tradicional y pueblos de postal esperan en el estado federal más pequeño y más occidental del país

Vorarlberg Alpes
Imagen invernal al anochecer de Lech, en el Estado federal austriaco de Vorarlberg.Lucas-Tiefen

Ocho en punto de la mañana, todavía queda una hora para salir hacia la estación de esquí de Warth, por lo que decido dar un paseo por el pequeño pueblo de Schoppernau, en el Estado de Vorarlberg (Austria). Tomo el camino hacia la iglesia, que pasa por el puente de madera que salva el riachuelo de la vertiente norte. Nada más cruzarlo se encuentra un santuario dominado por una cruz de hierro dedicado a los jóvenes del pueblo caídos durante la Segunda Guerra Mundial. Dentro del recinto de la iglesia hay un minúsculo cementerio cubierto de nieve donde descansan los egregios vecinos finados. Desde la atalaya que proporciona la pequeña colina donde está el templo se observa mejor el conjunto de casitas de madera que conforman esta localidad. Perfectamente orientadas, sin un ápice de anarquía en su disposición y la distribución de los prados adyacentes, parece una de esas maquetas profesionales de dioramas de trenes, se diría, incluso, que la nieve que cubre los tejados y jardines ha sido colocada de forma intencionada.

A unos escasos 20 metros de la iglesia se encuentra una casa agrícola construida en madera con pequeñas ventanas (una tradicional Maisäß-Häuser). De dos pisos, antiguamente el de abajo hacía las veces de establo y el superior, de vivienda. El edificio cuenta con tejado a dos aguas perfectamente simétrico y trufado de ventanas, todas con postigos azul cobalto. La fachada está recubierta de listones de madera broquelados como las escamas de un sábalo real. Una forma efectiva de termoprotección para los inviernos duros. La madera no está tratada ni pintada. Algunas partes del edificio se han tornado grisáceas mientras otras conservan el rojo brillante del abeto ¿O es olmo? No sabría decir. Lo que sí sé es que es madera de árboles (pino, olmo o haya) que el lugareño ha visto crecer. Esta es una máxima de esta región austriaca: todo los recursos son del país. Que la madera no esté pintada ayuda a que la casa se funda con la piel del paisaje, que es la intención del constructor, pero el motivo final es más pragmático: la madera no pintada se puede reutilizar cuando envejece, como leña, por ejemplo.

Un esquiador recorre el circuito de cross country en dirección al pueblo vecino de Au, más al norte. Los pueblos de estos valles están conectados por rutas de esquí de fondo y forman parte del Bregenzerwald Umgang, también conocido como la ruta de los 12 pueblos. Desde Bregenz, a orillas de lago Constanza, hasta Warth, en el pico en la montaña, se puede uno sumergir en localidades que parece han sido diseñadas como parques temáticos alpinos. Precisamente en Au, hacia donde se encamina el esquiador, se fundó una escuela barroca de constructores en 1648, después de la Guerra de los 30 Años, de la que salieron cientos de maestros que levantaron edificios en Alsacia, Suiza y el sur de Alemania. Con la misma filosofía con la que se construyen las granjas, casas, museos o guarderías de la región hoy en día.

Los voralbergueses sienten una fascinación por la madera y por construir cosas con ella. Se llaman a sí mismos “artistas constructores”. Y su interés por la construcción va más allá de la simple geometría de los edificios y su funcionalidad: abarca el impacto que tiene en el entorno. De la explotación de los bosques cercanos a la administración de la ganadería en los altos pastos, pasando por las conexiones interurbanas e, incluso, la gestión del turismo que reciben. Está pasión por la madera y por construir ha convertido a Vorarlberg en una de las regiones arquitectónicas más valoradas del mundo. Aquí, una de cada cuatro construcciones están diseñadas por arquitectos y esto incluye también paradas de autobús. De esta región han salido más de 60 grandes arquitectos desde los años cincuenta. Un número que impresiona si se tiene en cuenta que la región apenas cuenta con 400.000 habitantes (lo que viene a ser menos que la provincia de Valladolid, para poner en perspectiva).

Parada de autobús en Krumbach diseñada por el arquitecto chino Wang Shu.
Parada de autobús en Krumbach diseñada por el arquitecto chino Wang Shu.Albrecht Imanuel Schnabel (Vorar

Esta perla de los Alpes tiene la mayor parte de su superficie montañosa, con una piel arbórea de 100.000 hectáreas de bosque, en la que los amantes de la naturaleza pueden encontrar dos auténticos paraísos: el parque natural Nagelfluhkette, que se pierde más allá de la frontera alemana, y la Reserva de la Biosfera por la Unesco Großes Walsertal. Großes Walsertal es un valle entre montañas en el centro de Vorarlberg con 230 rutas señalizadas, más de 40 cumbres y 47 enormes praderas de pastos y, aun así, está completamente fuera de los circuitos turísticos.

Sigo con el periplo por este pueblo alpino, observando cómo las casas conservan una coherencia arquitectónica, pero cada una con su carácter. Casi a la hora de partir hacia la estación de esquí, llego a la fábrica de los famosos quesos de montaña locales. Aunque por fuera sigue respetando el urbanismo de Schoppernau, el interior muestra las modernas instalaciones donde palés de quesos, grandes como ruedas de coches, esperan para ser transportados. Nota mental: pedir queso en el almuerzo en el restaurante de la estación.

