_
_
_
_
_

El Banco de España limita a un máximo de 400 millones la exposición de la banca española a Credit Suisse

El supervisor asegura que la cifra es “marginal” y que ninguna entidad tiene una estructura similar al Silicon Valley Bank

Pablo Hernández de Cos, gobernador del Banco de España.
Pablo Hernández de Cos, gobernador del Banco de España.Pablo Monge
Hugo Gutiérrez

El sector financiero español, así como el supervisor, han tratado de espantar los miedos a un posible contagio a las turbulencias de las últimas semanas en Estados Unidos y Suiza. Por un lado, el Banco de España lleva días insistiendo en la fortaleza de las entidades en solvencia y liquidez. Y este martes ha detallado que la exposición de la banca española a Credit Suisse es “muy marginal” y que no hay ningún grupo que tenga una estructura parecida a Silicon Valley Bank. Según ha cifrado Mercedes Olano, directora general del Banco de España, las entidades tienen “entre 300 y 400 millones de exposición directa en todo tipo de productos”. En el pasado hubo más, de hecho ha recordado que a un grupo del país se le vencieron bonos por casi 300 millones solo unos días antes del colapso.

Las autoridades suizas, para evitar el caos, pusieron facilidades para que se cerrase la venta exprés de Credit Suisse a UBS por 3.000 millones el 19 de marzo y evitar así una caída incontrolada de un símbolo del poder financiero helvético. Esto incrementó aún más la volatilidad de los mercados y las turbulencias que habían comenzado dos semanas antes en Estados Unidos, sobre todo tras la caída del Silicon Valley Bank. Sobre esta cuestión, asimismo, el supervisor ha elogiado las rápidas actuaciones que han contenido la expansión de la crisis.

Ángel Estrada, director general del Banco de España, ha asegurado este martes en un foro que la crisis desatada “está suponiendo un aumento de la aversión al riesgo, de la volatilidad en los mercados y un recorte de las valoraciones bursátiles de los bancos”. Una situación de estrés para la que las entidades llegan mejor pertrechadas que en crisis pasadas, según incide el gobernador, Pablo Hernández de Cos, en una carta en la Memoria de supervisión 2022 del organismo: “El sector bancario español, al igual que el del conjunto de la zona del euro, se enfrenta a este escenario de incertidumbre y a las tensiones más recientes en los mercados con una elevada capacidad de resistencia y con posiciones de capital y de liquidez sólidas”.

En el caso de Silicon Valley Bank, el problema fue una gestión de riesgos deficientes con un peso demasiado elevado en renta fija a largo plazo, unos activos que se repreciaron con la subida de los tipos de interés de la Reserva Federal. En España, sin embargo, las entidades están mejor posicionadas para este escenario: “El efecto neto de las subidas de tipos en los bancos españoles va a ser positiva”, ha afirmado Olano, que ha descartado que pudiera ocurrir algo así en el país: “Es casi imposible que se repita lo de Silicon Valley Bank en España”. Lo que parece evidente es que la incertidumbre en el sector financiero no distingue entre grupos más o menos saneados ni más o menos expuestos. El gran riesgo es que ataca a un pilar fundamental de la banca: la confianza. Por el momento, la volatilidad solo está en los mercados, aunque el temor es que se pueda trasladar a pie de calle.

Más provisiones y menos dividendos

El supervisor, en su afán de prudencia, insiste al sector en la memoria en la conveniencia de utilizar los buenos resultados cosechados a elevar la ratio de capital y provisiones de forma preventiva. “Para nosotros nunca es suficiente la capacidad de resistencia construida. El mensaje es que aprovechen el buen momento para fortalecer su capacidad de resistencia de cara al futuro”, ha explicado la directora general del Banco de España. Esto es, que mejoren el capital y las provisiones y no tanto la retribución de los accionistas ante la expectativa de un aumento de la tasa de morosidad (por el momento sigue sin materializarse).

“Si las entidades constituyen ahora provisiones por antelación, cuando la mora aumente ya tendrá colchones de los que tirar sin afectar a la rentabilidad”, ha zanjado Olano. Esta es la típica discusión entre bancos y supervisor, según ha recordado, ya que existen ambas tensiones: por un lado, tienen que pagar dividendos porque no les van a dar el dinero gratis, aunque es importante conseguir un cierto equilibrio. “Creo que ahora hay un efecto rebote después de las restricciones durante la pandemia”, ha remachado. En otras palabras, buscan animar al mercado y acerca su valor en Bolsa al valor en libros.

Cuidar la fortaleza del sector financiero es uno de los grandes mandatos del Banco de España, por ello lo incluye como la primera de sus prioridades actuales en la memoria: “Requerir que los bancos aumenten su resistencia frente a perturbaciones macrofinancieras y geopolíticas. Dentro de este bloque destacan la revisión de manera continuada del riesgo de crédito y la evaluación de los riesgos de financiación y liquidez en un contexto de condiciones financieras más restrictivas tras un período de abundante liquidez a costes reducidos”, desgrana la subgobernadora, Margarita Delgado, en el texto. A esto añade como otros ejes la digitalización y la gobernanza, así como la gestión de los riesgos climáticos y medioambientales.

Por otro lado, el informe presentado esgrime que la crisis financiera tendrá otro impacto en el negocio, ya que ayudará a que se encarezca más la financiación (algo en lo que está haciendo mella la subida de tipos de interés). “La incertidumbre del contexto macrofinanciero puede generar un incremento persistente del coste de financiación de las entidades”, recoge la memoria. A lo que añade: “Puede también afectar negativamente a su capacidad de pago [de los clientes], sobre todo en el caso de los segmentos más vulnerables, caracterizados por sus bajos niveles de renta, su dependencia de los productos energéticos y alimentarios, y, en algunos casos, su elevado nivel de endeudamiento”.

Este es uno de los puntos fundamentales para el Banco de España de cara a este ejercicio, cuando la supervisión de conducta prestará especial atención a la actuación de las entidades en el marco de las medidas aprobadas para aliviar el impacto de la subida de los tipos en préstamos hipotecarios sobre vivienda habitual. A inicios de marzo, la cifra de peticiones para acogerse al Código de Buenas Prácticas fueron 9.000, lejos de lo esperado por el supervisor. “Hay que ir viendo cómo evolucionan, porque la repreciación de las hipotecas se hace habitualmente una vez al año”, ha matizado la directora general.

Sigue toda la información de Economía y Negocios en Facebook y Twitter, o en nuestra newsletter semanal

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Hugo Gutiérrez
Es periodista de la sección de Economía, especializado en banca. Antes escribió sobre turismo, distribución y gran consumo. Ha desarrollado su carrera en EL PAÍS tras pasar por el diario gaditano Europa Sur. Es licenciado en Periodismo por la Universidad de Sevilla, Máster de periodismo de EL PAÍS y Especialista en información económica de la UIMP.

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_