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Por la comarca de El Condado, naturaleza, museos y oleoturismo en las estribaciones de Sierra Morena

Situado al norte de la provincia de Jaén, este territorio de ocho municipios hace bandera del mundo rural auténtico, con las dehesas, su patrimonio arqueológico y fluvial y una red de centros de interpretación como principales ingredientes

Vista de Santisteban del Puerto, una de las localidades de la comarca de El Condado, en Jaén.
Vista de Santisteban del Puerto, una de las localidades de la comarca de El Condado, en Jaén.Luis Dafos (Alamy)
Ginés Donaire

Tierras rojas y olivares, dehesas de encinar, laderas y valles de monte mediterráneo y un nutrido patrimonio fluvial de arroyos, ríos y embalses forman la carta de presentación de la comarca de El Condado, al norte de la provincia de Jaén y en las estribaciones de Sierra Morena y Despeñaperros. El Condado fue territorio fronterizo y encrucijada de caminos, un pasado que ahora se manifiesta en las huellas de dinosaurio, arte rupestre e íbero, puentes romanos, castillos y torreones, pueblos de colonización, núcleos de trama urbana de origen árabe con calles serpenteantes y empinadas y vestigios del poeta medieval Jorge Manrique entrelazados con casas modernistas.

Bajo la marca Condado de Jaén. Calidad Rural, la comarca abre sus puertas a un turista ávido de un mundo rural auténtico, apegado al territorio, al campo y sus labores, en plena naturaleza de Sierra Morena. El Condado lo forman ocho municipios distribuidos de oeste a este: Vilches (con las pedanías de Guadalén y Miralrío), Arquillos (con la pedanía de El Porrosillo), Navas de San Juan, Santisteban del Puerto, Castellar, Montizón (con las pedanías de Aldeahermosa y Venta de los Santos), Sorihuela del Guadalimar y Chiclana de Segura (con las pedanías de Camporredondo, Los Mochuelos y La Porrosa). Su inclusión en la Red Natura 2000 como territorio de especial interés para la conservación de especies amenazadas como el lince ibérico, actualmente en proceso de reintroducción, certifica el valor ambiental y ecológico del territorio.

El monte bajo denso y profundo de encinas, alcornoques, madroños, enebros, quejigos, torviscos, jaras y el pinar de repoblación ocupan el norte de El Condado en un relieve moderado en altura y accidentado en diferentes barrancos y arroyos. La riqueza es indudable, como se pone de manifiesto en Vilches, el municipio con más kilómetros de costa interior en España, ya que por su término discurren los embalses de La Fernandina, Guadalén y el Giribaile.

Hacia el sur, el aclarado de árboles y matorrales transforma el paisaje de monte en dehesas alomadas, lo que da lugar a uno de los ecosistemas más biodiversos por la multiplicidad de especies herbáceas. Juntos a las encinas o coscojas, y los alcornoques en laderas más umbrías, el paisaje de dehesa se completa con jaras, alisios, fresnos o lentiscos, alrededor de los cuales surgen numerosos pájaros como carboneros, mosquiteros o abubillas, pero también nidos de rapaces, conejos, liebres y surtidos rebaños de ovejas, cabras y vacas.

Las tonalidades oscuras y la densidad del monte mediterráneo han alumbrado en estas estribaciones de la Sierra Morena más oriental un corredor natural de más de 100 kilómetros surcado por caminos de trashumancia y pistas forestales en los que es frecuente atisbar ejemplares de animales como águilas reales e imperiales, búhos, cárabos, buitres leonados, zorros, ginetas, gatos monteses. También especies cinegéticas como jabalís, ciervos, gamos y muflones caracterizan a esta sierra como destino famoso entre cazadores. El toro de lidia ocupa muchas de estas dehesas en El Condado, que cuenta con cerca de una veintena de ganaderías expandidas por su territorio. Algunas de ellas han adaptado sus instalaciones y ofrecen servicios de restauración y alojamiento rural de alta calidad.

Un buen exponente de ello es la finca El Añadío (en Vilches), un ecosistema natural de casi 400 hectáreas sobre un paisaje ondulado salpicado de encinas, acebuches, lentiscos y cubierto de pasto natural, en el que pastan unas 300 reses de lidia y caballos, que conviven con la fauna autóctona como venados, jabalíes, zorros, perdices, liebres o linces. Su oferta de alojamientos se erige sobre un conjunto de edificios de piedra, antiguas viviendas de los vaqueros, establos o pajares, rehabilitados respetuosamente y convertidos en salones y habitaciones, todos dispuestos alrededor de un patio principal, flanqueado de porches, con huerto, árboles frutales y fuentes. A todo el conjunto le rodean los corrales y demás instalaciones ganaderas donde se pueden ver los animales, y desde cualquiera de sus rincones se divisan inmensas vistas panorámicas.

