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España se sube al carro de la innovación

Los expertos recuerdan los beneficios de apostar por una mayor inversión en I+D+i en un foro de EL PAÍS y Acciona

España
Desde la izquierda: la moderadora Marta González Novo (Cadena SER), Carmen Camuñas (Acciona), Miguel Escassi (Google), Rocío Arroyo (Amadix), Carles Sierra (CSIC) y Juan Manuel Muñoz (OTRI).Santi Burgos

En un mundo inmerso en las sombras de la incertidumbre, el apoyo a la investigación, desarrollo e innovación (I+D+i) ilumina siempre el camino hacia el progreso. Su respaldo económico, tanto público como privado, es fundamental para nutrir la llama del conocimiento y además sirve como faro en una tormenta, dirigiendo la ruta con las herramientas necesarias para superar diversos desafíos. Se ha comprobado en la pandemia y en la creación exprés de un remedio que ha ayudado a salvar millones de vidas. Y lo seguiremos viendo en el futuro, porque no será la última vez que necesitemos de la ciencia para salir de un bache. Porque sin ella sería como navegar sin brújula hacia horizontes desconocidos. “Allí afuera hay un ruido ensordecedor y ya empiezan a sonar los tambores no de la innovación, sino de la involución, los tambores de la intolerancia y del retroceso”, dijo Diana Morant, ministra de Ciencia e Innovación del Gobierno de España.

En un encuentro organizado por EL PAÍS y Acciona, la representante del Gobierno afirmó que “no es momento de cambiar lo que ya da excelentes resultados. No es el momento de volver a las tinieblas. Es el momento de afianzar todas las reformas y de conseguir que nuestro país lleve a término ese proceso de reindustrialización en marcha”. En este sentido, resaltó las distintas acciones que ha llevado a cabo el Ejecutivo y que han servido para ganar fuerza en los rankings internacionales. “Es más que evidente que estamos modernizando nuestra economía, gracias también a un despliegue de un conjunto de reformas profundas como la ley de start-ups, la Ley de Telecomunicaciones, la Ley de Cambio Climático y Transición Energética, y la Ley de la Ciencia, Tecnología e Innovación. Y es lo que queremos seguir haciendo. Este es nuestro plan de país”, agregó.

Diana Morant, ministra de Ciencia e Innovación, durante su intervención.
Diana Morant, ministra de Ciencia e Innovación, durante su intervención. Santi Burgos

Durante el encuentro, celebrado el viernes en Madrid, Morant explicó que España es la segunda nación europea que más fondos de recuperación destina a la ciencia y la investigación. “El presupuesto supone el mayor en ­I+D+i de la historia”, abundó. Y los resultados de esa apuesta, asegura, ya están dando frutos, pues en un año la economía ha escalado una posición en el ranking europeo de innovación. “No podemos dejar que se detenga este tren innovador”. La ministra indicó que el objetivo del Gobierno es posicionar al país entre las primeras 20 potencias mundiales en esta materia. “Queremos que ese germen tenga su origen en todas las ciudades españolas y municipios, donde se concentra la diversidad y conviven las personas, y donde los problemas encontrarán sus soluciones. Toda una revolución de futuro que dotará de fuerza y raíz a nuestra democracia para protegerla de las amenazas que nos golpean”.

Según el Global Innovation Index 2022, España se encuentra en el puesto 28º de los países más innovadores (de entre un total de 132) y en el 18º de los países europeos, siendo catalogado como innovador moderado. “La innovación es un driver fundamental para la sociedad. La necesitamos para la transición energética, para la descarbonización, para todo lo que tiene que ver con biomedicina”, subrayó Raúl Rivero, responsable de inversión (CIO) en Acciona, en la inauguración del encuentro titulado Innovación en España: retos y oportunidades. Dar el salto hacia el top 20 no es una cosa sencilla. Además de recursos económicos, también es necesario atraer y retener talento, definir los sectores con mayores oportunidades de desarrollo y unir fuerzas entre los entes públicos y privados.

“Hay que enfocarnos en la investigación y en las tecnologías más disruptivas que van a marcar el futuro”, afirmó Carmen Camuñas, head of digital hub en Acciona. La innovación, según esta experta, no solo es inteligencia artificial, que ahora está en boga, sino muchas otras como la robótica, la impresión 3D y la aplicación de IoT (internet de las cosas). “Es importante que se invierta en ese tipo de tecnologías. España es un referente y gran parte de ello es la inversión de empresas como Microsoft, Meta y Google en España, lo cual significa que es una apuesta segura”, aseveró.

“Tenemos que ser conscientes de que hemos avanzado mucho en los últimos años, pero nos queda mucho camino por recorrer y hay muchas cosas que hacer y variadas”, agregó Miguel Escassi, director de políticas públicas de ­Google España. El experto de la firma estadounidense comentó que el gran reto es traducir los conceptos más amplios relacionados con la digitalización y las nuevas tecnologías en aplicaciones concretas. “España es un referente ya en muchas cosas relacionadas con la innovación, por ejemplo, en ensayos clínicos y publicaciones de alto impacto”, reconoció Rocío Arroyo, premio de la Comisión Europea Capital de la Innovación y cofundadora y directora ejecutiva de Amadix. “Tenemos las fortalezas para ser uno de los principales generadores de conocimiento… Ahora, también es cierto, que hay un desequilibrio entre producción científica y desempeño real de la innovación. Y uno de los más importantes es la transferencia de tecnología: ¿cuánto estamos aplicando ese conocimiento que generamos?”. La experta mencionó que el objetivo es que la ciencia básica se oriente desde el principio hacia las necesidades del mercado, porque no siempre es así. “Eso pasa por una mayor cercanía entre hospital, universidad y centro de investigación, para que en la industria podamos trasladar feedback y aportar hacia donde va esa innovación”.

“La palabra transferencia da una imagen secuencial o lineal de que alguien crea el conocimiento y alguien lo utiliza, cuando no tiene que ser así. Tiene que convertirse en una cocreación desde el primer momento, los que generan el conocimiento tienen que estar en contacto con los que van a emplearlo”, subrayó Juan Manuel Muñoz, adjunto al vicerrector para innovación y transferencia con función de director de la Oficina de Transferencia de Resultados de Investigación (Otri). “La innovación es una cultura, es una forma de hacer las cosas. Tienes que trabajar en conjunto con mucha más gente y saber cuáles son los impactos de tu trabajo, positivos, negativos, pero también el impacto económico, medioambiental y social”.

Para Carles Sierra, director del Instituto de la IA del CSIC, una de las claves para lograr dar el salto en el ranking está en definir el modelo de I+D+i que necesita el país. En EE UU se basa en altos salarios y concentración de talento que hace al país superatractivo, mientras que en China se centra en una gigantesca inversión del Gobierno. El experto agregó que en el Reino Unido se focaliza mucho en el talento y su generación masiva. “Por ejemplo, en el tema de IA, en los últimos cinco años, en 12 universidades se generaron 800 nuevos doctores en esta materia”. Aunado a ello, destacó que hay que poner la mira en los puntos en los que la economía es referencia. “Centraría los esfuerzos en aquellos temas que afectan al entorno, como la gestión del agua y de la energía”, enfatizó.

Este encuentro se engloba bajo el Ciclo Regeneración: Impacto positivo, una serie de eventos que organizan EL PAÍS y Acciona con los que se busca poner sobre la mesa los temas más importantes de la economía y la sociedad española.


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