_
_
_
_
_
ELECTROMAGNETISMO | Simulaciones de exposición

Medidas en vivo cambian el cálculo del efecto de campos magnéticos

No es lo mismo calcular el efecto de un campo magnético sobre los distintos elementos de un organismo -en forma de corriente eléctrica que los recorre- cuando éste está vivo que cuando está muerto. Es la conclusión a la que ha llegado un estudio de científicos y médicos españoles, que han efectuado los primeros experimentos concluyentes en vivo de las corrientes inducidas por campos magnéticos sobre animales de experimentación, en este caso cerdos. Los valores obtenidos de conductividad de los distintos órganos y sistemas del cuerpo resultan sistemáticamente mayores que los de los modelos que se venían utilizando en el mundo hasta ahora.

La corriente inducida no sobrepasa las recomendaciones

La razón es que estos valores se obtenían de órganos extraídos tras la muerte, cuyas características eléctricas son distintas por la degradación que sufren, creen los especialistas españoles, del Instituto de Magnetismo Aplicado Salvador Velayos (IMASV) y el hospital Puerta de Hierro de Madrid. Con estos datos se ha elaborado un modelo numérico para el cerdo. Extrapolando estos experimentos al cuerpo humano se ha obtenido el objetivo final del proyecto, encargado por Red Eléctrica de España: la propuesta de un modelo para el cuerpo humano que permita, con simulaciones, comprobar que los operarios no van a estar sometidos a corrientes superiores a las recomendadas por los organismos internacionales.

Los campos magnéticos de los que estamos rodeados continuamente representan un riesgo potencial, que la sociedad quiere minimizar, a pesar de que su efecto sobre la salud no ha sido demostrado. Por el principio de precaución, en Europa se han establecido recomendaciones para limitar la exposición, en forma de topes máximos para la corriente inducida por el campo magnético en el cuerpo humano (10 miliamperios por metro cuadrado) y para el campo magnético en sí (500 microteslas).

El cuerpo humano está compuesto en su mayor parte por líquido con iones en disolución (técnicamente un electrolito). Los campos electromagnéticos de baja frecuencia pero alta intensidad dan lugar a la aparición de corrientes eléctricas inducidas, con el consiguiente aumento de temperatura y, en casos extremos, a la alteración de los potenciales que regulan el funcionamiento del corazón o los impulsos nerviosos, explican los científicos. En el modelo se han representado los órganos principales: cerebro, corazón, pulmones, riñones, hígado y médula, así como los sistemas circulatorio y nervioso central.

A pesar de que la densidad de corriente inducida real en los distintos órganos es superior, según estos experimentos, a la que se manejaba hasta ahora en la mayoría de los modelos, no sobrepasa en ningún caso (para el campo electromagnético máximo), los valores recomendados, explica Guillermo Rivero, del IMASV, que ha dirigido el proyecto. Solamente en la médula espinal y en una situación específica de exposición se alcanza el límite.

Mapa de campo magnético en los órganos principales del modelo humano.
Mapa de campo magnético en los órganos principales del modelo humano.IMASV

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_