Expertos nacionales e internacionales reflexionan sobre la vida y obra del filósofo Gregori Maians
"La vida de Gregori Maians no fue fácil. Maians era un partidario de los Austrias en un siglo de predominio borbónico; fue foralista en un Estado centralista; humanista en un siglo técnico en busca de la utilidad económica y la rentabilidad; católico ilustrado en un momento de mayorías supersticiosas y minorías deistas". Éste es el perfil que el catedrático de Historia Moderna de la Universidad de Valencia, Antoni Mestre, defendió ayer del filósofo, filólogo e historiador que en 1739 decidió autoexiliarse en su pueblo natal Oliva, desde donde mantuvo vivas sus inquietudes mediante una intensa correspondencia con representantes de las corrientes europeas intelectuales más avanzadas. Mestre defendió el equilibrio entre la razón y la fe de Maians, en el primer congreso internacional organizado en Valencia por la Universidad dentro del marco de la conmemoración de Cinc Segles. El congreso, que continuará hasta el sábado, cuenta con la presencia de destacados estudiosos de la obra del historiador valenciano como Miquel Batllori, miembro de la Real Academia de la Historia; Pascual Marzal, del Departamento de Historia del Derecho de de Valencia; Salvador Rus, de la Universidad de León; el teólogo Antonio Benlloch y filólogos como José María Estellés. La sesión de ayer puso de manifesto que "Maians supuso la renovación de los estudios sobre la Ilustración en España", precisó Mestre en referencia a la ruptura de los parámetros centralistas que abanderó Jovellanos. Este alejamiento de la corriente imperante lo forzó a retirarse a su pueblo natal, desde donde mantuvo una intensa correspondencia con hombres de letras de Holanda, Alemania y, en menor grado, Inglaterra, que lo llevaría a confesar que gracias a filósofos racionalistas como Descartes y a Gassendi aprendió a superar la escolástica aprendida en la universidad.
