_
_
_
_
_

Gortázar defiende la reforma laboral para reducir temporalidad, pero pide un “amplio consenso”

CaixaBank gana 4.801 millones de euros e inicia el lunes el proceso de salida de 1.200 empleados tras la fusión

Dani Cordero
Beneficios Caixabank
Sede de CaixaBank, en Barcelona.

CaixaBank se ha sumado hoy a las voces que reclaman cambios en la reforma laboral como fórmula para reducir la temporalidad, pero ha reclamado que los cambios surjan de “un amplio consenso”. El consejero delegado del banco, Gonzalo Gortázar, se ha incorporado este viernes al debate abierto entre patronales y sindicatos, pero también al existente en el seno del Gobierno entre PSOE y Unidas Podemos. En opinión del primer ejecutivo del mayor banco por volumen de negocio en España, el mayor o menor grado de apoyo a la reforma acabará condicionando “una mayor capacidad para implantarla”.

“Cualquier reforma que reduzca el problema es bienvenido, pero con un amplio consenso”, ha afirmado Gortázar tras ser preguntado en la rueda de presentación de resultados del banco, para quien ese apoyo mayoritario tiene que ser “clave”. En su análisis ha advertido que la reforma conducida por el PP ha permitido crear empleo, pero también ha admitido que bajo unas condiciones “de alto nivel de temporalidad y de precariedad” que debería ser corregido. Ha demandado la construcción de un mercado laboral que “no genere personas descolocadas” y con unas reglas de juego “para el futuro que sean diferentes que las del pasado”.

La voz de Gortázar llega tras una semana polémica por las dudas sobre quién pilotaría desde el Gobierno las negociaciones de la reforma, si la vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, o la vicepresidenta segunda y titular de Trabajo, Yolanda Díaz, quien finalmente liderará el tramo final de las negociaciones, pero con la sombra de ministerios controlados por el PSOE.

El consejero delegado de CaixaBank ha defendido la buena evolución de la entidad en los tres primeros trimestres del año, en los que ganó 4.801 millones de euros. Liberada de las altas dotaciones que efectuó el pasado año por la pandemia y con la fusión ya en marcha, el primer banco por volumen de negocio en España multiplicó por seis sus beneficios respecto a los resultados de 2020, cuando el banco catalán todavía volaba solo y no había integrado a Bankia. Los resultados trimestrales se hubieran quedado en 2.022 millones de no ser por los 2.779 millones extraordinarios que ha aportado la operación cerrada en marzo pasado.

Gran parte de los beneficios se explican por la reducción de las dotaciones para insolvencias con las que se ha dotado CaixaBank en lo que va de año respecto al anterior. En los tres primeros trimestres apenas se han reservado 616 millones de euros, frente a los 2.406 millones que se apuntó CaixaBank un año antes. Asimismo, se han reducido los gastos generales un 2,9%, lo que ha conseguido mejorar la ratio de eficiencia de la entidad hasta el 55,3%.

La dirección del nuevo banco, comandada por José Ignacio Gorigolzarri y Gonzalo Gortázar, valora positivamente los meses pasados desde que se inició la integración, especialmente por la evolución del negocio bancario y de seguros y por los pasos que todavía se tienen que dar para culminar la fusión.

La reducción de la plantilla, cuantificada en 6.452 empleos menos, acumula ya un coste de 1.521 millones de euros (la partida incluye también otros costes de la integración) y se aproxima a los 1.800 millones con los que se ha dotado el banco para llevarlas a cabo. Esa cifra se compensa positivamente con la aportación contable de 4.300 millones del fondo negativo de comercio, diferencia entre lo pagado por Bankia y su valor contable.

En todo caso, las primeras salidas causadas por la fusión no se producirán hasta el próximo lunes, 1 de noviembre, cuando se despedirán del banco 1.200 trabajadores. La dirección prevé que antes del 31 de marzo haya salido en torno al 70% de los trabajadores previstos. Gortázar ha señalado este viernes que, pese a que ha habido unos 2.000 empleados más que demandaron dejar la entidad de los 6.452 previstos, estos tendrán que continuar en CaixaBank a causa de las limitaciones del ERE. El banco prevé obtener unas sinergias de 590 millones de euros por el tijeretazo de personal.

Pese a la buena marcha del negocio, defendida desde la entidad, el margen de intereses (que tiene en cuenta sobre todo la marcha de la operativa bancaria) se redujo un 4% hasta situarse en 4.864 millones de euros. La explicación vuelve a estar en el contexto de bajos tipos de interés que lastra a toda la banca y al impacto que ha tenido sobre las cuentas del grupo la gran actividad de créditos ICO activada durante la crisis sanitaria para dar oxígeno a las tesorerías de empresas afectadas por los confinamientos para frenar la expansión del covid.

El banco también ha notado una reducción del crédito al consumo, que grava con tipos más altos a los clientes y ofrece una rentabilidad mayor para las entidades financieras, que habría impactado sobre el margen de intereses. El consejero delegado del banco ha asumido que los problemas de suministros acabará teniendo un impacto en la actividad del banco y del sector en su conjunto. “La menor actividad industrial va a provocar una demanda menor de créditos. Esperemos que sea temporal, pero va a ser un factor a vigilar”, ha señalado. También ha advertido de la necesidad de seguir la evolución de la inflación.

Los recursos de clientes gestionados por el banco continuaron creciendo más allá de las aportaciones de la fusión, a un ritmo del 7,5%. Alcanzaron 607.331 millones de euros. CaixaBank controla una cuota del 29,2% de productos de ahorro a largo plazo en España, de un 33,8% en planes de pensiones y del 24,7% en fondos de inversión. El crédito bruto era a 30 de septiembre de 355.929 millones de euros: la aportación de Bankia ha supuesto un 55% en los préstamos destinados a particulares y un 35,9% a empresas. La morosidad está de momento contenida en el 3,6%, como en junio pasado, y los saldos dudosos alcanzan los 13.955 millones, 50 menos que a finales del primer semestre. Los créditos concedidos durante la pandemia para sortear la crisis sanitaria mantienen saldos morosos solo en un 0,5% de la cartera.

La entidad ha superado sus objetivos de capitalización y su ratio de capital CET1 ha alcanzado el 13%, medio punto por encima que un año antes. Cuenta con 80.752 millones de euros en facilidades de financiación del Banco Central Europeo (BCE), 31.027 millones más que hace un año.

El banco anunció la semana pasada su intención de desprenderse del 9,92% del capital que posee en el banco austriaco Erste, operación que Gortázar argumenta por la necesidad de centrarse en España y Portugal y en aquellos bancos en los que pueda gestionar el negocio. Pese a los problemas que ha arrastrado Erste desde que CaixaBank entrara en su accionariado, el consejero delegado ha defendido “sus rendimientos” y ha subrayado que es de los “pocos bancos” que cotiza por encima de su valor contable.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Dani Cordero
Dani Cordero es redactor de economía en EL PAÍS, responsable del área de industria y automoción. Licenciado en Periodismo por la Universitat Ramon Llull, ha trabajado para distintos medios de comunicación como Expansión, El Mundo y Ara, entre otros, siempre desde Barcelona.

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_