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Junio vive el mayor auge de compra de viviendas en una década

El apetito inversor, los bajos tipos de interés y el ahorro acumulado durante la pandemia propician un aumento inédito de las operaciones inmobiliarias

José Luis Aranda
Compra vivienda España
Varios bloques de viviendas en venta, en una foto tomada en marzo en Madrid.Chema Moya (EFE)

“Nunca había tenido tanto trabajo. En junio hemos vendido más hipotecas que nunca”, asegura una empleada del área hipotecaria de una entidad financiera. Los datos le dan la razón. Junio ha sido el mes en el que más casas se han vendido en la última década, excluyendo tan solo diciembre de 2012, periodo atípico por el efecto de la creación de la Sareb (el banco malo). Según la estadística de compraventa de viviendas publicada el jueves por los notarios, en el sexto mes de este año se firmaron en España casi 65.000 operaciones, una cifra excepcional.

Para encontrar un junio mejor en el mercado inmobiliario hay que retroceder hasta 2010. El aumento respecto al mismo periodo de 2020 es del 70%. Pero las estadísticas se han acostumbrado este año a crecimientos estratosféricos por el efecto del estado de alarma del año pasado. La prueba del algodón es la comparación con 2019. Y deja lugar a pocas dudas: se vendieron un 41% más de casas que en el último junio antes de la pandemia.

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Poco chalé para tanta demanda

Para el economista Gonzalo Bernardos no cabe duda de que España vive “un nuevo bum inmobiliario”. José García Montalvo, profesor de Economía de la Pompeu Fabra e investigador del IVIE, señala que “las estadísticas son claras y están subiendo”, aunque cree que hay que esperar un poco para ver la magnitud del salto y confirmarlo con más datos. Este viernes se conocerán las cifras de compraventas del INE, aunque esta estadística, que toma los datos de los registros de la propiedad, suele llevar entre uno y dos meses de desfase con la notarial, que recoge todas las operaciones que se firman ante notario en un determinado mes.

En lo que hay coincidencia entre los expertos es en los motivos que explican el despegue del sector. Bernardos sintetiza: “Ahora mismo nada va en contra del mercado inmobiliario en España, todo va a favor”. El experto recuerda las buenas previsiones de crecimiento económico, los bajos tipos de interés de las hipotecas, el ahorro acumulado en muchos hogares durante la pandemia y un clima de optimismo generalizado por el convencimiento de que lo peor de la situación sanitaria (y económica) ya ha pasado. “La gente se ha dado cuenta de que la casa donde vive no le gusta, muchos han visto ya el final del coronavirus, que si no les han despedido ya no les despedirán, y la mejora económica les incita a comprar”, ejemplifica el también director del Máster de Asesoría, Gestión y Promoción Inmobiliaria de la Universidad de Barcelona.

Un ejemplo de este clima de optimismo son María y Patricia Añó, dos hermanas de 38 y 34 años que han estrenado casa hace muy poco. Ahora viven pared con pared en Massarrojos, una pedanía de la ciudad de Valencia, en sendas plantas bajas de una urbanización a la que también se han mudado sus padres. Todos compraron en junio. “De repente se alinearon todos los astros”, resume María con tono jocoso.

Cuando la covid-19 llegó a España, María Añó vivía de alquiler con su marido y sus dos hijas. El coronavirus les ayudó a entender que lo que querían era una casa con un espacio exterior como la que ya tenían. Hicieron cuentas para comprar y les salían. El confinamiento, explica, ayudó en su caso porque ni ella, administrativa, ni su marido perdieron el trabajo: “Generas un ahorro porque no sales. Si ganas lo mismo y no gastas es lo que hay”. Así que, a fin de cuentas, cree que la situación vivida en los últimos tiempos “ha ayudado bastante” a la hora de pedir su primera hipoteca.

Retorno de la inversión

Otro factor que ayuda a explicar el tirón del mercado es la segunda vivienda. Los dos territorios con mejor comportamiento en junio fueron Canarias y la Comunidad Valenciana, dos mercados caracterizados por tener muchas viviendas vacacionales y donde las ventas en el sexto mes duplicaron de sobra las de un año atrás. García Montalvo afirma: “El pequeño inversor está volviendo después de haber salido del mercado y mucho del ahorro acumulado se va a convertir en mayor demanda de servicios de vivienda”. En la compra de segundas residencias, la política de bajos tipos de interés del BCE para estimular la salida de la crisis también es una aliada. Se traduce en hipotecas baratas y escasa rentabilidad de otros productos. “Los activos alternativos a la inversión en vivienda no van a ser interesantes en mucho tiempo”, sostiene el economista.

Este viento de cola también lo notan los agentes inmobiliarios. Emiliano Bermúdez, subdirector general de Don Piso, cree que el mercado está “recuperando lo perdido y adelantando un poco la tendencia de mejora económica que está en el horizonte”. Para final de año, estima Bermúdez, el crecimiento de operaciones puede estar por encima del 20% y recuperar todo lo perdido en 2020. Pero insiste en hablar de “moderación”. “Si hubiera un gran bum de la demanda, los precios crecerían exponencialmente, y de momento estamos viendo crecimientos moderados”, aclara. De acuerdo con la estadística notarial, las casas se encarecieron en junio un 2,3%, la primera subida tras muchos meses de bajadas o estancamientos.

El crecimiento de precios, en eso también hay coincidencia, será la nueva tónica. Bernardos se atreve a vaticinar que a final de año las casas se habrán encarecido un 5% y todavía lo harán más en 2022. Para el experto de Don Piso, el hecho de que la perspectiva futura sea la de importes más altos también anima las compras. “Hay inversión que está volviendo porque trata de descontar el crecimiento de precio que se producirá si el clima económico mejora”, afirma. Es decir, aprovechar la oportunidad antes de que los pisos se encarezcan.

Precisamente como “una oportunidad” describe Patricia Añó su nueva casa. “Por suerte ambos tenemos trabajo y entre dos podemos pagar una hipoteca”, afirma. “Estamos en pandemia, pero hay que hacerse el ánimo”. A diferencia de su hermana, explica, “no tenía necesidad de dejar de pagar un alquiler”. Vivía con su pareja, y por semanas también con dos hijos de este, en una casa de los padres de él. Pero sí tenían el deseo de tener más espacio exterior y naturaleza alrededor, uno de los factores que han dado bríos al mercado inmobiliario desde el inicio de la crisis sanitaria. Cuando sus padres y su hermana le hablaron de estos tres bajos con jardines que se tocan, se convenció. Este fin de semana, los Añó celebrarán con una barbacoa que les acaban de poner el césped.

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Sobre la firma

José Luis Aranda
Es redactor de la sección de Economía de EL PAÍS, diario donde entró a trabajar en 2008. Escribe habitualmente sobre temas de vivienda y referentes al sector inmobiliario. Es licenciado en Historia por la Universitat de València y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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