Fachada de una de las casas en la localidad autriaca de Schoppernau.
Fachada de una de las casas en la localidad autriaca de Schoppernau.Adriana Stampfl (AlamY / CORDON

En la mayor extensión de nieve de los Alpes

Tras 25 minutos por una carretera empinada y sinuosa, por fin estoy en pueblo de Warth, puerta de entrada del dominio Warth y Schröcken. Ambos son pueblecitos walser (una comunidad con su lengua y su cultura de tradiciones del siglo XIII) situados en el alto Bregenzerwald (bosque de Bregenz), justo en la frontera con Alemania y el Tirol. Warth-Schröcken presume de ser la estación con más nieve de los Alpes, con una media de casi 11 metros de profundidad.

Me equipo en la comodísima y moderna tienda justo a los pies del telesilla. Mientras asciendo observo cómo el campanario de la iglesia de Warth se enmarca entre las amplias pistas y una cuerda montañosa que parece la columna vertebral de un granítico dragón. Muy “instagrameable”, que diría un moderno. Me sorprendo de la poca gente que hay esquiando, eso explica, en parte, las lomas de nieve inmaculada que se desbordan hacia Warth. Toda la zona de esquí está por encima de la línea del bosque, por lo que encontrar nieve sin huellas de tablas muy cerquita de las pistas y en amplias pendientes es relativamente fácil. El paraíso para los freeriders y esquiadores de montaña que pueden perderse por 200 Kilómetros de pendientes con profunda nieve. Cerca del collado entre dos picos, una línea de esquiadores de montaña en ascenso dan perspectiva de la proporción de los gigantes graníticos que no parecían tan grandes desde la base del telesilla.

Esquiadores fuera de pistas en Lech-Zürs am Arlberg.
Esquiadores fuera de pistas en Lech-Zürs am Arlberg.Sepp Mallaun (Vorarlberg Tourism

En la cima de la estación, con el día es soleado y el aire limpio, la visión de los valles hacia Schröcken es perfecta, al igual que los picos que llevan al sur hacia Lech-Zürs. 62 Kilómetros de pistas me contemplan. Dos son ineludibles. En la número 262 Gamssprung (el salto de la gamuza), de 1.150 metros de longitud, las vistas de las montañas son apoteósicas. Y las pistas negras de Salobre Northface, las favoritas de los amantes de la adrenalina, sobretodo la 253, conocida como Ochsenkopf, cuenta, en algunas partes, con una pendiente de más del 70%. Es una de las más empinadas en toda el área de Arlberg, una auténtica hacedora de cosquillas en el estómago.

Después de la aventura y la diversión, en la agenda tengo anotado apuntar con mis tablas hacia Lech, siguiendo la ruta sur del Run of Fame. El Run of Fame es el circuito de esquí más largo de los Alpes y recorre todo el dominio del Ski Arlberg. Son 85 kilómetros con un desnivel acumulado de 18.000 metros que superan los puertos de montaña de Arlberg, Flexen y Hochtannberg. El circuito va desde la recomendada estación de Warth hacia Zürs y Lech y las estaciones de St. Anton/Rendl, para volver pasando por Stuben, St. Christoph y Schröcken. Todo ello esquiando y tomando remontes. Está señalizado y se puede seguir por la aplicación móvil Ski Arlberg App, por lo que no es difícil mantenerse en el camino.

Lo difícil es completar el reto en un día. Los esquiadores veteranos del lugar lo pueden completar en 5 horas y 43 minutos con velocidad máxima de 97 Kilómetros por hora. A los turistas experimentados les puede llevar unas siete horas. Para los visitantes que llegan hasta aquí para disfrutar de los sobrecogedores paisajes alpinos y apreciar el entorno y la naturaleza de Vorarlberg es mejor solo realizar una parte del recorrido: la ruta sur. Desde la estación del valle de Dorfbahn en Warth se parte hacia St. Anton.

Dos esquiadores en la ruta norte del circuito Run of Fame (Austria).
Dos esquiadores en la ruta norte del circuito Run of Fame (Austria).Ski Arlberg/Andre Schönherr

Aparte de la gran cantidad de nieve en polvo, una de las maravillas que se puede disfrutar en Warth es la góndola Auenfeldjet, que une el dominio Warth-Schröcken con Lech-Zürs. Auenfeldjet es un artefacto ingenioso y moderno, en el que se viaja durante casi un cuarto de hora por encima de nosecuantos picos. Una visión de los paisajes de Arlberg fantástica. Justo este año cumple su décimo aniversario. Y a parte de ser una joya de la ingeniería —en Vorarlberg arquitectos e ingenieros esquiadores van a disfrutar como niños— y del panorama alpino que permite disfrutar, sobre todo con el día soleado, este remonte es clave para que Vorarlberg disponga de la extensión de nieve esquiable mayor de Austria, y la quinta mayor del mundo: más de 660 Kilómetros de pistas e interminables zonas de esquí fuera de pista, que permite cerrar el recorrido Run of Fame y dar acceso a los esquiadores del norte al mítico Der Weiße Ring (Anillo Blanco).