Nuevas apuestas turísticas

El Condado desafía al futuro más inmediato con nuevos productos turísticos que ponen en valor su riqueza natural y patrimonial y que se exhibe en Territorio Museo, que da nombre a una red de centros de interpretación en cada uno de los ocho municipios de la comarca.

En Santisteban, el centro sobre las huellas de dinosaurio presenta un exhaustivo repaso a los hechos más representativos de la historia de los municipios que formaron, en su día, el Condado de Santisteban; desde la Prehistoria hasta la batalla de las Navas de Tolosa, pasando por los íberos, los romanos y las épocas musulmanas.

En la Torre del Homenaje del castillo de Pallarés de Castellar se ubica el centro que cuenta el papel de los santuarios en la cultura del pueblo íbero en la zona a través de diferentes pantallas interactivas y audiovisuales. El museo expone una magnífica muestra de exvotos íberos procedentes del santuario ibérico de la cueva de la Lobera de Castellar, y con audiovisuales que explican su función, rituales y cómo se fabricaban.

La cueva de la Lobera de Castellar, en la provincia de Jaén.
La cueva de la Lobera de Castellar, en la provincia de Jaén.Luis Dafos (Alamy)

Jorge Manrique, uno de los poetas más importantes de la literatura española de la segunda mitad del siglo XV, vivió y escribió en el castillo de Chiclana de Segura, donde nacieron sus hijos. El centro dedicado al poeta nos relata a través de múltiples paneles, pantallas interactivas y audiovisuales, incluso en formato de holograma en 3D, la faceta de guerrero de Manrique en el contexto de las guerras internas de Castilla por su trono, y la de poeta, con las famosas Coplas a la muerte de su padre.

Dos de los municipios de El Condado, Arquillos y Montizón, pertenecen a las Nuevas Poblaciones de Sierra Morena que fundó Carlos III en el siglo XVIII. El centro de interpretación de las Nuevas Poblaciones de Arquillos ofrece una completa información sobre el proceso colonizador y repoblador que impulsó Carlos III y que culminó Pablo de Olavide. Así, a través paneles y nuevas tecnologías audiovisuales, recrea la época que dio lugar al nacimiento de las Nuevas Poblaciones, el papel de Pablo de Olavide y su vinculación con las ideas de la Ilustración, la materialización en Arquillos y en toda Sierra Morena, la posterior persecución de los ilustrados, hasta la redacción de la primera Constitución democrática de España en 1812, así como el desarrollo del municipio de Arquillos desde sus orígenes hasta la actualidad.

En Montizón se encuentra el más curioso y singular de todos los Centros de Interpretación de Condado Jaén Territorio Museo. Se trata de un centro al aire libre donde la flora y fauna constituyen su razón de ser. Un recorrido por los distintos paneles que se distribuyen a lo largo del circuito permite descubrir las particularidades de un entorno natural tan rico y variado. El principal núcleo de Montizón es Aldeahermosa, convertido el pueblo en un museo al aire libre gracias a la iniciativa de la joven artista Marifé Rozalén, que ha plasmado sobre las encaladas fachadas grandes murales transformados en espacios de memoria, de identidad y de diversidad, donde lo rural, los oficios tradicionales y los lugares que marcaron su infancia son los temas predominantes.

El Condado apuesta también por el oleoturismo para diversificar su oferta y atraer visitantes. Una buena oportunidad para sumergirse en la cultura oleícola es el Centro de Interpretación del Aceite y Olivar de Navas de San Juan que, tras una cuidada reforma, ha vuelto a abrir sus puertas con una exposición permanente y didáctica para ayudar al visitante a tener y reconocer el sentido del patrimonio agrícola y su valor como transmisor de procesos culturales base de nuestra historia. Un centro de última generación que cuenta con aplicaciones táctiles, proyecciones y videojuegos para poder interactuar y tener una experiencia completa.

En el mismo complejo se encuentra el Ecoparque del Aceite y el Olivar, junto a los terrenos del antiguo matadero. Se trata de una zona verde con aparatos biosaludables y columpios, así como bancos distribuidos por toda la zona y algunas mesas de pícnic. Destacan la fuente, construida de manera artesanal con piedras del término municipal en la que hay una roca vertical en el medio de la que emana agua, y las antiguas maquinarias de almazaras de aceite que decoran, cómo no, el lugar.

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