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Nueva etapa en Francia

Rusia y Francia chocan por Kosovo e Irán y enfrían los planes de colaboración

Kouchner defiende en Moscú nuevas sanciones contra el régimen de los ayatolás

Pilar Bonet

Rusia y Francia discrepan sobre la estrategia ante las ambiciones nucleares de Irán y también sobre el futuro de Kosovo, según se evidenció tras la entrevista que mantuvieron los ministros de Exteriores, Serguéi Lavrov y Bernard Kouchner, ayer en Moscú. Las discrepancias en política exterior y el periodo electoral en Rusia, que debe concluir con el relevo de Vladímir Putin en primavera, rebajan las perspectivas de una sintonía de largo recorrido entre el presidente ruso y su colega francés, Nicolas Sarkozy, quien visitará la capital rusa a principios de octubre.

No obstante, Lavrov manifestó que la visita presidencial se inscribe en el marco de la "continuidad en las relaciones ruso-francesas" y se refirió al "carácter especial privilegiado" de la colaboración bilateral.

Francia está dispuesta a contribuir al "fortalecimiento" de las relaciones de Rusia con la UE durante su presidencia comunitaria, en la segunda mitad de 2008, puntualizó Kouchner. La presidencia francesa podría dar un impulso a la negociación de un nuevo Acuerdo de Cooperación entre la UE y Moscú para sustituir al que expira este año, señalaron medios comunitarios, que ya han desechado la posibilidad de comenzar a negociar el documento a corto plazo, dada la acumulación de problemas bilaterales entre diversos países de la UE, por una parte, y Rusia, por la otra.

Lavrov expresó ayer su inquietud por una eventual operación militar contra Irán, pero Kouchner presionó para que se impongan sanciones más severas contra el programa nuclear iraní. "Nos preocupa especialmente la multiplicación de informaciones según las cuales se analiza seriamente la acción militar contra Irán", dijo el jefe de la diplomacia rusa. Y advirtió: "Es difícil incluso imaginar los peligros que esto entraña para la región, donde ya hay problemas gravísimos como Irak y Afganistán".

El ministro francés reconoció las diferencias y exhortó a elaborar "sanciones precisas". "Un enfoque complejo ayudó a desbloquear la situación con Corea del Norte y permitió el acercamiento de ambas partes", manifestó Lavrov, en respuesta a una pregunta sobre el programa nuclear iraní. En Moscú y en vísperas de la reunión del Consejo de Seguridad del viernes, Kouchner intentó calmar los ánimos tras el revuelo provocado por unas declaraciones suyas, el pasado domingo, en el sentido de que el mundo debía prepararse para una eventual guerra con Irán. En la emisora El Eco de Moscú, el alto funcionario reiteró que sus declaraciones habían sido distorsionadas por los periodistas. Kouchner insistió en que se debe negociar sin pausa y sin respiro y que "debe hacerse todo lo posible para evitar la guerra", porque esto sería "lo peor que podría pasar".

En lo que se refiere a Kosovo, Lavrov reiteró la oposición rusa al reconocimiento unilateral de este territorio que oficialmente es parte de Serbia. "No veo cómo un reconocimiento unilateral de Kosovo puede estabilizar la situación en Europa; más bien esto hará comenzar una reacción en cadena en diferentes partes y continentes del mundo", dijo.

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Además, el ministro ruso puso el dedo en la llaga al aludir a la división interna de los países de la UE: "Rusia quiere evitar este desarrollo, sabiendo que así piensan muchos miembros de la Unión Europea". "No consideramos posible establecer plazos finales artificiales", afirmó Lavrov, refiriéndose a la fecha del 10 de diciembre, cuando el tema del estatus de Kosovo volverá al Consejo de Seguridad tras ser examinado en el grupo de contacto.

"Esperamos lograr un consenso, pero, por otra parte, esta regulación no puede continuar eternamente", puntualizó Kouchner. Lavrov exhortó a concentrarse en las negociaciones entre Belgrado y Pristina. En su opinión, las constantes declaraciones sobre la "inevitable independencia de Kosovo" no estimulan a los albaneses a negociar con los serbios.

Serguéi Lavrov (derecha) mira a su homólogo Bernard Kouchner durante una rueda de prensa ayer en Moscú.
Serguéi Lavrov (derecha) mira a su homólogo Bernard Kouchner durante una rueda de prensa ayer en Moscú.EFE

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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