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Gil Calvo analiza la relación "regresiva" entre la clase política y la sociedad civil

El autor reflexiona en el ensayo 'La ideología española' sobre la creciente crispación del país

Aurora Intxausti

Ha querido diseccionar y analizar la manera que tienen los españoles de actuar tanto en la vida política como en la civil, y lo ha hecho en el ensayo La ideología española (Ediciones Nobel), premio Jovellanos 2006. El sociólogo Enrique Gil Calvo (Huesca, 1946) cree que la clase política española está "entrando en una especie de ciclo regresivo que la está distanciando de la sociedad civil" y considera que en los políticos hay "una especie de resurgimiento de las pasiones políticas más regresivas, más sectarias y destructivas que no tiene una explicación social".

Gil Calvo piensa que no ha ocurrido nada excepcional para que se produzca esta situación y se remonta al desencanto de los ochenta para encontrar una explicación al momento en el que nos encontramos. "Estamos en una senda de crecimiento de la crispación. Si en 2008 el PP pierde de nuevo las elecciones y se produce un recambio general, tal vez entonces asistamos a una distensión. La tensión es creciente en ambos bandos y parece que están sumidos en una especie de círculo vicioso de a ver quién es más destructivo contra el otro. En lugar de defender tus propias posiciones lo que haces es destruir las del adversario, satanizarlo, negarle el derecho a ser quien es. En vez de representar a sus electores y defender el derecho de los ciudadanos se entretienen y dejan sin representación a la sociedad civil".

El sociólogo no es muy partidario de mayorías absolutas. "Si se da mayoría absoluta a José Luis Rodríguez Zapatero puede tener la oportunidad de abusar de su poder, como pasó antes con Aznar y González, y de nuevo estaríamos con el presidencialismo abusador del poder. Dependerá del juego que repartan los electores".

Gil Calvo acusa al PSOE de no haber creado una cultura democrática. "Para que una democracia sea viable necesita demócratas sinceros y habituados a serlo". El ensayista apunta que los españoles fallamos "en el respeto a la legalidad, a los derechos del adversario. Queremos que el Estado haga todo, pero no queremos pagar impuestos. Criticamos a nuestros políticos pero no hacemos nada".

Gil Calvo apuesta por trabajar desde las escuelas para tratar de impulsar un cambio social de mayor civismo, de mayor cultura democrática y "abandonar el malsano clima latino". "Una sociedad civil sometida durante 40 años a una dictadura, no tiene recursos propios para que ella sola se invente una cultura democrática".

El ensayista cita a Quevedo como"inventor de la ideología española. Es un tipo que juega a dos barajas, que lucha contra el poder y al mismo tiempo está al servicio del poder. Ése es un poco el espejo que hemos heredado. Zaplana es un ejemplo del político que se ríe de sí mismo y de los demás. El que la cuadra es el que es capaz de ser un Zaplana y de hacer creer a los demás que es un Quijote. No digo yo que Zapatero sea ése, pero bueno".

Enrique Gil Calvo, en Madrid.
Enrique Gil Calvo, en Madrid.ULY MARTÍN
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Sobre la firma

Aurora Intxausti
Coordina la sección de Cultura de Madrid y escribe en EL PAÍS desde 1985. Cree que es difícil encontrar una ciudad más bonita que San Sebastián.

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