Cinco poblaciones del Alt Empordà rechazan un albergue para inmigrantes

La necesidad de este tipo de instalaciones se constató a partir de un estudio del Plan de Inmigración, que advirtió el pasado verano las pésimas condiciones en que malviven algunos de los temporeros que se dedican a la recogida de la fruta. Varios de ellos ocupan viviendas ruinosas o viven bajo los árboles. La Generalitat se comprometió a participar en la financiación, y desde el Consejo Comarcal se inició la búsqueda de terrenos. 'Y ahí empezó nuestro calvario', explica Vila, quien recibió excusas y justificaciones de toda índole por parte de los alcaldes a los que se proponía el proyecto. Torroella de Fluvià, Sant Pere Pescador, L'Armentera, Vilamacolum y Ventalló configuran un itinerario plagado de obstáculos. Son ayuntamientos de distinto color político que, aunque en algunos casos no lo hayan admitido abiertamente, han recibido presiones de sus vecinos para evitar la instalación del centro. 'Todos los partidos se han portado mal y eso debe hacer reflexionar a los dirigentes regionales, que han visto como sus cuadros locales han actuado con unos prejuicios preocupantes', advierte Vila.

El caso más paradójico se ha dado en Ventalló, donde el concejal del PSC y líder sindical de Unió de Pagesos, Miquel Gatius, se abstuvo en una votación sobre la cesión de terrenos que él mismo propuso al Consejo Comarcal para ubicar el albergue. En Torroella de Fluvià, el Ayuntamiento no sólo negó terrenos públicos, sino que impidió que se construyeran en los de un particular. Otros municipios alegaron que la subvención para el centro interferiría la llegada de fondos de la UE.