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Champalimaud se coloca al nivel de Botín como accionista del BSCH

El financiero portugués António Champalimaud recibirá, a cambio de la venta de la aseguradora Mundial Confiança y sus cuatro bancos, entre el 3% y el 3,5% del BSCH, convirtiéndose en uno de los principales accionistas del banco español, al mismo nivel que la familia de Emilio Botín, que controla en torno al 3,1%. Champalimaud, con toda probabilidad, se incorporará al Consejo de Administración del BSCH.

António Champalimaud afirmó ayer que ha aceptado el el nuevo acuerdo para "poner fin al conflicto con el Gobierno de Portugal. En un comunicado personal, el financiero António Champalimaud subraya: el nuevo acuerdo "no era el negocio que yo deseaba hacer. Lo que pretendía era llevar a cabo la alianza estratégica acordada el pasado mes de junio con el BSCH, que preservaba el control del grupo por mí liderado en manos nacionales y le daba un nuevo impulso en capitales y medios humanos". "El Gobierno portugués", añade, "no comprendió mi estrategia e hizo inviable la sociedad con el BSCH", en una operación que, según algunos analistas financieros, provocó un notable descrédito de Portugal en la Unión Europea.El BSCH pagará la compra del Totta Açores y Predial parte en acciones del banco y parte en dinero. Destinará a ello en torno al 4% del capital que bolsa valía ayer 262.000 millones de pesetas. En el primer trimestre del próximo año, lanzará una OPA para controlar el 100% de los bancos Totta y Predial. El BSCH se convertirá en el cuarto grupo financiero de Portugal al controlar los bancos Totta y Açores y el Crédito Predial. En la actualidad, el grupo BSCH (compuesto en Portugal por los bancos Santander Portugal y Santander de Negocios) ocupa la séptima plaza por activos con un total de 3.750 millones de euros, en una clasificación que lidera la Caixa Geral de Depósitos con 49.135 millones de euros. Precisamente con la Caixa Geral se ha repartido el Grupo Champalimaud .

Tras conocerse el acuerdo, todas las reacciones eran ayer coincidentes. El comisario europeo de la Competencia, Mario Monti, mostró su satisfacción. El Gobierno portugués comunicó a la Comisión que levanta el veto que tenía sobre el acuerdo anunciado en junio y que éste le parece viable.

El presidente de Portugal, Jorge Sampaio, dijo ayer que al final se ha impuesto la "visión estratégica del Estado portugués". También el Gobierno español se ha felicitado por el acuerdo.

Por su parte, los copresidentesdel grupo español, Emilio Botín y José María Amusátegui, mostraron su satisfacción y añadieron que "el Gobierno de Portugal ha cumplido su misión con responsabilidad y acierto".

La oposición portuguesa ha pedido la comparecencia del ministro de Economía y Finanzas, Joaquim Pina Moura, en el Parlamento para explicar el nuevo acuerdo suscrito entre el BSCH y el Grupo Champalimaud que debe terminar con el conflicto que había abierto el Gobierno de Portugal con la Comisión Europea.

Los analistas calificaron ayer el pacto, que permite relanzar la estrategia internacional del grupo español, de "salomónico".

Francisco Sarsfield Cabral explica en el diario portugués Público que "la relevancia que el caso alcanzó en la Europa comunitaria y en el mundo financiero nos fue muy desfavorable, claro, afectando al prestigio que Portugal había adquirido a entrar en el primer grupo de la moneda única. Un incidente infeliz que podría haber sido evitado con una conducción política más cuidadosa".

A su juicio, "lo peor no fue la imagen de proteccionismo un tanto paleto (incluso ineficaz) que Portugal exhibió (...) sino la demostración de incapacidad de los banqueros nacionales. Mientras en España se han creado dos poderosos grupos bancarios a partir de fusiones (el BSCH y el BBV-Argentaria), en Portugal nuestros minibancos no han dados pasos hacia una concentración creíble. Más aún: la banca portuguesa se aferró al Estado para protegerse de la competencia, personificada en el temible Botín (pero al final, ahí está él)".

Por su parte, el director del Diario Económico, Sergio Figueiredo, se pregunta si "valió la pena haber parado literalmente un quinto del sistema financiero portugués a lo largo de ocho meses para que una parte del botín fuese a un banco público". Y, sobre todo, "si valió la pena abrir la guerra del interés nacional con Madrid y Bruselas, ser rebajados en las primeras páginas y editoriales de la prensa financiera internacional por tan flagrante inhabilidad y permitir que los españoles se quedasen al final con lo que más les interesaba".Por otro lado, los principales partidos de la oposición, el socialdemócrata y el popular, han reclamado la presencia en el Parlamento del ministro de Economía y Finanzas, Joaquím Pina Moura.

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