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Yúshenko tiende puentes hacia Rusia

El presidente electo de Ucrania intenta recomponer las relaciones con Moscú

Pilar Bonet

En contra de las aprensiones de Rusia, el presidente electo de Ucrania, Víktor Yúshenko, un nacionalista moderado de corte prooccidental, se propone mantener estrechas relaciones con Moscú y asume la política del presidente saliente, Leonid Kuchma. Así se desprende de un artículo publicado ayer por la diputada Yulia Timoshenko, que, además de ser considerada como la representante más radical del equipo del futuro presidente, está perseguida por la justicia rusa, que la acusa de complicidad en sobornos. Yúshenko intenta tender puentes a Moscú.

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Mientras tanto, en Kiev, el Tribunal Supremo congeló ayer la publicación de los resultados oficiales de los comicios del 26 de diciembre, que dieron la victoria a Yúshenko frente al jefe del Gobierno, Víktor Yanukóvich (por el 51,99% de los votos frente al 44,2%), en respuesta a un nuevo recurso de Yanukóvich, quien se niega en redondo a reconocer su derrota y amenaza con acudir a las instituciones de justicia europeas si las ucranias no le dan la razón. El Supremo examinaba anoche la últimas objeciones de Yanukóvich.

El próximo jueves, la Suprema Rada (Parlamento de Ucrania) debe decidir la fecha para el juramento del nuevo presidente. El proceso, sin embargo, puede demorarse, dado que los resultados electorales deben aparecer publicados en el boletín oficial para ser considerados válidos y definitivos. El periodo de sesiones de la Rada debe en principio concluir el 13 de enero, pero podría extenderse una semana más para resolver los contenciosos pendientes. El jefe de la Duma Estatal de Rusia, Borís Gryzlov, que representará a su país en la toma de posesión de Yúshenko, ya ha dicho que Moscú respetará la elección del pueblo y felicitará al vencedor del "maratón político". Yúshenko, que siempre ha insistido en su deseo de mantener buenas relaciones con Rusia, anunció que su primer viaje oficial será a este país.

La victoria de Yúshenko es buena para el pueblo ruso y abre posibilidades para los intereses de Rusia, afirmaba ayer Timoshenko en el periódico Vedomosti. Los únicos perdedores, afirma, son los hombres de negocios que de forma miope apostaron por alguien no adecuado a las necesidades de Ucrania, y también los expertos electorales rusos que ayudaron al candidato fallido.

"Una civilización"

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Rusia y Ucrania, señala Timoshenko, pertenecen a "una civilización" y, "a pesar de las diferencias", entre los pueblos de ambos países hay "una gran proximidad que siempre facilita la colaboración". Ambos Estados pertenecen a un mismo espacio geográfico y económico y están condenados a ser socios prioritarios. La llegada al poder de Yúshenko y la expulsión de los clanes económicos del poder permitirán "proponer al capital ruso responsable nuevas posibilidades de participación en los programas de inversión y privatización en Ucrania", señalaba, y afirmaba después su deseo de que "el capital ruso esté presente activamente en Ucrania y sea garante de la estabilidad de la alianza económica entre los dos países". La cooperación bilateral de la industria de Defensa fue un tema al que Kuchma, antiguo director de una fábrica de misiles de la época soviética, dio gran importancia. Refiriéndose a ella, Timoshenko afirmaba que Rusia y Ucrania juntas podrán "acceder a un nuevo nivel de producción de armamento moderno y conquistar nuevos mercados".

Tanto Ucrania como Rusia se incorporarán con el tiempo a la "casa común europea", opinaba la diputada ucrania. Kiev, al moverse en esa dirección con más rapidez que Moscú, puede ayudar a ésta a mantener su ritmo y no desviarse. "La autoridad y el prestigio de Yúshenko en el terreno internacional ayudarán no sólo a Ucrania, sino también a Rusia, a resolver muchos problemas, entre otros el ingreso en la Organización Mundial de Comercio", afirmaba. En cuanto a la OTAN, Ucrania puede llegar a ser miembro de esta organización, y Rusia también, ya que ambos países "no pueden quedarse en espacios militares diferentes, y mucho menos enemigos", afirmaba Timoshenko.

La lengua y la cultura rusas se desarrollarán también en Ucrania, porque los rusoparlantes de este país son "una parte inseparable de una única nación política ucrania" y nadie se atreverá a menoscabar su "derecho a hablar y pensar en la lengua materna". "No habrá asimilación forzada de los rusos", sentenciaba Timoshenko. La llegada al poder de Yúshenko tal vez sea mala para una parte de la burocracia rusa, acostumbrada a resolver los problemas debajo de la mesa y a no pensar en categorías de intereses nacionales, pero es buena para Rusia y para el pueblo ruso, señalaba la colaboradora de Yúshenko. Según ella, los intentos realizados por el equipo del futuro presidente desde la primavera de 2004 para comunicarse con los dirigentes rusos y tranquilizar sus ánimos fracasaron, según Timoshenko, porque los especialistas electorales y los que habían invertido en Yanukóvich construyeron una "muralla" suplementaria alrededor del Kremlin para impedir el diálogo.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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