La burbuja odontológica
Ante el estudio recientemente publicado por FACUA sobre las clínicas odontológicas, en mi opinión hay cosas que no se han tenido en cuenta, como la calidad de los materiales empleados, la formación ni la experiencia de los profesionales, ni el número de quejas y denuncias que acumulan determinadas clínicas. Lo indignante es que el colectivo odontológico lleva años asistiendo impotente a una degradación de la asistencia sanitaria odontológica debido a que los sucesivos Gobiernos han permitido una plétora profesional —existe una elevada tasa de paro en nuestra profesión y un gran número de jóvenes emigrados a otros países de la Unión Europea en busca de oportunidades que aquí no hay—, y han permitido también la irrupción en el mercado de empresas y aseguradoras que dirigen clínicas dentales que ofrecen planes de descuento y tratamientos gratuitos imponiendo criterios mercantilistas a los profesionales de la salud que trabajan en ellas y gastando lo mínimo en material y en salarios (un montón en publicidad y marketing, eso sí). Por todo esto, en esos centros impera una ley muy alejada del código deontológico de nuestra profesión que se traduce en sobretratamientos y tratamientos de dudosa calidad.
Para rematar, en este país, sin que haya sido decisión de nuestro colectivo, existe el libre mercado por lo que no hay ninguna regulación de precios ni máximos ni mínimos.— Silvia Ascasíbar Pérez. Ortodoncista.
