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¿Quién “manejaba los hilos” para Rodrigo Rato?

La Fiscalía intenta acorralar al ex director del FMI con los contratos de publicidad de Bankia, donde desembarcó parte de su círculo de confianza y al que usó supuestamente para cobrar comisiones ilegales que engrosaron su fortuna

Rodrigo Rato, ex director gerente del FMI y exvicepresidente del Gobierno, llega a la Audiencia Provincial de Madrid el pasado 8 de enero.
Rodrigo Rato, ex director gerente del FMI y exvicepresidente del Gobierno, llega a la Audiencia Provincial de Madrid el pasado 8 de enero.AITOR MARTIN (EFE)
J. J. Gálvez

La puerta de la sala de vistas de la Audiencia de Madrid se abre a las 12.12 del pasado miércoles y, de repente, se asoma por ella la cabeza de Rodrigo Rato, ex director gerente del FMI (Fondo Monetario Internacional) y ex vicepresidente del Gobierno con José María Aznar (PP). En absoluto silencio, café en mano y con la mochila al hombro, se dirige a la tercera fila del banquillo de los acusados, donde se sienta, saca una tablet y un bolígrafo para tomar notas a mano. Como ya anunció al tribunal que lo enjuicia desde diciembre por el supuesto origen ilícito de su fortuna, no iba a poder asistir a la mayor parte de esta sesión del juicio (la número seis, que ha comenzado más de dos horas antes), debido al trabajo que desarrolla en una ONG. Sin embargo, quiere perderse lo menos posible. Pese a que otra quincena de personas físicas y jurídicas se encuentran procesadas en esta causa, él es el epicentro del sumario.

El protagonismo de Rato ha quedado claro esta semana, con las declaraciones de los primeros testigos. Una decena de exdirectivos y empleados vinculados con Caja Madrid y Bankia, que presidió el expolítico de 2010 a 2012, han desfilado ante el tribunal. Aunque la acusación es mucho más amplia, en esta primera fase del juicio la Fiscalía Anticorrupción trata de acorralar al exdirigente del PP con los contratos de publicidad que la entidad financiera adjudicó a las compañías Zenith y Publicis. Según el ministerio público, Rato utilizó a su círculo de confianza, que había desembarcado en el banco con él, para “manejar los hilos” y asegurarse que se fichaba a esas agencias, que supuestamente le pagaron comisiones a cambio.

De hecho, a lo largo de toda esta semana se han sucedido las preguntas en esa línea dirigidas a los testigos: ¿Recibió usted alguna indicación de Rato para votar a favor o en contra de alguna propuesta de contratación? ¿Quién eligió a Publicis? ¿Le dio Rato la orden? ¿Qué relación tenía Alberto Portuondo, supuesto testaferro de Rato, con la presidencia?

La Fiscalía, que pide cerca de 70 años de prisión para el ex director gerente del FMI, mantiene que el exvicepresidente del Gobierno utilizó su poder en Bankia para engrosar su fortuna ilícita —que, según el escrito de acusación, mantenía oculta a Hacienda desde 1999 a través de un entramado societario que también usaba para actividades de inversión y para blanquear dinero—. “A su llegada a Caja Madrid en 2010, Rato impuso la colocación dentro de la entidad de varias personas de su máxima confianza, a fin de permitirle un férreo control de la misma y sobre los contratos a firmar con motivo de la expansión de la marca Bankia y de su salida a bolsa”, afirma Anticorrupción.

Según la tesis de la acusación, el expolítico se valió de Teresa Arellano, que había sido su secretaria personal desde 1983 y a la que llegó a nombrar directora general de Comunicación y Marca de Bankia; de José Manuel Fernández Norniella, al que conocía muy bien de su época de ministro y al que designó vicepresidente de Caja Madrid; o de Alberto Portuondo, al que se contrató como asesor externo. Anticorrupción considera que todos ellos constituyeron un “grupo de presión” para que el banco se hiciese en 2011 con los servicios de Zenith y Publicis, que previamente habían pagado un “peaje” por su fichaje. Según la Fiscalía, de forma paralela, estas agencias abonaron cantidades “injustificadas” a una empresa de Portuondo, que ejercía como “comisionista-pantalla” y quien transfirió parte de esas cantidades (más de 800.000 euros) a la “sociedad patrimonial de Rato (Kradonara)”.

En estos primeros días de interrogatorios, dos nombres han sobresalido: Portuondo y Arellano. Este viernes, la exdirectora de Publicidad y Patrocinio de Caja Madrid, Francisca Astilleros, ha descrito así la llegada del primero al poco de desembarcar Rato en la cúpula de la entidad: “Me dijeron que iba a venir un señor, Alberto Portuondo, a hacer una auditoría de mi área. Y me dijeron que era una decisión del presidente”.

—¿Y que relación tenía Portuondo con Rato? —ha insistido entonces la Fiscalía.

—Pues Portuondo decía: “El presidente piensa que...’, ‘el presidente dice que...”— ha respondido Astilleros.

—¿Y había que hacer eso?

—Claro.

—Y si no se hacía, ¿qué pasaba?

—Pues que a lo mejor te echaban.

La exdirectora de Publicidad y Patrocinio de Caja Madrid, quien fue después despedida por Rato, ha remarcado el interés de Portuondo por contratar con Publicis —“yo desconfiaba porque querían trabajar con [esta agencia] y descubrí que Publicis no tenía ni director creativo [en ese momento]”—. Astilleros ha añadido que el expolítico también estaba al tanto de lo que pasaba en ese departamento, y ha asegurado que Teresa Arellano tenía “mucho poder”. “En mi opinión, Arellano no tenía formación [para tomar decisiones sobre estos temas de publicidad], pero daba órdenes e intervenía en muchas cosas”, ha añadido María del Pilar Trucios, ex directora adjunta de Comunicación y Marketing de Bankia, quien ha afirmado que el propio Rato le telefoneó para decantar la balanza en favor de esa empresa de publicidad bajo sospecha: “Me llamó y me dijo que iba a ser Publicis” ¿Le extrañó que se interesase por un proveedor? “Me chocó, pero pensé que el presidente pudo pensar que era mejor elegir a Publicis porque era una agencia más grande”. ¿Pero la orden la dio él? “A mí me la dio él”.

Frente a la tesis de la Fiscalía, Rato niega las acusaciones: “Zenith y Publicis ganaron los concursos sin ninguna intervención [del expresidente de Bankia], ni de Teresa Arellano, ni de Fernández Norniella. Rato no tenía relación con ninguna de las agencias invitadas a los concursos, no participó en la confección de los pliegos, no evaluó ni falló las ofertas presentadas y, tampoco, participó en la reunión del comité de medios donde se aprobaron las propuestas de la dirección de Compras”, alega su abogada en su escrito de defensa, que remacha: “No consta en la causa la existencia de ofertas mejores a las que presentaron [Zenith y Publicis]”.

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Sobre la firma

J. J. Gálvez
Redactor de Tribunales de la sección de Nacional de EL PAÍS, donde trabaja desde 2014 y donde también ha cubierto información sobre Inmigración y Política. Antes ha escrito en medios como Diario de Sevilla, Europa Sur, Diario de Cádiz o ADN.es.
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