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Profesores de Sant Adrià se plantan ante las agresiones: “Pedimos soluciones y más apoyo de la Generalitat, pasa en muchas escuelas”

Los docentes están organizando movilizaciones y han enviado una carta al Departamento pidiendo revisar el protocolo, porque consideran que no les protege

Una docente en el aula de un instituto escuela de Barcelona, en una imagen de archivo.
Una docente en el aula de un instituto escuela de Barcelona, en una imagen de archivo.Gianluca Battista

Un grupo de docentes de varias escuelas de Sant Adrià de Besòs (Barcelona) se han empezado a organizar para decir basta a las agresiones que padecen desde hace tiempo por parte de alumnos, pero también de padres. Los profesores han enviado una carta al Departamento de Educación y anuncian una protesta para la semana próxima para denunciar que el protocolo actual es “ineficaz” porque “en lugar de proteger la víctima, la dejan en situación de indefensión”. Asimismo, se quejan de que las denuncias ante los Mossos no son anónimas y reclaman que sea el departamento el que asuma dichas denuncias. Educación todavía no se ha pronunciado sobre el caso ni estas reclamaciones.

El caso detonante de este malestar nace en una de las escuelas de Sant Adrià, donde varios profesores denuncian haber recibido agresiones verbales de un padre, pero que en un caso llegó a agresión física. El docente que fue víctima de los hechos compartió lo sucedido con el resto de compañeros. “Se ve que casi todos han sufrido un caso parecido”, explica Cristina, la docente que ejerce de portavoz del colectivo y que admite también haber recibido amenazas. Asimismo, añade la portavoz, se informó a la dirección, se envió un informe al departamento y se activó el protocolo elaborado por el departamento sobre cómo tratar casos de violencia en el ámbito educativo. “Nos hubiera gustado que hubiera más soporte por parte de inspección o del departamento. Además, durante este tiempo hemos recibido informaciones contradictorias, nos hemos sentido muy indefensos”, lamente la docente, que también trabaja en la escuela en la que sucedió la agresión.

La víctima -“harta de que nada se solucionara”, apunta Cristina- finalmente decide interponer una denuncia ante los Mossos d’Esquadra, un extremo al que llegan poco casos. “Mucha gente no se atreve porque la denuncia es nominal y cuando la familia recibe la denuncia sabe quién la ha interpuesto, y al día siguiente debemos seguir lidiando con la familia”, explica la docente.

Pero los comentarios y las consultas empezaron a correr entre otros centros educativos del municipio. Y consultaron a los sindicatos para ver qué más podían hacer. Finalmente, el pasado 25 de abril celebraron una asamblea en la que participaron más de una treintena de docentes, además de representantes de los sindicatos Ustec, CGT y la Intersindical. “Muchos asistentes admitieron haber sufrido agresiones, pero algunos no llegan a denunciarlo. Otros explicaron que se fueron de la escuela y otros muchos que se han sentido solos”, abunda Cristina.

Las agresiones a docentes son, según los sindicatos, más habituales de lo que parece y de lo que indican las estadísticas. De hecho, según datos de Educación facilitadas a este diario el pasado septiembre, se contabilizan cada curso unos 12 casos de agresiones de un adulto a un docente. Son los casos que llegan al departamento, pero otra cosa es lo que pasa en los centros. Según una encuesta del sindicato Ustec publicada hace un mes, seis de cada diez profesores de centros públicos afirman haber sido víctima de algún tipo de agresión verbal o física por parte de alumnos y uno de cada tres, por parte de las familias. Aunque la mayoría son verbales, un 14% de las agresiones es física.

Los motivos son diversos y los sindicatos apuntan a los efectos de la pandemia y las consecuencias de ansiedad y problemas de salud mental que han provocado, en el caso en el que el agresor es el alumno. Cuando se trata de un alumno, la explicación es más compleja y lo atribuyen a una progresiva y lenta pérdida de prestigio y de autoridad de la figura docente. “Cada vez hay más familias que cuestionan nuestra labor y se sienten con más derecho para increparnos, unas actitudes que al final acaban en amenazas o agresiones físicas”, lamenta Cristina.

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De la asamblea de Sant Adrià surgió una carta que han enviado al departamento pidiendo que se revise el protocolo existente para que sea “más específico y efectivo” y que las denuncias las impulse “una persona física o jurídica del Departamento de Educación que no tenga que tratar día tras día con la persona agresora”. En este sentido, los docentes aseguran sentirse “desamparados” ante este tipo de casos y reclaman “más protección” por parte de la administración. “Pedimos que el departamento proteja a sus trabajadores y que sea Educación el que ponga la denuncia, y no un docente con nombre y apellidos”, resumen los sindicatos que asistentes a la asamblea.

Los docentes se muestran dispuesto a mantener protestas y movilizaciones hasta que no se atiendan sus reivindicaciones. Y empiezan con una concentración el próximo 8 de mayo en la plaza de la Vila de Sant Adrià. “Queremos ampliarlo a otros municipios, porque el problema es global”, rematan los sindicatos.

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