_
_
_
_
_
CAMPUS DE VERANO

Escritores y músicos de la generación del 98

El fotógrafo Nicolás Muller murió el 3 de enero de 2000 a los 86 años, en Llanes (Asturias). Su amistad con Fernando García Vela, el periodista asturiano próximo a José Ortega y Gasset y secretario de Revista de Occidente hasta 1936, fue decisiva para vincular a Muller (desde finales de los años cuarenta) a Asturias, adonde regresaría para instalarse definitivamente a finales de los sesenta. La primera cámara que tuvo Muller entre sus manos se la regalaron sus padres siendo niño, junto a una radio de galena que fue su primera pasión. Pero enseguida cayó rendido ante la fotografía. Su obra, en blanco y negro, permanece en exposiciones, siete libros y en las colecciones de varios museos, y su estudio madrileño, que abrió en 1947, continúa. Su hija Ana es la que ahora custodia sus archivos, que contienen referentes de la intelectualidad de la época y toda una galería de artistas, escritores y músicos de la generación del 98 y de la intelectualidad española de la posguerra, que posaron para él en su estudio. Pero hay algo que distinguió a este fotógrafo húngaro del resto de sus colegas retratistas: las imágenes, dotadas de una gran sencillez y por ello peculiares, no las realizó sólo entre las cuatro paredes de su estudio, sino que también salió a la calle como sucedió un día de otoño en que retrató a Pío Baroja en el Retiro madrileño.

Más información
La mirada trágica de la Europa del siglo XX

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_