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El éxodo del coronavirus: de la ciudad al unifamiliar

La pandemia dispara las ventas de casas con parcela en detrimento de los pisos en el centro de la urbe

Viviendas unifamiliares en Pozuelo de Alarcón (Madrid).
Viviendas unifamiliares, en Pozuelo de Alarcón (Madrid).SANTI BURGOS
José Luis Aranda

“No nos habíamos dado cuenta de lo complicado que era vivir en tan pocos metros hasta el confinamiento”, relata Javier M., un abogado granadino de 35 años que reside con su esposa en Madrid. Cuando se produce la conversación telefónica, a principios de este mes, los días de esta pareja de “urbanitas convencidos” en el centro de la ciudad tocan a su fin. Javier cuenta que están a punto de mudarse a su nueva casa: de un apartamento alquilado de 32 metros cuadrados a un pareado con 300 metros cuadrados en Villanueva de la Cañada, unos 30 kilómetros al oeste de la capital. La pandemia ha disparado la compra de viviendas unifamiliares y este es un ejemplo de esa nueva tendencia. El flamante propietario destaca de su nueva casa que tiene “una habitación dedicada a teletrabajar” y “una terraza a la que poder salir”.

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The coronavirus exodus: Spaniards looking to buy larger homes outside the city

Pero el abogado y su mujer no son los únicos que anhelan (y se pueden permitir) una casa más grande y con parcela. Los chalés, pareados y adosados marcan la nueva normalidad del mercado inmobiliario. La venta de unifamiliares, según las estadísticas recogidas por el Consejo General del Notariado en los despachos de toda España, está en cifras de récord. Mientras las ventas de pisos en edificios retroceden —cayeron un 0,1% en septiembre y un 13,9% en octubre, según los últimos datos publicados esta semana—, las de unifamiliares están muy por encima de las del año pasado: subieron un 25,9% en septiembre y un 13,2% en octubre.

El salto es demasiado importante como para pasar inadvertido a promotores e inmobiliarias, más en un momento de incertidumbres económicas. Los unifamiliares son minoritarios en el mercado, pero en octubre representaron un 27,8% del total de ventas, frente a un 22,6% doce meses antes. “En junio, que fue cuando empezamos a salir, la cosa comenzó a repuntar”, relata Mar Herranz, directora de ventas de Zona Noroeste en Engel & Völkers Madrid. En su área geográfica, una zona tradicional de urbanizaciones acomodadas en el extrarradio de Madrid, los unifamiliares suponen en los últimos meses alrededor del 80% de las ventas. ¿Y qué pasa en el 20% restante de pisos? “Lo que más se vende son áticos o bajos, también están muy demandados”, responde.

Herranz tiene claro lo que quieren sus clientes ahora mismo. “Buscan casas con estancias mucho más amplias, con más luz, que tengan un espacio para teletrabajar, terrazas, jardines… al final es mejorar en calidad de vida porque son más metros y más espacios abiertos”, enumera. Y al perfil tradicional de cliente, cuenta, se ha añadido en los últimos meses uno nuevo: “No es un cambio de un chalé por otro, hemos vendido chalés en la sierra para gente que sale del centro de la ciudad”. Pero quienes dan el paso no lo hacen por el deseo de alejarse de la urbe: los precios de los unifamiliares —que según los datos notariales retrocedieron en toda España un 2% interanual en octubre, frente al 4,7% que bajó el conjunto de la vivienda— siguen dependiendo según la agente inmobiliaria de la cercanía del inmueble a Madrid.

Una tendencia “sólida”

“Está claro que ha habido un cambio de demanda, aunque todavía es pronto para cuantificar si va a ser permanente o coyuntural”, señala Mario Lapiedra, director general inmobiliario de Neinor Homes. El directivo sí cree que “a medio plazo es una tendencia sólida y va a perdurar en los próximos cinco años”; y por eso señala que en su compañía, que tiene unos 1.000 unifamiliares en la cartera de proyectos, “se están buscando suelos para ese producto”. La promotora inmobiliaria realiza encuestas de mercado para conocer las preferencias de los compradores, a los que pide que valoren qué características les parecen más importantes en una vivienda. Las terrazas y espacios privativos han doblado en los últimos tiempos su peso en la decisión de compra: del 25% al 50%.

No es el único estudio que apunta en esa línea. Un análisis reciente del portal Fotocasa muestra que entre abril y septiembre de este año se dispararon las interacciones con anuncios de unifamiliares en comparación con 2019. Fuera de las capitales, los contactos (peticiones de más información sobre un determinado inmueble) de casas adosadas crecieron un 86% en los municipios de Madrid y un 30% en los de Barcelona. Los de chalés lo hicieron un 40% y un 49%, respectivamente. Y no es un fenómeno exclusivo de España: “Los compradores van a buscar crecientemente inmuebles más grandes en los que puedan trabajar lejos del centro de la ciudad”, señalaba el último informe sobre vivienda de la agencia Moody’s. Para ejemplificarlo, relacionaba las ventas de casas en la zona metropolitana de París con la densidad de población. A más concentración de gente, más cayeron las operaciones en los primeros meses de pandemia.

Para Moody’s, la tendencia a alejarse de las ciudades ya estaba ahí antes del coronavirus, pero la pandemia la ha acelerado. Uno de los motivos puede ser la nueva inclinación de los compradores por los unifamiliares. “Hay que tener en cuenta que no todas las zonas disponen de este tipo de vivienda; en las ciudades de Barcelona y Madrid, la disponibilidad de este producto es baja”, destaca el director de Análisis del Grupo Tecnocasa, Lázaro Cubero. Para Javier M. y su esposa está claro que las prioridades han cambiado. “No tenemos conocidos en el nuevo sitio, vamos un poco a la aventura”, relata el abogado. Y concluye: “Tenemos más metros por el mismo precio que tendríamos un piso más pequeño en Madrid, eso es lo que nos ha lanzado”.

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Sobre la firma

José Luis Aranda
Es redactor de la sección de Economía de EL PAÍS, diario donde entró a trabajar en 2008. Escribe habitualmente sobre temas de vivienda y referentes al sector inmobiliario. Es licenciado en Historia por la Universitat de València y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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