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El informe definitivo sobre el desplome de la mina de Gallarta, en marzo, no ha concluido todavía

VIENE DE LA PÁGINA 1 La gran actividad minera que ha existido en el País Vasco durante siglos ha generado un elevado número de explotaciones. La inmensa mayoría de ellas se encuentra actualmente abandonada. Según el Departamento de Industria, la inexistencia, en su tiempo, de un acuerdo de control sobre la actividad minera propició que el laboreo y abandono de algunas de las explotaciones no se hiciera de la forma más adecuada, lo que en algunos casos puede provocar situaciones de riesgo potencial para personas y bienes. Aunque la mayor parte de los cortes y galerías se han asentado de forma natural, algunas sí representan un riesgo para las personas y el medio ambiente. Este peligro se hizo presente con el espectacular hundimiento ocurrido el pasado 16 de marzo en una mina de hierro de Gallarta (Abanto). La empresa Agruminsa la había explotado hasta 1993. Aunque no se registraron daños personales, el desplome de una gran cámara subterránea se tragó una vivienda de dos plantas, una chatarrería y un tramo de carretera y dejó un socavón del tamaño de un campo de fútbol y de más de 150 metros de profundidad. En breve está previsto que comiencen las obras de relleno de la cavidad. El informe definitivo sobre las causas del hundimiento aún no ha concluido. El catedrático de geología que realiza el estudio tendrá que determinar también la estabilidad del conjunto de las cámaras de la mina. La responsabilidad de una mina abandonada es de la empresa que se ha encargado de su explotación, incluso aunque la sociedad se haya extinguido o desaparecido. En Euskadi hay inventariadas un total de 2.801 estructuras mineras abandonadas: 1.610 son canteras, 723 escombreras, 82 balsas mineras con aguas cargadas de lodos contaminante, 151 minas mixtas (a cielo abierto y con galerías) y 235 minas subterráneas. La mayoría de éstas se concentran en cuatro municipios vizcaínos: Abanto, Zierbena, Ortuella y Trapagaran. En los últimos años la Dirección de Minas ha contabilizado tres hundimientos de minas en desuso: en Abanto, Aduna (hace dos meses) y Altzo, y dos deslizamientos de escombreras, en Galdames y Sopuerta. Hoy en día no funciona ninguna mina subterránea y el número de canteras en explotación se ha reducido a 60.

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