El Anillo Blanco es un circuito de 22 Kilómetros y 5.500 metros de desnivel acumulado, que conecta Lech con Zürs, Zug y Oberlech, y para los locales es el más legendario de todos los Alpes (mejor no discutir). Der Weiße Ring alberga una carrera anual abierta a cualquiera y en la que han participado muchas estrellas del esquí alpino, entre los más de mil participantes que se congregan cada año. Pero a pesar de la excitación que despierta el evento y el nivel de los participantes, el circuito en sí lo puede hacer cualquiera, las pistas son de dificultad fácil o media. No tiene pérdida, toda la ruta está señalizada y, si se sigue con la aplicación Arlberg App y se completa, se puede entrar en un sorteo de un cinturón temático de Luis Trenker (un modisto tirolés de ropa outdoor y casual).

Lo interesante de Der Weiße Ring es que el circuito pasa por la estación de montaña de Rüfikopf, a 2.362 metros, a la que se llega desde Lech en góndola. En la cima de la plataforma hay un restaurante de nombre homónimo a la montaña y unas vistas de 360 grados sobrecogedoras de todos los picos. Después de un descanso y una cerveza (sin) en la terraza del restaurante, me ajusto las botas y engancho las tablas. Espera un descenso suave. En Lech la nieve en polvo es tan abundante como en Warth, pero mientras que el dominio Warth-Schröcken es el preferido por las familias de clase media, aquí se desliza la nobleza europea, literalmente. Algunas casas reales poseen uno de esos coquetos chalecitos que se ven en las laderas de los que se puede salir con los esquís puestos.

Se acerca el final de la jornada y me dirijo hacia el último punto de la agenda. Si el día amaneció con un baño de arquitectura tradicional de Vorarlberg, ahora toca rematar en un edificio en el que la forma clásica de construcción y la filosofía de integrar los edificios en el entorno natural ha sido adoptada en las propuestas de la nueva generación de arquitectos. Se trata del restaurante Der Wolf, situado entre la estación de la montaña Peterboden y la estación de Weibermahd. Una cabaña clásica de esquí forjada bajo la imaginación del arquitecto con más renombre de Vorarlberg, Bernardo Bader, cuyo talento especial es diseñar y ubicar edificios en parajes naturales de forma que parece que siempre han sido parte del paisaje. Der Wolf no es una excepción, está construido con líneas simples y grandes ventanales que dejan pasar la luz y que proporcionan espectaculares vistas de las montañas lindantes. El interior, luminoso y minimalista, recrea un ambiente muy acogedor.

El restaurante cabaña de esquí Der Wolf, diseñado por el arquitecto Bernardo Bader.
El restaurante cabaña de esquí Der Wolf, diseñado por el arquitecto Bernardo Bader. Alex Kaiser

Repaso la carta. La sugerencia del día es una hamburguesa elaborada con productos de los Alpes, pero yo me decanto por un plato más tradicional con queso de montaña Alpkäse. Casi toda la comida austriaca es muy potente, capaz de mantenerle a uno en marcha para la jornada siguiente, y lo voy a necesitar porque por la mañana me espera una ruta por la meseta de Gottesacker. Un paraje protegido por la Unión Europea en Kleinwalsertal, a 2.000 metros de altitud, dominado por el silencio y unos gigantes de granito. Pero ese es otro artículo…

Información Práctica Vorarlberg

Dormir

  • Hotel Gasthof Adler, en Schoppernau. Edificio tradicional y de los pocos alojamientos certificados con la etiqueta ecológica austriaca.
  • Biohotel Schwanen. Ubicado en el corazón de Bizau, es otro símbolo del estilo arquitectónico de Vorarlberg, con una cocina de reconocimiento internacional basada en ingredientes orgánicos y los principios de Hildegarda von Bingen.

Esquiar

  • Estación Warth-Schröcken, el dominio con más nieve de los Alpes.
  • Arlberg, la extensión de esquí más grande de los Alpes y la quinta del mundo.
  • Run of Fame, el mayor circuito de esquí de los Alpes.

Cosas que no sabías de Vorarlberg

● Bludenz es la ciudad medieval donde se fabrica el famoso chocolate Milka.
● Schruns fue el destino de invierno favorito de Ernest Hemingway en los años veinte, allí escribió Fiesta.
● La escena de la ópera de la película James Bond Quantum of Solace (2008) fue filmada en Bregenz. Y la de Bridget Jones: Sobreviviré (2004) esquiando horriblemente, en Lech.
● La bebida energética Red Bull se fabrica en Vorarlberg, aunque la sede está en Salzburgo.
● Bregenz, la capital del Estado, alberga el récord de tener el edificio con la fachada más estrecha de Europa. Situado en Kirchstraße 29, el frente solo mide 57 centímetros de ancho.
● En Krumbach hay una parada de autobús con forma de cámara oscura diseñada por el arquitecto chino Wang Shu, ganador del premio Pritzker.

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